Hace 52 años empezaba en Argentina una de las revueltas populares más importantes de la historia y con eso se sentaban las bases de lo que terminaría con la recuperación de la democracia en 1973. En 1969 la dictadura de Juan Carlos Onganía llevaba tres años en el poder y el descontento popular por la negativa del mandatario a reestablecer la negociación colectiva y la actualización salarial, entre otros motivos, derivó en la manifestación, originalmente pactada para el 30 y el 31.
Córdoba decidió adelantarse y tomó el formato de protesta que empujaba Agustín Tosco del Sindicato de Luz y Fuerza, uno de los más importantes: abandonar los puestos de trabajo durante 36 horas.La medida tomó más fuerza cuando al reclamo obrero se le sumó el sector estudiantil, marcado a fuego por la intervención de la dictadura en las universidades y la muerte de tres militantes en Corrientes y en Rosario.En aquel momento Onganía no presentaba plazos para retornar a la vida demócratica -rasgo distintivo de la “Revolución Argentina con respecto a sus predecesoras- y el descontento popular contra el gobierno de facto aumentaba.
Cuando las columnas de manifestantes fueron interceptadas violentamente por la Policía provincial y federal, estas se desbordaron y lograron llegar al centro. Los vecinos formaron barricadas para proteger a quienes marchaban y las fuerzas de seguridad se vieron superadas.La violencia fue empujada por el asesinato en manos de las fuerzas del militante obrero de SMATA Máximo Mena. El Ejército se hizo cargo y durante el 29 no logró hacerse cargo de la ciudad, ya que los ciudadanos decidieron hacer oídos sordos al toque de queda y mantener las barricadas y manifestaciones en la calle.
El Ejército recién controló la situación dos días después y el gobierno militar dispuso juicios castrenses para los implicados. Fueron condenados a prisión una docena y media de personas entre las que se destacan Agustín Tosco (8 años) y Elpidio Torres (4 años).Fueron detenidos en instalaciones militares de Trelew y La Pampa y liberados en 1969 cuando Onganía dictaminó la amnistía.
Agustín Tosco, dirigente gremial de Luz y Fuerza, uno de los prinicipales actores del Cordobazo
Si bien el presidente de facto no renunció inmediatamente, los trabajadores consiguieron muchas de las reivindicaciones que buscaban como las negociaciones colectivas y el régimen sufrió una herida que terminaría con la salida de Onganía en 1970.
