Este 8M, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, todas las integrantes de Filo.News paramos. Años anteriores decidimos trabajar pero sólo cubríamos la marcha y temas de género, pero este 2021, decidimos cesar nuestras actividades. La idea de frenar fue decidida en conjunto. Dentro de Filo existe un área de género creada y organizada por sus propias trabajadoras, con sus correspondientes asambleas y reuniones. En ese espacio es que fue decidido por primera vez un paro total de labores porque creemos que no hay mejor ejemplo de la importancia de nuestro trabajo, que la ausencia del mismo. Este año, los femicidios se recrudecen y la paciencia se acorta. Como comunicadoras, además, nos parece fundamental hacer uso de este privilegio, sabemos que no todas pueden parar pero quienes sí tenemos la posibilidad, queremos visibilizar cuánto hacemos las mujeres en nuestros puestos laborales. Aún así, parar no significa silencio. Así que durante toda la semana previa a esta fecha tan importante para las feminidades del mundo, el equipo de género (redactoras, colaboradoras, diseñadoras, editora y de redes sociales) armó informes, notas y videos sobre uno de los pilares que impulsan los movimientos feministas: las tareas del cuidado y el trabajo no remunerado.
El 76% del trabajo doméstico lo realizan las mujeres y la feminización de los labores de cuidado como la educación, enfermería, acompañamiento a personas mayores o niñeces, serán eje de nuestra cobertura. La idea es visibilizar pero además dejar en claro que todo eso que llaman amor es trabajo no remunerado. Desde hace décadas nuestra cultura ubica a la mujer en un rol empático y amoroso y le adjudica un inexistente instinto natural para cuidar, planchar y limpiar. Los movimientos feministas luchan desde siempre para demostrar que los roles de género condicionan nuestra vida y que es la suma de supuestos sociales la que nos relaciona directamente con el hogar y los quehaceres. No es lo mismo ser una enfermera que una secretaria. Tampoco es igual ser una niñera de bajos recursos que una mujer de clase media que puede elegir contratarla. Entendemos que la interseccionalidad es fundamental a la hora de comunicar y por eso el tratamiento de todas nuestras notas apuntan a poner luz sobre ese concepto en particular. Porque muere una mujer cada 26 horas, porque los travesticidios y los abusos no cesan, porque el acoso y la sexualización de nuestros cuerpos, tampoco. Porque seguimos ganando un 27% menos que los varones por la misma tarea y accediendo a menos puestos de liderazgo. Porque nos seguimos haciendo cargo de las tareas del hogar y del cuidado, porque la subestimación a nuestra inteligencia es total, porque tenemos que demostrar siempre que somos aptas y debemos estar aún más capacitadas que los varones. Porque nuestro rol de género es un techo de cristal para acceder a profesiones técnicas, porque pedimos paridad y obtenemos cupo. Porque la mirada crítica sobre nuestro cuerpo y la exigencia de adaptarnos a los estereotipos de belleza nos persigue. Porque los medios de comunicación continúan reproduciendo etiquetas sexistas y violentas, por la ausencia de protocolos y políticas públicas eficaces, porque el aborto que ya es legal, sea real. Porque ser madre deje de ser un mandato y porque ser puta deje de ser un insulto. Por todas esas cosas y por muchísimas más que no entran en esta nota, paramos. Firmamos: Patricia Festa, Agustina Ramos, Paula Giménez, Natalia Basualdo, Florencia Luna, Antonella Morello, Antonella Punzino, Agustina Lascano, Micaela Robles, Mercedes Paz, Valentina C. Servedia, Stefania Dommarco, Rocío García, Melina Sak Rivero, Carla Persico, Agustina Acosta, Gambarg Valeria, Milagros Laplaza, Mariana Carpovich
