Testeo, trazabilidad y aislamiento: cuando la vacunación no es suficiente



No cabe duda que la campaña de vacunación de Chile contra el COVID-19 es una de las más exitosas a nivel mundial –un hecho que nos llevó a aparecer en los principales medios de comunicación internacional–, convirtiéndonos en uno de los líderes en materia de inmunización por cada 100 mil habitantes. Un logro digno de destacar a nivel de Estado.
Sin embargo, hoy estamos viviendo un escenario sanitario muy crítico, con cifras que por varios días han superado los 8 mil casos confirmados, más de 30 mil fallecimientos por el virus SARS-CoV-2 y una ocupación de camas UCI por sobre el 96%. Probablemente, el peor desde el inicio de la pandemia. ¿La razón? Un procedimiento poco efectivo al momento de determinar la trazabilidad de los casos.
Testeo, trazabilidad y aislamiento. Herramientas tremendamente efectivas y necesarias en las primeras etapas de una pandemia, un seguimiento que permite verificar y controlar el número de contagios y un posible aumento.
Las personas que primero entraron a nuestro país y que se diagnosticaron con COVID positivo no fueron aisladas a tiempo e incluso permitimos que visitaran a sus abuelos, que viajaran en avión, que participaran en fiestas, porque llegamos tarde con la trazabilidad de esas personas y sus contactos. Recién 8 meses después de iniciada la pandemia, abrimos el concepto de residencia sanitaria, cuando los casos activos eran mucho más que la capacidad de dichos recintos. Otro sería el escenario si, cuando teníamos 500 o 1000 casos activos, hubiéramos aislado a cada caso, realizando la trazabilidad adecuada y el testeo oportuno a cada uno de sus contactos.
De acuerdo al último informe diario entregado por el Ministerio de Salud, en Chile existen 22 centros de trazabilidad y 13 mil personas dedicadas al proceso. No obstante, uno de cada 3 centros no está realizando la trazabilidad adecuada. Estos indicadores solo refieren la calidad de la trazabilidad que estamos haciendo sobre los casos confirmados de COVID-19.
Además, otro error estratégico fue haber dejado en manos de la Secretaría Regional Ministerial la trazabilidad de los pacientes COVID-19… en una oficina en el centro de Santiago, con cuatro profesionales, y no haberla encargado a la red de atención primaria que es muy difundida en este país. Por lo tanto, cada uno tuvo que arreglárselas como pudo y efectivamente perdimos el control de los casos y los contactos hace mucho tiempo. Reitero, tuvimos la posibilidad de tenerlos desde el día uno, lo que significaría que hoy tendríamos controlada la pandemia, pero nunca se cumplieron los niveles de desempeño requeridos de contactos detectados.
En la actualidad, tenemos más de 40 mil casos activos y ya es muy difícil pensar que podemos hacer testeo, trazabilidad y aislamiento oportunos. Especialmente ahora, cuando los equipos de atención primaria de salud han debido duplicar su trabajo, sumando a la estrategia de trazabilidad el esfuerzo que significa el proceso de vacunación nacional.
Según indicadores entregados por el informe nacional de Testeo, Trazabilidad y Aislamiento del Ministerio de Salud, las regiones de Coquimbo, Aysén y de Arica y Parinacota son las únicas que tienen una mediana de 3.5 contactos por caso en trazabilidad. Mientras que las regiones de Los Ríos, Metropolitana y Los Lagos alcanzan los 2 contactos por caso. Cifras desalentadoras que nos señalan que la vacunación no es suficiente por sí sola para controlar la pandemia.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.



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