Buenos días.Los seres humanos somos grandes cooperadores. ¿Qué ha pasado pues, en las últimas décadas, para que los adultos olvidemos ese rasgo y nos entreguemos a tiempo completo a competir?
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Quizá las respuestas haya que buscarlas en que las actividades cooperativas requieren que tengamos que invertir recursos y esfuerzos en la búsqueda de objetivos conjuntos a largo plazo, ignorando la satisfacción individual y a corto plazo y confiando en que aquellos con los que estamos cooperando, también la ignorarán.La cooperación se ha convertido en una rareza, relegada casi por completo, al ámbito social; el único lugar, donde parece que ha encontrado espacio y sentido.