Arquitecto chileno presentó a la Nasa modelos de viviendas para habitar en Marte y en asteroides


Al igual que millones de personas en el mundo, en febrero José Miguel Armijo siguió expectante la transmisión de la llegada del Perseverance a Marte, aunque en su caso la alegría por el éxito de la misión robótica venía de cerca.
Hace seis años este arquitecto chileno, hoy radicado en Estados Unidos, se unió con antiguos compañeros para presentarle a la Nasa un diseño urbanístico de cómo debían ser las primeras viviendas a construir en el Planeta Rojo para una eventual colonización, un futuro que ahora no se ve lejano.
“Cuando el Perseverance llegó me emocionó saber que estamos más cerca de lo que nosotros pusimos en el papel, que es construir allá”, cuenta desde Nueva York.
Su propuesta fue una de las participantes en una convocatoria mundial que organizó la agencia espacial para recibir ideas de hábitats en Marte, siendo electa entre las 15 finalistas dentro de miles de postulantes.
Tras oír la convocatoria, Armijo se juntó con amigosque conoció durante sus estudios en la Universidad Católica para crear “Universal Projects”, grupo que presentó un diseño de vivienda en forma de concha marina con todo lo necesario para hacer su vida en el interior, incluyendo plantas hidropónicas que generen oxígeno, zonas de deporte y hasta un mirador para ver el planeta desde casa.
Sin estudios en materia espacial, el grupo por semanas se documentó sobre todo lo que se sabe hasta ahora del Planeta Rojo, e incorporó sus conocimientos respecto al desierto chileno. “El desierto de Atacama es muy parecido a las condiciones de Marte, en términos de suelo, de lo extremo del clima, de lo difícil del acceso”, explica Armijo.
Así llegaron a una propuesta en la que, usando las cualidades del suelo marciano, se podrían formar vidrios y barro para la fachada sin llevar insumos desde la Tierra.
Los muros se diseñaron con un grosor de al menos un metro para proteger de la radiación solar directa que llega allá y de posibles impactos de meteoritos. Asimismo se pensó en un sistema de reciclaje de agua y desechos, en compuertas para evitar pérdidas de oxígeno, y zonas para drones que cree serían usados en un inicio para la exploración.
Su idea sobresalió también por incorporar la sustentabilidad, pero no pudo seguir avanzando por falta de presupuesto para el prototipo.
Para su desarrollo se requería una máquina 3D que imprima casas, una tecnología que en los últimos años ha emergido para agilizar los procesos constructivos y que el concurso espacial exigía como estrategia para construir las infraestructuras.
Pese a no presentarse a las etapas posteriores, el proyecto quedó en el archivero de la Nasa para poder ser usado de forma parcial o total en caso de ser requerido para las eventuales viviendas del futuro.
“Yo creo que para final de siglo va a estar habitado Marte. Pero los asentamientos serán mitad recursos de allá y mitad de acá”, vaticina.
El nuevo desafío
El interés del arquitecto por el espacio viene de niño. A su padre le gustaba mucho la ciencia ficción y él lo heredó. En su infancia en Maipú se veía diseñando naves espaciales.
Luego al estudiar arquitectura se interesó por el uso de tecnologías, conocimientos que lo llevaron a ser contratado por una oficina arquitectónica de Estados Unidos. Más tarde, viviendo en Dubái por encargo de su firma, se adentró en las construcciones de casas en 3D, y ya de vuelta en su hogar en Manhattan decidió idear este tipo de proyectos como un pasatiempo.
Tras su resultado en 2015 ahora postuló a una nueva convocatoria orientada a pensar en hábitats del futuro. En ella presentó un modelo de vivienda en asteroides, cuyo resultado conocerá en mayo.
El diseño lo creó en la pandemia junto a otro grupo de expertos bajo el alero de SpaceRobotics, startup que lidera la emprendedora tecnológica Carla Muttoni y que integra la Comunidad NASA Ames.
La propuesta se planteó la opción de habitar el cordón de asteroides que está entre Marte y Júpiter, pensando en que en un futuro las misiones espaciales vayan en esa línea.
“Como país minero sabemos que para allá van a ir los seres humanos. Allá hay muchos recursos. Y si van sería bueno que se pensara que además de minar se buscara cómo terraformar estos asteroides”, comenta Armijo.
La idea de SpaceRobotics contempla una especie de gran rueda que al girar produzca gravedad; incluir áreas verdes; y crear sitios habitables y una construcción tubular para conectar los asteroides, generando grandes asentamientos internos similares a las faenas mineras.
“Todos estos proyectos están muy relacionados con el norte de Chile. Los chilenos vamos a estar muy relacionados con todo lo que será la colonización minera del resto de los planetas del Sistema Solar”, afirma el arquitecto.



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