No a todos convenció el aterrizaje de la exsubscretaria de Prevención del Delito, Katherine Martorell, en el comando del abanderado presidencial de Chile Podemos +, Sebastián Sichel, principalmente porque, más allá de las consideraciones que han buscado destacar de su llegada –como ser mujer, tener manejo en el tema de la delincuencia y “calle”–, para varios de los cercanos al exministro de Desarrollo Social su sola presencia jugaría en contra de uno de los mayores flancos de la campaña y que dice relación con evitar que se asuma su candidatura como una de continuidad del Gobierno del Presidente Sebastián Piñera.
Superadas esas consideraciones, y en el afán de investirse de escudera del candidato, su labor es la de “ensuciarse las manos” y, así, evitar que Sebastián Sichel sea salpicado por el “barro”, que él mismo tanto cuestiona. Una estrategia similar a la que cumplió el exalcalde de La Florida, Rodolfo Carter, en el tándem con Joaquín Lavín, y que fue muy cuestionada por el mismo Sichel, quien acusó que no le gustan las peleas de “barro” en la política.
En esta misma dinámica, y en busca de posicionarse, es que Martorell ha hecho noticia rápidamente, primero cuestionando las convicciones del candidato Gabriel Boric, a quien acusó de no tenerlas cuando respondió por el caso de las firmas falsas del excandidato Diego Ancalao.
Pero donde no se la dejaron pasar tan fácilmente, fue respecto del tono utilizado para cuestionar a una histórica ya de la oposición a la directiva actual de RN, como es la senadora Paulina Núñez, a quien, luego de reafirmar que apoyaría el cuarto retiro, Martorell la acusó de “populista” y de haber “dejado de ser parte del proyecto”.
Sus palabras dieron que hablar, y el comentario principal al interior del comando y también del conglomerado fue que se “sobregiró”. En este sentido, la expersonera de Gobierno recibió su primera reprimenda en su nuevo rol, donde se le solicitó calibrar de mejor manera sus intervenciones.
