Director académico nacional del Campeonato de Matemáticas: “Los niños de 5° hoy tienen el conocimiento que en 2019 tenía uno de mitad de 4°, siendo generosos”


El profesor de la Universidad de Santiago (Usach), Rafael Labarca, es director académico nacional del Campeonato de Matemáticas (CMAT) desde su creación, hace 19 años. Al teléfono cuenta preocupado que en la versión en curso de este torneo escolar ha notado los efectos de la pandemia en el aprendizaje de los niños de quinto básico en esta especialidad.
“Les formulé preguntas que había hecho en cuarto básico el 2019, cuando aprendían de manera presencial. Los estudiantes de quinto este año respondieron menos que los de cuarto de 2019”, dice. Agrega que ello ha sucedido con estudiantes de colegios particulares, subvencionados y públicos.
Lo que los niños no han logrado responder son multiplicaciones por números dos, tres, cuatro, cinco y seis; y divisiones por dos y tres, que son parte del currículum reducido que definió el Ministerio de Educación para los cuartos básicos en 2020 para enfrentar la emergencia y la imposibilidad de acudir a las aulas.
“Es un hecho que les cuesta más ahora”, lamenta el docente. “Los niños de quinto hoy tienen el conocimiento que en 2019 tenía un niño de cuarto… voy a ser generoso, de mitad de cuarto”, agrega.
A su juicio, las consecuencias de este rezago pueden ser graves si se considera que esta sociedad es la “más matematizada de la historia, por lo que si usted le quita a los ciudadanos un 25% de su formación científica matemática serán ciudadanos que estarán en desventaja frente a los que no la perdieron”.
El plan de conexión
El CMAT es un referente para muchos colegios que envían sus mejores alumnos a la competencia. El profesor cuenta que este año la versión se ha desarrollado por Zoom y la participación se ha reducido en cerca de la mitad de la última versión presencial, particularmente en los estudiantes de colegios vulnerables.
El matemático dice que los profesores le contaron que los los medios de conexión son una limitante para competir.
“En sectores vulnerables los niños de colegios municipales tienen acceso a un celular con plan limitado; ahora, un niño de un particular pagado tiene acceso a una tablet y con conexión a internet”, diferencia.
Para este doctor en Ciencias, debido al sistema de aprendizaje que ha imperado a causa de la pandemia los niños de establecimientos municipales y particulares subvencionados de menores ingresos “se van a ver afectados dos veces en su conocimiento: la primera porque no han conseguido pasar los contenidos del año pasado; y la segunda porque lo que están aprendiendo lo están aprendiendo con limitaciones respecto a sus recursos. Yo creo que vamos a tener un problema difícil… difícil”.
Lo telemático ha derivado también en una reducción en el tiempo de clase, que de una hora y media pasó a unos 45 minutos, de los cuales el profesor pasa unos 10 tratando de calmar a los estudiantes. “Antes conseguías que los niños estuvieran una hora atentos, ahora a lo más consigues 20 minutos de atención”, añade.
El especialista teme que lo perdido no se recupere. Calcula que si este sistema se mantiene serán dos años con un tercio del tiempo lectivo menos respecto a lo anterior. Pronostica que esto se verá reflejado en la universidad.
“Los que están saliendo este año e ingresen a la educación superior, si no tienen cosas remediales donde ingresen, cuando vayan a hacer los cursos normales de las carreras que normalmente se hacían van a estar a una distancia bastante más grande que la generación que ingresó en 2019”, dice.
Labarca defiende que la situación pandémica defina un regreso seguro, pero añade que una solución para cuando los colegios vuelvan a la presencialidad podría ser que el Ministerio de Educación gradualmente recobre el currículum que se fijó en 2009, que es el estándar de un país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo de las Economías (OCDE).
“No se puede hace dos años en uno. Yo creo que el primer año de no presencialidad se va a tener que recuperar en el segundo un poco, en el tercero otro poco, en cuarto otro poco… y así (…) Hay un efecto cascada que imagino que el ministerio debe estar reflexionando para tener una solución sistémica”, plantea.
“Evidentemente los sectores vulnerables son los más afectados, por lo que yo creo que el Estado chileno tiene que hacer un esfuerzo duro porque la capacidad de recuperación de un estudiante de una familia con recursos es bastante mejor que la capacidad de recuperación de otro estudiante en condiciones menores”, añade.
Y remata: “El escenario está difícil, se va a requerir mucha buena voluntad, de mucho trajo de los profesores, de mucho trabajo de los apoderados para que los jóvenes no se vean en desventaja (…) Yo se lo digo: el efecto de la pandemia en la educación no se resuelve en los próximos seis años. A eso sume lo afectado que ha estado la capacidad de resiliencia, de concentración, la capacidad de trabajo. Los alumnos ya van a pasar dos años que están en la casa, con horas de 45 minutos… imagine cuando vuelvan al colegio y tengan que hacer clases de hora y media”.



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