Vacunas, el bien más escaso del mundo


La producción de vacunas es escasa a nivel global. La altísima demanda producto de la pandemia global supera ampliamente la capacidad productiva de los diversos laboratorios del mundo, y muchos de ellos no han podido cumplir con sus compromisos. En paralelo, los países centrales realizaron compras de dosis por cantidades que superan su población y utilizan su poder de presión para hacerse con vacunas.Un ejemplo de esto fue el cierre de exportaciones que llevó a cabo la Unión Europea para bloquear un embarque de Astra Zeneca que tenía como destino a Australia. Incluso con el poder de negociación de la UE (27 países bajo un mismo gobierno), la escasez de vacunas está alterando de manera significativa los planes de vacunación. Alemania reconoció esta semana que la tercera ola en Europa es inevitable debido a la escasez de vacunas y países como España están analizando replicar la dinámica del Reino Unido de vacunar a más personas con una sola dosis que a menos con dos.

Otras naciones, como Dinamarca, Hungría o Polonia están saltando la negociación europea para realizar gestiones con China y Rusia, con el fin de adquirir sus vacunas. Esto debido a la escasez y lentitud en la distribución de dosis.Ahora, desde principios de marzo, y por la escasez de vacunas de Pfizer, Moderna y AstraZeneca, varios países de la UE comenzaron gestiones con Israel, Rusia y China para proveerse de vacunas.Por otro lado, la situación en América Latina no es distinta: la Organización Panamericana de la Salud (OPS) reconoció que existe “un cuello de botella que evita que aún nosotros llevemos vacunas a todos los países al mismo tiempo”.El sistema COVAX, que se planteaba como una alternativa justa, solidaria y expeditiva para distribuir vacunas entre países de renta media y baja, no ha logrado cumplir con las expectativas que tenían muchas naciones que invirtieron en él. Y mientras que Uruguay se encuentra sin suficientes vacunas, con aumento de casos, y suspensión de clases presenciales, Paraguay manifestó su “insatisfacción” por —también— la tardía llegada de vacunas.

En ese contexto,
Argentina logró distribuir 3.843.565 de vacunas y aplicar 2.939.364 hasta el 18 de marzo, fecha en que también llegarán 330.000 dosis de Sputnik V. Es digno de destacar que Argentina ha logrado abastecerse de vacunas con un alto nivel de eficacia, en una cantidad significativa, y negociando de manera bilateral con los países productores.
Aún así, a principios de febrero, según la OMS, se habían administrado unos 200 millones de vacunas contra covid-19: el 75% de las mismas se dieron en 10 países ricos. A la escasez se suma la inequidad.Asimismo, para detener esta pandemia global se requiere de una respuesta global porque no se puede acabar con la crisis si sólo unos cuantos países tienen a su población vacunada de forma masiva.Se hace eco, entonces y cada vez más fuerte, el debate de liberación de las patentes de las vacunas: ¿por qué no se liberan las patentes para que puedan producirse de manera masiva y que lleguen a todo el mundo?



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