Héctor Melesio Cuen Ojeda



A finales de otoño del 2010, casi a mediados de diciembre de ese año, Héctor Melesio Cuen Ojeda acudió a mi hogar a plantearme la necesidad de realizar un proceso de inducción al equipo que lo acompañaría en la administración pública del municipio de Culiacán, ya que en esa época había sido electo presidente municipal de la capital sinaloense, y faltaban solo unos días para asumir tal responsabilidad.Dicho proceso de inducción consistió en un curso intensivo de capacitación sobre administración pública municipal, cuya duración fue de un par de semanas. Su ejecución fue en un conocido hotel de Culiacán, bajo la modalidad taller, razón por lo que enfatizamos mucho en la parte práctica, sin desdeñar lo teórico en los puntos clave, especialmente en lo que se refiere a la cuestión constitucional, así como en cada una de las atribuciones de las diversas áreas administrativas, tanto centralizadas como paramunicipales y/o descentralizadas.Asistieron a él alrededor de treinta personajes de muy variadas profesiones –todos universitarios con excelente nivel académico-, quienes a la postre fueron servidores públicos de Culiacán. En dicho curso hubo mucha participación y entusiasmo de parte de los asistentes, lo que permitió enriquecer y entrar a fondo en varios de los tópicos de su contenido temático.En el marco de la referida jornada académica, como es usual, se les proporcionó a los asistentes todo el material didáctico necesario. Al final se notó muy buen aprovechamiento de los futuros servidores públicos, habiendo llegado muy bien preparados a ejercer sus nuevas responsabilidades en la referida administración municipal, cuya gestión, en ese tiempo, dio inicio el 1 de enero de 2011.Recordamos que dicha gestión fue muy dinámica, en la cual observamos a Cuen Ojeda como una persona incansable y de enorme sensibilidad social y humana, habiendo trabajado muy cercano a la gente. De tal manera que se realizaron infinidad de giras y encuentros con la ciudadanía en todas las sindicaturas, comisarías, colonias y pequeñas comunidades del municipio de Culiacán, en cuyas audiencias públicas los ciudadanos planteaban sus diversas necesidades.En dichos encuentros, Cuen Ojeda atendió de manera personal y directa las demandas que se planteaban, las cuales se canalizaban de inmediato a las áreas competentes para su solución; llevándose para ello un exhaustivo y sistematizado control y seguimiento de todas y cada una de las citadas demandas.Fueron cientos de reuniones de trabajo con la comunidad, y miles de peticiones las que se formularon. Sabemos que a todas se les brindó su correspondiente respuesta. Un elevadísimo porcentaje de las mismas fueron plenamente satisfechas. Sobre todo, las de competencia de la administración municipal.Observábamos que Cuen Ojeda atendía con esmero a los ciudadanos que se le acercaban con alguna solicitud, lo que es propio de quienes tienen auténtica vocación de servicio, y una extraordinaria sensibilidad social y humana.Esa sensibilidad social también queda patente en todo Sinaloa, a través de diversas brigadas comunitarias de servicio social del Partido Sinaloense, pues desde su fundación –agosto de 2013-, hasta hoy, este instituto político ha desplegado infinidad de acciones de muy diversa naturaleza a favor de miles de sinaloenses de escasos recursos económicos.Por algo el PAS es un partido de cuadros, excelentemente organizado, con una monumental capacidad de movilización y convocatoria que, por cierto, dicho sea de paso, bajo el liderazgo de Cuen, junto con sus miles de colaboradores y demás dirigentes, contribuyó enormemente al triunfo de Rubén Rocha Moya, gobernador electo de Sinaloa.Finalmente, diríamos que, Héctor Melesio Cuen Ojeda es un líder de altos vuelos, muy capaz y eficiente, con enorme sensibilidad social y humana. Miles de ciudadanos sinaloenses lo avalan y lo reconocen. De ese tipo de líderes y servidores públicos ocupa Sinaloa. 



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