Con las primarias presidenciales a la vuelta de la esquina, las diferentes candidaturas se encuentran desplegando todo su arsenal en busca de convencer al electorado de su sector para que les den su voto de confianza y, de esta forma, poder llegar a la papeleta de noviembre.
Todos han salido a marcar diferencias con los flancos que sienten que más que un aporte, se han terminado por transformar en grandes problemas con los que deben cargar y de los que hay que deshacerse.
En el caso de Lavin, no se trata de la primera vez que busca marcar el punto politico desmarcandose de un gobierno que roza los dos digitos de apoyo, y que hoy no es negocio para nadie estar de su lado si se tienen aspiraciones mayores.
Ya lo había hecho con el apoyo al primer retiro del 10 por ciento, o cuando un día después del anuncio del Presidente Piñera, respecto de la ampliación de la red de ayudas, salió junto a Mario Desbordes a proponer su propia mirada.
En esta ocasión, insistió en su critica a cómo el Gobierno ha enfrentado la pandemia, y como el peso de sus decisiones afectó también en los resultados de la pasada mega elección. De esta manera, el ex ministro dijo a El Mercurio que “la clase media se ha sentido ninguneada con respuestas tardías, y siempre entregadas a regañadientes. Humillada cuando ve la equis en la página web, diciéndole que no califica para el bono. La idea de que una persona tiene trabajo y no le han bajado el sueldo, entonces no necesita ayuda, está equivocada. Esconde la realidad de que las familias chilenas son verdaderas pymes, no solo redes de apoyo emocional, sino también redes económicas en que todos se ayudan entre sí”.
Lavín precisó que hubo dos elecciones, con doce puntos de diferencia, la de concejales con 33% y la de constituyentes con 21%. “En ambas hay un efecto importante y grande por el castigo al Gobierno, como le pasó a Bachelet en 2017. En los constituyentes también pasó la cuenta haber cerrado filas con el ‘Rechazo’; no es fácil explicar ‘no quiero que cambien la Constitución’ y ahora ‘quiero participar en ese cambio’”, agregó.
Además, el alcalde de Las Condes salió a responder a los cuestionamientos de Sebastián Sichel, que busca exponerlo como una figura de los 90 con ideas del pasado, todo lo que un candidato busca esconder debajo de la alfombra.
El abanderado de la UDI se defendió apelando a la experiencia y al haber ganado y perdido elecciones, dos flancos abiertos de su competidor. “Cada candidato tiene virtudes y defectos”, reconoció Lavín, pero argumentó que “la mejor alternativa para Chile Vamos es quien tenga más oportunidad de pasar a segunda vuelta y ganar”.
“Esto no es un casting de candidatos, nuevo versus viejo; las ideas son buenas o malas y lo que importa es representar las buenas ideas. La experiencia de haber pasado por hartas cosas, de haber ganado y perdido, de jugarse como alcalde en temas como integración social, seguridad, es un valor”, sentenció.
Por el momento, Joaquín Lavín sigue intentando sortear los resquemores internos de sectores del gremialismo que no están convencidos de sentirse representados con su figura. En este marco, si bien apuntó a la derecha economicista y al Rechazo como parte de las razones que explicarían el escenario post elecciones, no se cerró a pactar con el Parido Republicano de José Antonio Kast para un eventual pacto parlamentario. “Él ha dicho que va a ir a primera vuelta y es su decisión; sobre las listas parlamentarias, no hay que cerrar ninguna opción”, cerró.
