Martín Cárcamo: “Todos los días al levantarme y bañarme me acuerdo de Mauricio Pinilla por ese tatuaje”


Tras el final abrupto de “Bailando por un Sueño” en 2020, el presentador de televisión Martín Cárcamo volvió a su hogar para estar, como la mayoría de los chilenos, en cuarentena.Fue ahí donde al “rubio natural” le nació la idea. “En medio del encierro me puse a pensar: ‘¿por qué no hablo con personalidades de Chile y el mundo por Instagram?’. Ahí empecé realizando ‘Almorzando con el Rubio’ y me di cuenta de que había mucha necesidad de conversar”, narra Cárcamo.Fue así que la idea fue formándose entre muchas personas y acabó en el formato que se vio en “De Tú a Tú”, programa que llegó a su fin la semana pasada en Canal 13.”La verdad es que esperaba que el programa se recibiera de forma muy distinta”, comenta el animador. “Creí que sería visto como algo muy bonito, con muchas personas en pandemia. Pero me di cuenta al mes después de que lanzamos el programa que fue muy distinto”, añade.”Nunca creí que llegaríamos a estos niveles de popularidad, que las personas lo tomarían como algo tan propio. Y eso me sorprendió a mí también, no lo noté hasta que me empezaron a llegar mensajes en Instagram, donde la gente me escribía para agradecer el programa”, narra.Según Cárcamo, con “De tú a tú” pasó algo más que una fanaticada, él asegura que acabó con “un grupo grande de personas que empezó a seguir el programa como si fuera una serie”.¿Fue complejo poder hacer que los rostros te abrieran las puertas de su casa para la televisión?Lo que pasa es que esto era un formato muy atípico. Como no hay una escenografía formal, todo se hizo más natural. Comenzamos haciéndolo en mi casa con una sanitización completa, PCR a todas las personas y con un grupo reducido y siempre el mismo equipo de cámaras… Yo creo que las personalidades, al ir viendo el formato, que era en mi casa, fueron accediendo. Partí con Kathy (Salosny), que salió en el primer capítulo, que lo hicimos en su casa en la playa. Yo creo que se dieron cuenta de que se podía hacer con muchas medidas, porque era todo muy controlado y al ir mostrando este formato en la tele el invitado accedía a elegir si querían hacer el programa en su casa o en la mía. Obviamente hay casos de algunos que viven con otras personas, o de repente no sé, querían tener más privacidad, se hacía en mi casa.¿Hay alguno de tus invitados que recuerdes como el más gracioso?Me reí mucho con Álvaro Escobar. Me reí todo el programa porque además pasaron cosas muy insólitas. Álvaro es un personaje muy culto, muy divertido, pero Álvaro conoció a su cuñada, o concuñada, a través de Zoom cuando su hermano se la presentó en el mismo programa y eso fue increíble, notable. Me reí mucho también con la Paty Cofré que de los 15 segundos, hizo 30 segundos de chuchás (risas). Ella es muy divertida también… No, hay grandes capítulos y muy graciosos. Sólo el hecho de jugar ping pong con los deportistas número uno en tenis (Marcelo Ríos, Fernando González y Nicolás Massú), o cuando me tatuó Pinilla la gaviota en el cachete… Me levanto todas las mañanas y al bañarme me acuerdo de Pinilla (risas).Se vivieron momentos memorables…Este programa es una joya para mí. Fue un privilegio poder hacerlo, además aprendí mucho de cada una de las personas. A veces volvía a mí casa y me quedaba dormido pensando en lo que me habían contado, como habían enfrentado momentos duros de su vida… Creo que se hablaron temas muy transversales, se habló de la pérdida de personas queridas, quiebres amorosos, relaciones con hijos o la pareja o también de sueños y todo eso genera una forma en la que llega a chicos y grandes, es un programa muy familiar.Y ¿hubo alguna historia que te haya impactado?Obviamente la conversación con el Flaco de los Dinamita, Paul Vásquez, cuando cuenta que fue abusado cuando niño, eso fue algo muy fuerte y que no tenía contemplado en la conversación. Creo que para mucha gente fue muy potente también. Cuando entrevisté a Dino Godillo y hablamos de lo mismo y cómo él había enfrentado la tuicion de sus hijos, además del hecho de que su hija haya adoptado el apellido materno por el de su actual pareja en vez de su madre biológica. Son cosas que nos sorprenden, o también con Leo Rey cuando contó que nunca había ido al colegio y había tenido una infancia muy dura recorriendo pueblos con su papá. Todas esas son historias de vida muy potentes, muy emocionantes.¿Hubo algún entrevistado pesado?No, para nada. Todo fue muy amable, porque además el programa se trata de eso, de pasar un buen momento y hablar de la vida, si alguien venía a mi casa, hacía todo lo posible para que se sintiera muy cómodo y atenderlo con las cosas que le gustaban; y si iba a la casa de otra persona me atendían y me sumaba a ese cariño. Creo que ese cariño traspasó la pantalla y eso se agradeció. Quizá en dos años podríamos volver y ver qué ha cambiado.



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