Reino Unido: la crisis en el suministro de nafta golpea a las farmacias


La crisis con el suministro de nafta en buena parte del Reino Unido no cesa. Si bien la Asociación de Gasolineras del Reino Unido (PRA, en sus siglas en inglés) insiste en que se está volviendo a la normalidad las colas no cesan y muchos servicios comienzan a sentir el impacto. A partir de esto es que la principal asociación británica de farmacias, la Company Chemist’s Association (CCA), afirmó en las últimas horas que el suministro de medicamentos se estaba viendo afectado por partida doble, a consecuencia de la escasez de oferta de combustible y de la falta de camioneros.Además del combustible y los medicamentos, otro sector que también padece dificultades para su operación habitual es la industria agrícola advirtió desde donde se advirtió que cientos de miles de cerdos podrían tener que ser sacrificados en unas semanas, a menos que el Gobierno conceda visados para permitir la entrada de más carniceros en el país.

Más de cuatro décadas después del llamado invierno del descontento allá por la década del 1970 es que en las grandes ciudades de Inglaterra y mayormente en su capital, se observan desde el último fin de semana filas muy largas frente a las estaciones de servicio, la inmensa mayoría de ellas afectadas por la escasez de nafta.El repentino aumento de la demanda de combustible llevó a las autoridades a advertir que, hasta dos tercios de las estaciones, unas 5.500 de las 8.000 que tiene el país, tenían muy poco combustible y que el resto se encontraban sin abastecimiento.La súbita escasez de nafta no está en la falta de combustible sino en la ausencia de transportistas que la distribuyan. Las compañías petroleras fueron enfáticas en marcar que no hay escasez de gasolina, diciendo que las presiones sobre el suministro se deben a “picos temporales en la demanda de los clientes, no a una escasez nacional de combustible”.

Osea que la razón del cierre de las estaciones de servicio es la misma que ha llevado a muchos supermercados a tener parte de sus estanterías vacías, otra de las imágenes que por estos días observan los británicos.Es una crisis desatada en varios países de Europa y acelerada por la salida de la pandemia, pero que en el Reino Unido se convirtió en una tormenta perfecta al juntarse con el Brexit y las leyes que restringen enormemente la contratación de inmigrantes.El miércoles, el primer ministro Boris Johnson y el secretario comercial Kwasi Kwarteng dijeron que había indicios de que la crisis del petróleo se estaba “estabilizando”. Sin embargo, el líder laborista Keir Starmer negó este planteo y volvió a apuntar contra el Gobierno. 



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