La carta de Cristina, el Presupuesto de Guzmán y el ajuste fiscal


A pesar de la crisis de gabinete, desatada con la puesta a disposición de las renuncias de Wado de Pedro y los ministros kirchneristas, Martín Guzmán presentó su proyecto de Presupuesto 2022 en la noche del miércoles. La lógica indicaría hacer un repaso de las proyecciones macroeconómicas que define el ministro para el próximo año y analizar su contenido. Sin embargo, la gravedad de la crisis política hace ver al 2022 como el larguísimo plazo. La ruptura del gabinete es una respuesta a la derrota oficialista en las PASO del domingo. Particularmente, como explicamos ayer, a las causas del traspié electoral. La interpretación del ala K es que el Gobierno no supo revertir la delicada situación socioeconómica que viven la mayoría de los argentinos.
La carta publicada por Cristina Fernández de Kirchner hace unas horas hace especial énfasis en esta cuestión, y confía en que el Presidente “se va a sentar con su Ministro de Economía para mirar los números del presupuesto”.De esta forma, se refiere directamente al ajuste realizado este año: “se estableció que el déficit fiscal iba a ser del 4,5% del PBI sin pandemia a partir de marzo del 2021 -situación que no se verificó como es de público y notorio-. Cada punto del PBI en la actualidad es alrededor de $420.000 millones. A agosto de este año, a cuatro meses de terminar el año y faltando apenas unos días para las elecciones, el déficit acumulado ejecutado en este año era del 2,1% del PBI. Faltan ejecutar, según la previsión presupuestaria, 2,4% del PBI… más del doble de lo ejecutado y restando sólo cuatro meses para terminar el año… con pandemia y delicadísima situación social”.
Esta subejecución presupuestaria llevó a CFK a señalar “que creía que se estaba llevando a cabo una política de ajuste fiscal equivocada que estaba impactando negativamente en la actividad económica y, por lo tanto, en el conjunto de la sociedad y que, indudablemente, esto iba a tener consecuencias electorales”.

Estas consecuencias existieron, y la falta de reacción terminó por detonar la interna oficialista: “al día siguiente de semejante catástrofe política, uno escuchaba a algunos funcionarios y parecía que en este país no había pasado nada”. Pese a las versiones que circularon desde el gabinete, que aseguraban el lanzamiento de medidas para reactivar el consumo a ser presentadas hoy jueves, aún no hay nada oficial.Todas las referencias de Cristina Fernández apuntan al Presupuesto 2021, sin hacer ninguna mención al presentado en la noche del miércoles. Queda claro que el llamado a acelerar el gasto apunta a revertir la derrota en las elecciones generales de noviembre. Pese a que la vicepresidenta habla de “relanzar el gabinete”, advierte que nunca pidió la salida de Guzmán. Por lo tanto, el cambio de orientación económica que reclama lo ejecutaría el mismo ministro.Si retomamos a la presentación del Presupuesto del 2022 de anoche, observamos que el ministro de Economía redujo la perspectiva del déficit fiscal primario de este año al 4% del PBI. Podríamos decir que prevé gastar medio punto del producto menos que lo establecido en la ley de leyes a la que hace referencia Cristina. Por lo tanto, el señalamiento sobre el ajuste fiscal citado anteriormente debería ser aún más contundente.
Sin embargo, la gravedad de la crisis política y la urgencia electoral llevan a que un análisis pormenorizado de las proyecciones para el año próximo resulte estéril. Por ejemplo: proyecta un déficit fiscal de 3,3% del PBI para todo el año. ¿Estará el FMI de acuerdo con eso?¿Será apoyado en el Congreso, con una oposición envalentonada?¿Lo respaldará CFK, que no pide “nada alocado ni radicalizado”, y propone ver al “Estado atemperando las consecuencias trágicas de la pandemia”? 
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