Una pequeña (y complementaria) historia de la defensa internacional del pisco



Siguiendo lo expuesto en el artículo “El pisco logra importantes avances en su reconocimiento, protección y promoción internacional”  en el que se hace una importante relación sobre la evolución que ha tenido el despliegue del pisco en distintos mercados, quisiera aportar un par de consideraciones respecto de la importancia del trabajo colaborativo público-privado en la protección de este valioso activo. El artículo recuerda el valioso esfuerzo que ha desplegado el sector privado, señalando que a principios de los 2000, al poco tiempo de lanzar una estrategia de exportación, ella se topó con “una limitante que no había sido considerada: la oposición del Estado peruano al uso de la palabra “pisco” para denominar al destilado de uva nacional…[y] mientras el destilado peruano era representado por el Estado del Perú, con recursos y profesionales dedicados a su defensa, en el caso de Chile era la Asociación de Productores de Pisco la que debía representar los intereses de los productores pisqueros, obligados a desembolsar sumas inimaginables para un gremio de no más de 20 miembros.” Posteriormente, señala el artículo, gracias a la creación de instancias público – privadas, la Asociación ha buscado que el Estado se involucre en la defensa del pisco en tribunales internacionales.
El articulo correctamente destaca la importancia del pisco para nuestro país y los beneficios de asociarse y de colaborar entre los sectores públicos y privados, pero es necesario complementarlo detallando el papel que ha jugado el Estado chileno en la defensa y promoción del pisco, mucho antes de las iniciativas que ahí se destacan. Para muestra, dos botones…
Primer botón: Es sabido que en democracia Chile se embarcó en una dinámica estrategia comercial, incluida la negociación de acuerdos bilaterales y una activa participación en foros multilaterales como la Organización Mundial del Comercio. Por eso es importante señalar que ya el primer tratado de libre comercio firmado por Chile, aquel con Canadá (1997), contempló el reconocimiento del pisco para nuestro país (a cambio del Whisky Canadiense). Como negociador de propiedad intelectual por Chile de aquellos años puedo dar fe que el primer punto que Chile ponía en la mesa de negociación de propiedad intelectual en sus tratados era el reconocimiento del pisco. Es así como los tratados con México (1999), la Unión Europea (2003), Corea (2004), Estados Unidos (2004), el P4, con Brunei, Nueva Zelandia y Singapur (2006), y muchos de los que siguieron, todos lograron el reconocimiento del pisco, no sin un importante esfuerzo de los negociadores chilenos. Esta tradición ha continuado en prácticamente todos los acuerdos firmados por Chile, siguiendo una política de Estado que ha perdurado y que ha llevado al reconocimiento del pisco por esta vía en más de 40 países.
Segundo botón: Pero a nivel multilateral el Estado chileno tampoco se quedó de brazos cruzados. En febrero de 2005 Perú depositó en la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) el instrumento de adhesión al Arreglo de Lisboa relativo a la Protección de las Denominaciones de Origen y su Registro Internacional. El principal efecto de este tratado es que sus miembros (en ese entonces sólo 22) pueden notificar sus denominaciones de origen a la OMPI, y los demás países tienen 12 meses para justificar su rechazo. El no rechazar una notificación significa que esos países aceptan la exclusividad para el país miembro notificante.
En un episodio probablemente poco conocido, puedo dar fe de cómo, en una acción coordinada entre la entonces Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales (su Unidad de Propiedad Intelectual), hoy Subrei, y la Misión de Chile ante la Organización Mundial del Comercio y la OMPI donde me desempeñaba, el gobierno chileno activó un minucioso plan de defensa de nuestra denominación de origen. Así, a poco menos de un año desde que en julio de 2005 Perú hubiera notificado el pisco peruano a la OMPI, las principales economías del Arreglo de Lisboa que eran de interés para Chile habían rechazado esa solicitud, o la habían aceptado solo parcialmente debido a los derechos que ya le habían sido reconocidos a Chile en sus bilaterales.
En esa ocasión llamó la atención a nivel internacional que, en una fórmula sin precedentes, los países de la Unión Europea partes del Arreglo de Lisboa (Eslovaquia, Francia, Hungría, Italia, Portugal, la República Checa, y Bulgaria a punto de entrar), más Costa Rica, rechazaran la denominación peruana «únicamente en aquello que haga obstáculo a la utilización para productos originarios de Chile de la denominación Pisco protegida conforme” al Acuerdo de Asociación Chile – UE. México por su parte notificó su rechazo total. Los países que aceptaron la solicitud peruana no eran en ese entonces países relevantes para efectos del acceso a mercado del pisco, sea por tamaño, sea por existir prohibición de consumo de alcohol, o por no ser comercialmente relevantes (p.ej. Argelia, Burkina Faso, Congo, Gabón, Haití, Irán, Corea del Norte, Togo).
Es así como en pocos años después de haber suscrito su primer tratado de libre comercio con Canadá, Chile logró el reconocimiento de nuestra denominación de origen en los principales mercados del mundo y consolidó una política bilateral y multilateral que se mantiene hasta el día de hoy. Ésta, complementada con una activa acción a nivel doméstico de nuestras empresas, apoyadas por el Estado chileno, son la garantía de que en todos los rincones del mundo tendrán el privilegio y el gusto de probar la primera denominación de origen en Latinoamérica.
 

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.



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