Deontay Wilder y Tyson Fury protagonizaron en el T-Mobile Arena de Las Vegas una de las veladas más recordadas de los últimos años en los pesos pesados, con una trilogía que llegó al final con la victoria en el 11° round por parte del británico, que retiene la corona de la WBC y el invicto.Tras una batalla en la que si rival besó tres veces la lona para la victoria y donde el “Gypsy King” sufrió dos golpes en el suelo, el juez decidió frenar la pelea con el último derribo de Wilder que mostró signos de agotamiento y de peligro durante gran parte del combate, en especial en los últimos tres asaltos.Tras la coronación y el abandono del local del cuadrilátero, se dirigió a una clínica de Las Vegas en donde fue supervisado por los golpes y cortes que sufrió. Visiblemente se notaban su labio cortado y sangre de su oreja izquierda, que generaron la intervención del médico en pleno combate.
En declaraciones posteriores a la salida de los controles, Malik Scott, entrenador de Wilder, habló a la cadena ESPN en donde dejó en claro cuales fueron las lesiones por las que recurrieron a controles médicos. A pesar de los mismos, el peleador regresó a su hotel, donde pasó la noche.”Lo llevé a su habitación, después vio a un médico. Todo está bien… se rompió el labio, se rompió la mano, se rompió el dedo, el nudillo, algo así. Pero la vida sigue”, agregó sobre los principales problemas del “Bronze Bomber” durante el combate de los pesos pesados.Ahora, la disputa entre dos gigantes parece haber llegado a su final con un empate y dos victorias de Fury, por lo que estará esperando por la presencia de nuevos rivales y retadores. Andy Ruiz, Anthony Joshua o Oleksandr Usyk podrían ser sus rivales y retadores para quedarse con su cinturón y su récord invicto.
