En una jornada que en adición a la pandemia contó con problemas logísticos que demoran de momento el cierre en el conteo oficial de los votos, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, figura como el principal vencedor de una jornada en la que algo más de 5 millones de salvadoreños fueron convocados para elegir a 84 diputados de la Asamblea Legislativa, 262 consejos municipales y 20 miembros del Parlamento Centroamericano.Vale recordar que Bukele ganó se desempeña como jefe de Estado desde el 1 de junio de 2019 rompiendo el bipartidismo nacional, siendo el mandatario más joven en la historia del país pero con una minoría legislativa que truncó parte de su gestión.De esta manera, el panorama político del país parece a punto de cambiar considerando que el partido oficialista se encamina a obtener la mayoría absoluta en el recinto.
En las elecciones, los dos partidos principales, el conservador Alianza Republicana Nacionalista (Arena) y el izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), buscaban mantener los 60 representantes con los que contaban a la fecha pero el retroceso parece innegable. Para que el partido de Bukele, Nuevas Ideas, obtenga el peso necesario en el legislativo se necesitan 43 votos para tomar decisiones ordinarias y 56 para aprobar temas más complejos como una deuda externa o reformar la Constitución.Cercano a lograr el 65% de los votos según la primera fase del escrutinio, Bukele no necesitará ni siquiera a otros partidos pequeños, ya que rozaría los 56 escaños y, por tanto, la mayoría absoluta.La victoria se presenta como la más contundente lograda en la historia de un país marcado por la guerra civil y el post conflicto iniciado en como resultado de ser parte del tablero de la Guerra Fría.
En sus dos años en el cargo, el presidente irrumpió en el legislativo con soldados, cuestionó las órdenes y a los integrantes de la Corte Suprema, publicó fotos de integrantes de las maras semidesnudos y desplegó al ejército para detener a quienes violaran la cuarentena.Al respecto, el vicepresidente de, Félix Ulloa, reconoció que algunas de las acciones del presidente han sido cuestionables.“El presidente ha tenido algunos exabrupto, pero que pueden entenderse como tales, como exabruptos, como errores y no como una tendencia, como una actitud, como el nacimiento de una nueva dictadura”, contempló, ante lo que parece ser la próxima gran preocupación para el país centroamericano.
