Nacho Levy escribió sobre M: “No desapareció, desaparecimos nosotros”


La mañana comenzó con la noticia de la aparición de M luego de una investigación que comenzó días atrás y que tuvo un enorme movimiento de los vecinos en pedir justicia, forzando a la Ciudad y Provincia de Buenos Aires en actuar.Ante este caso, uno de tantos que se repite con personas en situación de calle, Nacho Levy, referente villero y de La Garganta Poderosa, expresó en texto las sensaciones por una situacón que dio vuelta por todo el páis y que generó una innumerable cantidad de situaciones complejas.Por un lado, la ignorancia a las personas que menos tienen, en este caso a una familia viviendo abajo de un puente, y a eso hay que sumarle el rol de los medios masivos de comunicación, así como también el papel de los funcionarios, al que Levy se refirió como “sobreactuado”.
Nacho Levy, sobre M: “No desapareció, desaparecimos nosotros”
Cuando una niña se duerme debajo del puente, ahí, ante los ojos de ningún televidente, desaparece la niña, desaparecen sus sueños y desaparece un puente. Que se vuelve lecho. Cuando esa niña despierta a la sombra del techo que le puso la vida, escondida bajo la alfombra de muchísimos otros, quienes empezamos a desaparecer somos nosotros. Borrosamente, como perdido entre la gente que no busca gente, su ojito desviado espiaba un horizonte nublado que ningún oculista podía revisar, porque todavía faltaba que la fuéramos a buscar. Tan bella, tan cerquita de acá.Ahí nos esperaba ella.
Y su mamá.Malamalamala y todas las barbaridades que publicaron con esa impunidad que nos envenena: tampoco la buscaron, cuando tenía la edad de su nena. ¿Y el Estado? No ha llegado, pasó primero “un cartonero”, que no halló dificultad para llevársela con absoluta libertad: “llegó lo peor”, un secuestrador, “a lo mejor un violador o un asesino”, ¡qué crueldad, el destino! Circuló la foto de un primo inocenente porque sí, descubrió un indigente sin DNI, se negó a tomar la denuncia de su tía y nos dejó una niña sin casco ni ciclovía, burlando todos los controles de la Policía… Total normalidad. Y una indiferencia siniestra.La crueldad es nuestra.Nos salva la dignidad y la solidaridad que mostró la comunidad, esa fuerza vecinal que logro meter a Maia en la agenda nacional. Y sí, ahora somos miles gritando en los atriles, que salgamos a su encuentro, que la patria justiciera, ¡que se pudran adentro, como se pudrían afuera! Tarde, para valientes. Si el tipo tenía antecedentes y en especial si no tenía casa, ni corporación, los medios tendrán su sarasa y el “chakal” tendrá su prisión. Hasta sonarán serios, sus improperios, la morbovisión de los diarios y la sobreactuación de los funcionarios, porque al menos pagará uno esta vez. Ahora, después habrá que transformar esta realidad, para no seguir siendo esta mierda de sociedad que las excluye y nos incluye, por más que nos pongamos a vociferar de manera vehemente, cuando sólo nos queda despertar, colectivamente. Maia nos estará mirando.Y debajo del puente,
otra niña nos estará esperando.



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