Robustecer la salud municipal para contener la pandemia



Ha pasado más de un año y parece que la historia se repite: Medidas sanitarias poco efectivas como las cuarentenas dinámicas, cuyo fracaso ya comprobamos en la contención de la pandemia, o el exitismo mostrado en el proceso de vacunación que transmitió una falsa sensación de seguridad frente al contagio. Señales erradas de parte del gobierno hay por montones.
Pero, como sabemos, este contexto de crisis sanitaria tiene, también, graves implicancias económicas para las familias. Cada día es más evidente la fragilidad de la vida en un modelo de sometimiento de las necesidades básicas a las leyes del mercado: salud, educación, vivienda, trabajo, entre otras. En este contexto, es urgente cambiar el enfoque de la salud municipal y avanzar en dos premisas fundamentales: Priorizar la salud en todas las políticas y fortalecer la atención primaria de salud.
A nivel local, se deben diseñar políticas públicas coherentes con las necesidades de la comunidad, la que no ha contado con un apoyo permanente del municipio para la resolución de sus problemas cotidianos durante la pandemia. Para esto, es fundamental la instalación de una Mesa Intersectorial de Políticas Públicas, que asegure un enfoque del derecho a la salud en todos los planes y programas municipales; que fomente estrategias de promoción y prevención que fortalezcan la calidad de vida; que coordine a las distintas unidades municipales, permitiendo abordar las situaciones de riesgo físico y mental en las familias de forma integral, contemplando su diversidad etaria y de formas de vida.
Fortalecer el Sistema de Atención Primaria de Salud (APS) también es una urgencia que debemos afrontar a corto plazo, generando las condiciones necesarias frente a la pandemia. Una alternativa viable es llevar las atenciones de salud que sea posible a los barrios, descomprimiendo los CESFAM y CESCOF, y reduciendo los desplazamientos a pocas cuadras para cumplir con tratamientos, controles y exámenes vitales.
Pero todo esto, requiere, además, coherencia en las estrategias y lineamientos definidos desde el nivel central y que se articulan en el espacio comunal. En este sentido, educación y salud deben trabajar coordinados. Actualmente, muchas escuelas están siendo ocupadas como puntos de vacunación para la campaña COVID y anti Influenza, las cuales deben avanzar con premura, por lo que es vital permitir a la APS usar estas instalaciones, al menos, hasta junio de este año, implementando vacunatorios en todos los lugares en que sea posible. Si las campañas de vacunación se completan con rapidez, estará más cerca el horizonte de salida de la crisis sanitaria.
Uno de los temas centrales para evitar la propagación del virus es mejorar la trazabilidad, es decir, la identificación de personas que hayan tenido contacto con casos positivos de Covid-19. Ñuñoa está entre las 10 comunas con más de 25 mil habitantes y con peores índices de trazabilidad. Según datos del Grupo Epidemiológico Matemático para la Vigilancia de Epidemias y Pandemias (GEMVEP), de la Universidad de Santiago de Chile, Ñuñoa contactó apenas a 1,19 contactos estrechos por caso confirmado en la última semana de marzo. Una situación insólita si pensamos que Ñuñoa cuenta con una Unidad de Trazabilidad municipal, que existe hace ya 8 meses.
Pero lo anterior no es suficiente: Una vez detectadas estas personas, debemos asegurar que cumplirán su cuarentena. Es vital brindar asistencia a las familias que viven de trabajos autogestionados o que han perdido gran parte de sus ingresos, asegurando acceso a residencias sanitarias y/o adaptando recintos disponibles en la comuna, para que puedan cumplir con su periodo de aislamiento de manera digna, apoyando en los casos que se requiera el pago de cuentas básicas y alimentación. Muchas veces, la trazabilidad se dificulta, pues las personas evitan declarar a los contactos estrechos para no verse impedidos de desplazarse y obtener el sustento diario.
En los centros de salud, he sido testigo de cómo trabajadores y trabajadoras se han organizado para suplir como pueden las falencias de financiamiento, infraestructura y personal para los procesos de vacunación y seguimiento de casos Covid-19, realizando la pesquisa de casos por la información que los propios vecinos entregan, pues desde el Minsal se sigue haciendo de forma deficiente. Sin embargo, requerimos aplicar medidas con urgencia, reorientando recursos y exigiendo al estado cumplir con su rol. Hoy, es imperativa una mirada integral e integradora de todos y todas quienes conocen la realidad y tienen la experiencia para encontrar soluciones conjuntas a nivel local.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.



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