Brasil vuelve masivamente a las calles para exigir destitución de Bolsonaro y Lula acusa al mandatario de tener “comportamientos genocidas”



En más de 400 ciudades del país, los manifestantes también pidieron acelerar el proceso de vacunación y aumentar el monto de los auxilios para que los más pobres puedan enfrentar la crisis que llegó con el virus, que deja ya más de 14,8 millones de desempleados.
Convocadas por las centrales sindicales, partidos de izquierda y movimientos sociales, las protestas se realizaron de forma pacífica, durante todo el día y solo se registraron disturbios en Sao Paulo.
Además de las manifestaciones en Brasil, una decena de países, entre los cuales Alemania, España, Canadá, Estados Unidos, Inglaterra, México y Portugal acompañaron las marchas en el exterior desde varias ciudades.
En el gigante suramericano, las manifestaciones más multitudinarias ocurrieron en Sao Paulo, la ciudad más poblada del país y la más golpeada por la pandemia, Río de Janeiro, Recife, Belo Horizonte y también en Brasilia, donde las protestas se concentraron ante la sede del Congreso, para reforzar la presión por un juicio político contra Bolsonaro.
En la capital brasileña líderes políticos y manifestantes coincidieron en que la presión del pueblo brasileño contra Bolsonaro está aumentando.
“La indignación de las personas y las protestas de las calles van a llegar al Congreso. Los partidos y los sindicatos están presionando para que se abra el proceso de destitución”, indicó a Efe Gleissi Hoffman, presidente del Partido de los Trabajadores (PT), la principal formación de oposición y a la que pertenece el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
En el mismo sentido se manifestó Víctor Ferreira, un empresario de 25 años que salió a protestar contra el mandatario disfrazado de Indiana Jones y quien dijo que a Bolsonaro lo van a destituir sus propios seguidores.
“Así como el Capitán América él combate el fascismo y eso refleja todo lo que pienso. Es el bien contra el mal (…) Indiana Jones combate el fascismo, combate el mal y creo que es una buena analogía”, dijo.
La gestión del Gobierno de Bolsonaro está siendo duramente cuestionada por sospechas de corrupción en la compra de vacunas, que han sido destapadas por las investigaciones que adelanta una comisión del Senado y que han puesto hasta al mismo mandatario bajo el ojo de la Fiscalía.
El negacionismo del líder ultraderechista para enfrentar la pandemia y las supuestas corruptelas a costas de la covid han elevado en Brasil las peticiones para su destitución, impulsadas por la oposición.
Inmensas pancartas con las frases “¡Fuera Bolsonaro!” “¡Vacuna para todos ya!” y “Bolsonaro genocida” fueron el común denominador de las protestas, que solo registraron actos de violencia en Sao Paulo.
Al comienzo de la noche, cuando las marchas ya se estaban dispersando en la capital paulista, la Policía lanzó gases lacrimógenos tras ser atacada con piedras por un grupo de encapuchados, que también destruyeron la fachada de un banco.
A pesar del esfuerzo de los organizadores se registraron aglutinaciones, aunque la gran mayoría de los participantes llevaba tapabocas.
Brasil es uno de los países más azotados por la pandemia del coronavirus, con más de 548.000 muertos y 19,6 millones de contagios.
El número de fallecidos y de positivos ha caído sustancialmente en el último mes, gracias a la campaña de vacunación que se adelanta en el gigante suramericano.
Desde que el proceso de inmunización comenzó en Brasil, seis meses atrás, un 45 % la población ha recibido al menos una dosis de la vacuna. No obstante, apenas un 17 % de sus más de 212 millones de habitantes, cuenta con el ciclo completo de vacunación.

El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva acusó este sábado al actual jefe de Estado de Brasil, Jair Bolsonaro, de tener un comportamiento genocida y tendencia a “hacer el mal”.
“Bolsonaro no piensa en hacer el bien, sólo en hacer el mal”, dijo Lula en una entrevista con la cadena France 24, en la que criticó la gestión del actual dirigente en la crisis sanitaria, pero también en la Amazonía.
Añadió que “Bolsonaro no se ha ocupado de la pandemia, no ha creído en la ciencia (…), no ha querido comprar vacunas cuando había, no ha incitado al uso de mascarillas ni a que la gente se quede en su casa y evite los baños de masa. Por esto digo que es responsable de una parte de los 540.000 brasileños que han muerto y por lo que considero que tiene un comportamiento genocida”, denunció.
Lula se dijo convencido de que en algún momento Bolsonaro pagará por su irresponsabilidad y por no hacerse cargo de la salud de la gente.
De haber estado en su lugar, el exmandatario dijo que habría establecido una serie de protocolos para que los brasileños recibieran la misma información, basada en datos científicos.
El que fue presidente de Brasil entre 2003 y 2010 se mostró convencido de que la solución en Brasil consiste en gobernar para los pobres y colocarlos en el centro de las preocupaciones del Estado.
“La actitud de Bolsonaro parece fascista por su comportamiento y sus ataques. Ataca al pueblo, las mujeres, los negros, los sindicalistas, los antiguos presidentes de la República. Parece un ser no civilizado. Hay que ser duro con él porque él es así, solo se respeta a sí mismo”, criticó.
Convencido de que Bolsonaro perderá las elecciones y de que Brasil “volverá a ser un país civilizado”, dijo que están “llegando al término del mandato de este presidente genocida”.
Palabras que repitió para la gestión de Bolsonaro en la selva amazónica, donde cree que hay que utilizar la riqueza de la diversidad para producir otras oportunidades de empleo para la región.
Pero insistió en que ningún país puede decir que la Amazonía deba ser internacionalizada ni transformarla en “una especie de santuario de la humanidad”.
Preguntado sobre su posible candidatura en las próximas presidenciales, confirmó que “cuando llegue el momento”, si tiene “la misma salud y la misa voluntad, sí”. “Seré candidato”, afirmó.



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