un análisis sobre el desempeño gubernamental




Hace unos meses, cuando el periodista Jorge Ramos cuestionó al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, por las cifras de homicidios dolosos registrados en México (desde que tomó posesión en diciembre de 2018), los números sobre la cantidad de víctimas no han dejado de destacarse, ofreciendo una lectura contundente sobre la tragedia que vive nuestro país en materia de seguridad pública, pero ¿qué otros indicadores podemos utilizar para medir la actuación gubernamental en esta materia?, ¿cuál ha sido el desempeño del actual gobierno en comparación con las dos últimas administraciones?Para responderlo, revisaremos dos indicadores muy ilustrativos: a) el número de víctimas de homicidio doloso; y b) el porcentaje de crecimiento (o diminución), de las víctimas de homicidios dolosos respecto de la administración anterior. Así podemos visualizar el total de personas que han sido privadas de la vida por un homicidio doloso, durante la actual administración, así como verificar su índice de crecimiento o disminución, respecto de los ejercicios anteriores.a) La cantidad de personas asesinadas por homicidios dolosos en nuestro país eclipsan cualquier examen sobre el desempeño de la actual administración en materia de seguridad pública, que no ha podido reducir la grave desproporción de muertes que padecemos desde hace 15 años. ¿Se ha detenido la tendencia en crecimiento de los homicidios dolosos que se inició en el año 2006?
Las cifras de este indicador son impactantes. En el año 2018, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) registró un total de 36,687 personas que perdieron la vida por el delito de homicidio doloso; para el año 2019, esa cifra se redujo levemente a 36,661; mientras que en al año 2020, la cifra de víctimas se disminuyó a 36,579 personas. A pesar de que en los últimos años se ha detenido el crecimiento anual de personas asesinadas, si sumamos el número de personas privadas de su vida por homicidio doloso, tan sólo en los dos primeros años de la actual administración (73,240 personas), más el número que va en el 2021, seguramente estaremos hablando de las cifras más altas en la historia de nuestro país, arriba de las 100 mil víctimas, en tan solo tres años de gobierno. Los datos demuestran que no se han privado de la vida a más personas por año que las registradas en el último año de Peña Nieto, pero las cifras anuales del periodo 2019-2021 tampoco son mucho menores, se mantienen casi en los mismos niveles.No obstante, las cifras sobre el número de los delitos en México no dejan de presentar diferencias, despertando muchas dudas y desconfianzas. Las dos principales fuentes oficiales, como lo son el Inegi y el “Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública” (SESNSP), presentan algunas discrepancias sobre el número de delitos que se presentan (por mes o año), así como el número de víctimas de esos delitos. Por ejemplo, el SESNSP reporta 34,557 víctimas en el año 2020, mientras que el Inegi reporta 36,579, lo que representa una diferencia de 2,022 personas.La razón principal de las diferencias entre el número de víctimas por los delitos homicidio se debe a su fuente de origen y periodicidad. Mientras que el SESNSP, se nutre fundamentalmente de las carpetas de investigación sobre los presuntos delitos que registran las diferentes fiscalías y procuradurías de las entidades federativas; la información del Inegi proviene de los registros administrativos de defunciones a partir de los certificados de defunción, que proporcionan losRegistros Civiles o Servicios Médicos Forenses de las diferentes entidades. b) Frente al número total de víctimas, también resulta muy útil para examinar el desempeño gubernamental, determinar cómo se recibió el problema de homicidios dolosos y si han logrado reducirlo o, en sentido contrario, se ha incrementado. Definitivamente, no es lo mismo empezar el sexenio con un problema que se ha disminuido o controlado, en mayor medida, frente a un problema totalmente descontrolado.Por ello, es muy importante revisar el porcentaje de crecimiento (o diminución) de las víctimas de homicidios dolosos respecto de la administración anterior, es decir, revisar en qué proporción aumento (o disminuyó), el número de víctimas por homicidios dolosos registradas en el año en que recibieron la administración los dos últimos presidentes (Calderón y Peña Nieto), y cómo terminaron su sexenio, para ver su desempeño. Calderón recibió la administración con 10,454 víctimas por este delito en el año 2006, y terminó el sexenio con un total de 25,967 personas asesinadas en el año 2012. Es decir, durante su administración se experimentó un incremento del 148 % en el número de víctimas de homicidios. Su estrategia de seguridad pública no sólo no funcionó, sino que se agravó sustancialmente el número de muertes por este delito. Una época de terror que sufrió el aumento más elevado de asesinatos en nuestra historia. En el caso de Peña Nieto, la tendencia de homicidios siguió al alza.De las 25,967 víctimas con que recibió su administración en el año 2012, pasó a 36,687 en el año 2018, de acuerdo con cifras del Inegi. Un incremento del 41 % en el número de víctimas. Su estrategia tampoco funcionó, y el número de personas asesinadas también aumentó significativamente (pero sin llegar a los niveles de incremento de Calderón). Si revisamos el periodo comprendido entre los años 2006 a 2018, podemos observar que, durante un lapso de apenas 12 años, las víctimas mortales del delito de homicidio doloso en México aumentaron en más del 250 %, al pasar de 10,454 personas asesinadas en el 2006; a 36,687 víctimas en el año 2018, de acuerdo con cifras del Inegi. En lo que va el sexenio de AMLO, las defunciones anuales por este delito han presentado una leve disminución respecto a las cifras con que cerró la administración de Peña Nieto, es decir, presenta casi el mismo número de víctimas de homicidios dolosos, sin que hayan aumentado. De las 36,687 víctimas con que terminó el año 2018, pasó a 36,579, en el año 2020, con una disminución del 0.29 % anual. Por ejemplo, Calderón en su segundo año de gobierno, el número de víctimas mortales ya había aumentado en un 33 %, al pasar de 10,454 personas asesinadas en el año 2006, a 14,007, en el año 2008, de acuerdo con cifras del Inegi.Conforme lo expuesto, si bien es cierto que la estrategia de seguridad pública de la actual administración federal ha conseguido que no se generen mayores incrementos (contrario a lo que sucedió con sus antecesores), también es cierto que no ha sido capaz de reducir sustancialmente el número de víctimas. No basta con que no haya mayores aumentos (y se haya detenido la tendencia alcista de los homicidios dolosos), necesitamos que se reduzca sustancialmente. 



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