Maternidad como derecho y no como obligación



En el mundo hay cientos de millones de mujeres; cada una con su propia historia, gustos, sueños y aspiraciones; siendo una de ellas la maternidad, un anhelo que hoy tiene distintos significados.
Hace un par de décadas el rol social de la mujer giraba en torno a la maternidad, a la formación de una familia y a la atención de esta. Con el paso de los años hemos visto evolucionar esta concepción, abriendo paso a diversos caminos para las mujeres, los que no siempre incluyen la maternidad, puesto que esta aspiración ya no es la única que tenemos.
A pesar de este cambio en la percepción del rol femenino en la sociedad, aún sigue siendo tema tabú el que una mujer manifieste abiertamente no querer ser madre, encontrándose con trabas que dificultan la esterilización voluntaria, aun cuando este es un método anticonceptivo seguro, eficaz y sencillo, que debe realizarse en forma voluntaria, a petición de la mujer y con su consentimiento.
Debemos entender que “el control de la natalidad es un derecho humano básico, donde se tiene la libertad de escoger el método que sea el mejor para su salud, en cada etapa de su vida”. (MINSAL,2019)
Cuando una mujer toma la decisión de no ser madre, por las razones que sea, puede optar por una oclusión (sección y ligadura o cauterización) de las trompas de Falopio o medios farmacológicos, lo que evita que los espermatozoides se encuentren con el óvulo, impidiendo el embarazo. 
Esta cirugía se realiza tanto en el sistema de salud público como privado y parte de los requisitos para acceder a ella, declarados por el Minsal, es que las mujeres no deben tener deseo de tener hijos y requieren una opción anticonceptiva permanente, sin uso de hormonas. En el caso de padecer una patología crónica, debe estar en tratamiento médico y compensada, también tener un Índice de Masa Corporal menor o igual a 35 y contar con exámenes preoperatorios evaluados y aprobados por un especialista. 
Para lo antes mencionado, la matrona o ginecólogo debe realizar una consejería a estos pacientes, donde se les explicar los factores de riesgo, los beneficios, los pro y los contra, ya que es un proceso muy importante, que dura para siempre, altamente efectivo, que no interrumpe las relaciones sexuales, pero no protege contra las Infecciones de Transmisión sexual (ITS). 
El especialista no debiese negar, limitar o acudir a la objeción de conciencia ya que la reproducción de cada humano es voluntaria y uno, como profesional del área debe educar y orientar, para que los usuarios tomen una decisión informada, ya que está en el marco de los derechos humanos la libre y responsable planificación familiar.
Finalmente, cabe destacar que hoy el número de vasectomías realizadas en Chile va en aumento, y esto muestra que las decisiones también son en conjunto, como pareja, como familia, puesto que todos somos libres de elegir cómo y cuándo reproducirnos.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.



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