México.- La falta de recursos económicos ha sido una de las causas principales por las que algunas personas que están sufriendo problemas de salud mental en esta pandemia no han buscado ayuda psicológica profesional.En entrevista con Debate, narraron sus vivencias Víctor Aguirre, de Guanajuato; Isabel Mascareño y Jorge Rubén Iturralde, de Sinaloa, quienes describen haber dado más prioridad a la salud física de su familia; sin embargo, consideran importante la salud emocional en sus entornos. Ellos participaron recientemente un sondeo de Debate, donde un 86 por ciento de quienes contestaron dijeron no recurrir a la ayuda de un terapeuta ante las complicaciones actuales que los afectan.
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Perdió empleo en pandemia
Víctor Aguirre Castro vive en León, Guanajuato, tiene 43 años y es empleado de autotransportes. Comentó en entrevista que tanto él como sus compañeros se vieron afectados económicamente durante la pandemia, lo que a su vez les ocasionó muchas preocupaciones. Por la escasez de trabajo “pedimos prestado, como quien dice, para ir sobreviviendo; y ya ahorita como que vamos en carrera”, contó.Leer más: ¿Qué opina el EZLN sobre la consulta del 1 de agosto? Los problemas económicos le han hecho sentir estresado y preocupado, ya que dependen de él su esposa y dos hijas. Además de eso, describe vivir en un estado de alarma constante, pues cuando les da gripa o algún síntoma respiratorio, siempre piensan que es covid-19. “La vez pasada yo me enfermé de gripa, y luego luego me hice la prueba y salió negativa, sí nos preocupamos”, comentó.
Aunado a lo anterior, tiene sentimientos de tristeza debido a que piensa en los gastos que implicaría enfermarse y saberse con pocos recursos, le preocupa la posibilidad de que algo más le pase y dejar sola a su familia. Comentó que, hasta la fecha, no ha tenido ayuda psicológica, y aunque considera importante este aspecto, solamente van al médico y siguen sus recomendaciones porque se sienten vulnerables.Desgaste
Isabel Mascareño tiene 30 años, es una sinaloense especializada en sistemas computacionales. Durante la pandemia perdió el empleo cuando la empresa en la que laboraba decidió hacer corte de personal, “me dio ansiedad al ver que estaba difícil conseguir un nuevo trabajo”, narró.Ella vive con su mamá y ambas cooperan para sostener la casa. Además de la ansiedad vivida por su pérdida de trabajo, a ella le ha estresado el encierro y las restricciones sanitarias implementadas para evitar contagios, también le angustiaba pensar que su madre tuviera la posibilidad de enfermarse, algo que finalmente ocurrió este año.Isabel comentó que echó mano de sus ahorros para solventar los gastos que generó la covid-19 y, por fortuna, su mamá salió adelante. Al tener todo ese desgaste emocional, ella pensó en buscar ayuda profesional, sin embargo, quedarse sin empleo limitó sus posibilidades de pagar un servicio de este tipo: “decidí tener mis ahorros para las necesidades básicas”, dijo.Ahora, Isabel ya tiene un nuevo empleo, trabaja de forma remota desde su casa, algo que la tranquiliza y le da estabilidad. Comentó que sus conocidos que perdieron sus puestos durante la pandemia vivieron muchos momentos de tensión, dolor y desesperación ante la situación económica y la incertidumbre.Hasta su conocimiento actual, ninguno de ellos se acercó a algún servicio de atención psicológica, algo que lamenta. Isabel considera que salió adelante gracias a que consiguió trabajo y se acercó a sus amigos y familiares para platicar de sus problemas. Ahora, que está más estable en lo económico, buscará ayuda profesional para mejorar su salud emocional. Preocupados y cuidándose
Jorge Rubén Iturralde es maestro de educación física en Culiacán y tiene 50 años de edad. Cuenta que, desde el inicio de la pandemia, él y su familia han vivido con precaución y cuidados para evitar contagiarse del coronavirus.Hasta ahora, dentro de su núcleo hogareño nadie ha adquirido la enfermedad, él cree que debido a que salen solo por lo necesario y se encarga de ir por las compras y sanitizar los objetos adquiridos una vez llega a su casa: “utilizo alcohol al 70, lo meto a un atomizador y así lo uso”, no ha habido contagios. Todos en casa cuidan llevar siempre puesto el cubrebocas al salir, además de usar desinfectante y se lavan las manos seguido; su objetivo es evitar enfermar y lo han logrado.A pesar de esto, él y su familia han vivido momentos de estrés intenso cuando han enfermado de covid-19 algunos familiares, y también momentos de tristeza debido a que un tío de él, un adulto mayor, falleció de la enfermedad.“Ya tenía las dosis de vacuna y cayó, pero pues mi tío fumaba mucho y por eso quizá se le complicó la enfermedad”, lamentó. La mayor preocupación de Rubén es que hay mucha gente que no respeta las normas y la sana distancia. Cree que las autoridades deberían tener vigilancia continua en las calles y locales “es lo que falta en el Gobierno, personal sobra para hacer eso, lo pueden hacer las educadoras viales, que siempre están en los semáforos instruyendo al peatón”, planteó.Leer más: Joe Biden advierte que desinformación en redes sociales sobre Covid-19 está “matando gente”Contó también que en su hogar han estado estables en lo emocional, sin embargo, ha visto los efectos de la pandemia en algunos familiares o amigos y él considera positivo que estas personas pudieran acceder a servicios públicos o privados para atender su salud mental.Señala que porque les faltan recursos o no ven estos servicios a su alcance, no se atienden. Cree buena idea que las autoridades les dieran un acceso más cercano mediante brigadas de atención en los parques y plazuelas comunitarias.
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