Junaeb alerta por aumento de obesidad infantil tras encierros


Las secuelas que generó en los niños el prolongado encierro por la crisis sanitaria no se limitan solo a la salud mental y el rendimiento académico, pues según detectó la Junaeb las clases telemáticas también habrían causado un aumento de la obesidad infantil entre los escolares.”Hemos visto que hay un deterioro en la salud nutricional de los estudiantes durante la pandemia. Hay un aumento muy preocupante de sobrepeso y obesidad en los niños”, afirma a este medio el director nacional del organismo, Jaime Tohá.El retorno a la presencialidad y el inicio de las encuestas anuales del mapa nutricional que realiza el organismo hacen prever, a juicio de la entidad, un empeoramiento del alza de malnutrición ya detectado a fines del 2020, cuando se constató que un 54% de los alumnos presenta sobrepeso, obesidad, u obesidad severa.Tohá explica que parte importante del problema radica en la alimentación hogareña que han recibido los alumnos durante el encierro, pues si bien el servicio ha entregado más de 35 millones de canastas a las familias “no tenemos certeza de si los niños están comiendo en el horario que corresponde, con las porciones que corresponde”, algo que, señala, sí se puede controlar con la alimentación en los colegios.”Lo que ocurre en las casas es muy difícil para nosotros saber. Lo que sí sabemos es que la obesidad aumentó significativamente”, enfatiza.Para paliar esta problemática, el organismo anunció un nuevo plan nutricional que significa un giro a sus campañas habituales. Es que si bien las estrategias comunes han apuntado a mejoras alimenticias en general, como adaptaciones de menús, el nuevo programa apunta a realizar un trabajo personalizado con cada niño que presente malnutrición.El plan llamado “Contrapeso” iniciará con una primera etapa en las regiones de Coquimbo, Biobío, Araucanía y Aysén trabajando con los estudiantes de prekinder, kinder y 1° básico de 341 establecimientos.A todos ellos, unos 26 mil alumnos, se les realizará un prediagnóstico por nutricionistas con experiencia en población infanto-juvenil que acudirán a los colegios. De ese análisis, para quienes presenten obesidad se hace un trabajo junto a su familia para planificar una estrategia de mejora, lo que es supervisado con controles hasta retomar un nivel nutricional adecuado.En paralelo, también se montará un operativo médico integral que incluye exámenes de laboratorio como hemograma, perfil lipídico y de glicemia, y atención profesional en caso de detectar patologías asociadas a la obesidad, todo gratuito. En caso de que los profesionales sospechen sobre otras enfermedades fuera de lo nutricional, se contempla una derivación del paciente a otro especialista según el sistema de salud que tenga el niño.”La nueva estrategia es buscar otra forma de hacer lo que ya estábamos haciendo, asimilando los servicios médicos que tenemos para identificar niños con problema visual, auditivo y de salud oral y llevarlo a la obesidad”, explica Tohá.El próximo año se analizará los resultados del programa y dependiendo de su éxito se expandiría a más territorios del país.



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