Gabriel Silber y la apuesta del “círculo de hierro” de Provoste: “Tenemos que diferenciarnos, tanto de los populismos de izquierda y derecha”



A un mes de la elección, “es tiempo de una nueva etapa”, dicen en la centroizquierda, a propósito de la campaña presidencial de Yasna Provoste. Ante un tablero donde estarían liderando Gabriel Boric (Apruebo Dignidad) y José Antonio Kast (Frente Social Cristiano), creen que la senadora debe cambiar la estrategia y dejar todo en la cancha para pasar a segunda vuelta. El camino medio entre dos extremos es una de las consignas con que Provoste entraría al ruedo, marcando diferencias tanto con el diputado del Frente Amplio como con la derecha.
En su sector creen que se debe mejorar la relación del comando con los demás partidos y los candidatos al Parlamento, que hasta ahora reclaman no tener las gráficas de la candidata para hacer campaña, a pesar de que en el comando aseguraron que fueron enviadas a todos los partidos. De igual modo, precisan que se va a atender a todos los requerimientos y se van a afianzar los lazos.
En su equipo además aseguraron que fueron alejados del comando algunos nombres que generaban ruido en los partidos, como el del senador DC Jorge Pizarro, los exdiputados Aldo Cornejo y Roberto León, el lobbista y operador político Julio Valladares, entre otros, que no eran mirados con buenos ojos en las colectividades.
Entre su “círculo de hierro”, al menos en la Cámara de Diputadas y Diputados, está Gabriel Silber, quien analizó con El Mostrador lo que queda de campaña. En su opinión, Yasna Provoste debe tener un rol diferenciador pero sin las recetas “añejas” del Partido Comunista, aliado de Gabriel Boric, cuyo programa tildó de “populista”. Sobre el peso de la DC en la candidatura, subrayó que la senadora nunca ha estado en un puesto de poder en el partido y que la falange debe presentar un proyecto nuevo para el país, incluyendo el nombre.
-¿Cuál debería ser el foco y cómo diferenciarse de Boric?
-Creemos que quien asuma a partir de marzo va a asumir un país que ha sido asolado por una de las crisis más profundas desde el punto de vista político, social y económico. Y junto con la recuperación económica, el diálogo social, la capacidad de recomponer confianzas, dar seguridad ciudadana a los chilenos que demandan tranquilidad, debe ser uno de los ejes del valor agregado que tiene Yasna Provoste como líder de la centroizquierda. Nuestro desafío es reinventarnos como proyecto político.
La política es una invitación al futuro más que dar cuenta del pasado y, en consecuencia, tenemos que diferenciarnos, tanto de los populismos de izquierda y derecha que hoy día avanzan en nuestro país, y que consideramos no es el antídoto para el estado dramático que vive nuestro país, que tiene, junto con un proceso constituyente en marcha, problemas significativos en torno a lo que ocurre en La Araucanía, el tema migrantes y la situación del norte del país, una situación deplorable con las arcas fiscales y un clima de crispación política sin precedentes, y la madera de ese liderazgo requiere un tono distinto al de Gabriel Boric y al de José Antonio Kast, si es que queremos tener un liderazgo constructivo para salir del hoyo en que nos encontramos.
-¿Cuál cree que es la mayor diferencia donde se puede hacer el punto? Algunos hablaban del área económica, pensiones…
-Hay varios ejes. Uno es entender que la seguridad pública es una bandera que debemos defender con fuerza, entender que lo público es mucho más allá que el Estado, que el crecimiento es tan importante como la recaudación fiscal y no todo es impuesto, sino que apostar también a los emprendedores y al rol privado. La estabilidad de nuestras relaciones internacionales también es un valor agregado y es un intangible que por años hemos cuidado como país y, además de eso, no podemos mirar ni el modelo de Trump en Estados Unidos ni el modelo de Podemos en España como la tabla de salvación de un país que merece más.
-¿Reafirma que el programa de Gabriel Boric es populista, como dijo en La Segunda?
-Yasna Provoste debe ir más allá de los liderazgos de rasgos similares a los de Podemos o de Donald Trump, que hoy día está mirando el país y que, claramente, han fracasado en el mundo. El rol diferenciador de una plataforma de centroizquierda, que vaya más allá de los partidos, que tenga un sello modernizador, que no busque con las recetas añejas del Partido Comunista levantar el país, a mi juicio es signo de un nuevo ciclo político y por eso pensamos que Yasna Provoste –siendo mujer, de región, teniendo trayectoria y roles en el Estado importantes, con logros como el IFE o mínimos comunes donde articuló a toda la oposición, incluyendo al Frente Amplio– tiene las características de rescatar confianzas, restablecer el diálogo político tan necesario en nuestro país.
Chile no se mejora con una lista de supermercado de cosas que hay que hacer, sino que también se requiere apostar al tono de ese liderazgo, que no sea confrontacional, que sea buscador y porfiado en la búsqueda de acuerdos, y entender que el diálogo político en la sociedad chilena, un diálogo intergeneracional, es más necesario que nunca. E incluso entendiendo los problemas que tenemos hoy día en La Araucanía, el que Yasna Provoste, su identidad, esté ligada a los pueblos originarios, refuerza esa capacidad de escucha que requiere el país.
-La diputada de Convergencia Social, Gael Yeomans, le replicó ayer y dijo que no le sorprende que la DC quiera inventar caricaturas de Boric y el programa, pero que sí sorprende que critiquen el eje de pensiones. Sobre usted dijo: “Gabriel Silber fue quien articuló la votación a favor del proyecto de reforma de pensiones de Sebastián Piñera y, al parecer, eso se le está olvidando”. ¿Qué responde a eso?
-Lo que hizo la Democracia Cristiana fue formular una alternativa a las AFP, que se terminan consolidando con la posición del Frente Amplio. Esa posición es gatopardista, que todo cambie para que nada cambie, es lo que nos tiene en este statu quo de suma cero. Si hubiésemos avanzado o incluso mejorado el proyecto, que era la responsabilidad del Senado, hoy día tendríamos una alternativa distinta a las AFP, hablaríamos de seguridad social –con todos los cambios que se pudieron haber introducido en el Senado–, que los chilenos tuviéramos una tasa de ahorro similar al de la OCDE, estaríamos en torno a los 16 puntos, que era lo que proyectaba dicha iniciativa.
-Una de las consignas que se levantó durante el 18 de octubre, en el marco de una crisis política y social, fue “no son 30 pesos, son 30 años”, que incluye una crítica a los gobiernos de la Concertación. ¿Por qué ahora Yasna Provoste daría garantías de hacer algo distinto a lo que se criticó en ese contexto?
-Obviamente uno tiene que hacer un mea culpa respecto de cambios que debieron enfrentarse con mayor profundidad, y el tema de las pensiones y las AFP es palmario en esa materia, pero claramente, con una mirada larga, estos dos años no han sido mejores que los últimos 30, por el contrario. Tenemos un país confrontado, con graves problemas de seguridad interna, con amenazas evidentes a propósito del recrudecimiento del conflicto de La Araucanía, con la situación que viven las regiones en el norte, con nuestros fondos soberanos absolutamente liquidados y nuestras reservas agotadas a nivel país, y con un desempleo que ronda el 8,5% a nivel nacional. Quienes piensan que después del 18 de octubre han estado mejor que en los últimos años, los invitaría a reflexionar con mayor profundidad.
-¿Qué ofrece Yasna Provoste en el actual escenario? Con un proceso constituyente, con algunos intentos de boicot, y también en lo económico.
-Primero, ofrece futuro. Quienes han pensado en el mundo, frente a la crisis de credibilidad política como la que vive nuestro país, que existen atajos en gobiernos populistas, han pagado caro esos errores, chocando con la realidad. Y pongo el caso de Trump en Estados Unidos o de Podemos en España, porque son gobiernos que tienen una mirada muy demagógica, populista y de corto plazo para enfrentar problemas que requieren mayor complejidad, gobernabilidad y capacidad de diálogo, que es lo que requiere nuestro país. Yasna Provoste, en medio de la crisis política, entendió el tono de ser la contraparte –como presidenta del Senado– de un Gobierno de derecha. Tuvo la capacidad de poner de acuerdo a distintas fuerzas políticas, desde el Frente Amplio hasta la Democracia Cristiana, generar una plataforma de contenidos más allá de los personalismos y caudillismos, y eso se plasmó en mínimos comunes y en el IFE. En materia de pensiones, Yasna Provoste apuesta a un sistema mixto donde el 10% de cotizaciones actual vaya a las cuentas de capitalización individual y el otro 6% adicional sea destinado a solidaridad, ya sea intra o intergeneracional, con un componente de género. Esa es la reforma de la candidata y es a la que nos comprometemos si Yasna Provoste es Presidenta de Chile.
-Sobre el proyecto de indulto, que ha enredado por estos días a la senadora y algunas bancadas de la oposición, ¿debería sacar su firma o quitarle el apoyo en la votación?
-Se lo pensó como una herramienta de negociación o de paz social, entendiendo que había alguna capacidad de interlocución con algunos grupos que no entendían la dimensión del acuerdo del 15 de noviembre, pero, a nuestro juicio, eso ya está absolutamente amagado y no tiene sentido seguir apoyando una ley de estas características. El tema del retiro de la firma a esta altura es una suerte de cliché. Ya está absolutamente superada esa propuesta y ha tenido, justamente, desde el punto de vista tácito, de no avance, la decisión de no perseverar ni apoyar esta iniciativa.
-Mario Desbordes dijo a The Clinic que si la segunda vuelta es entre Boric y Provoste, votarán por la senadora. Si ese escenario se da, ¿cómo cree que se deben capitalizar esos votos, los de la centroderecha?
-Nuestro domicilio político es la centroizquierda, que debe ser sentido de futuro sin retrovisor. Para nosotros la Concertación o la Nueva Mayoría son estadios políticos superados y, en consecuencia, vamos a recibir todos los apoyos, pero entendiendo que no vamos a negociar o establecer diálogos con sectores que no sean afines a nuestro proyecto y nuestro ADN que es la centroizquierda, y desde la oposición vamos a trabajar por ganar confianzas este 21 de noviembre.
-Hay candidatos al Parlamento que reclaman que no ha existido una bajada hacia ellos desde el comando de Yasna Provoste, que las relaciones no han sido las óptimas, a pesar de que reconocen mejoras. ¿Cómo lo ve usted?
– Yo creo que tenemos que mejorar y agotar todos los esfuerzos para tener una coordinación fina con nuestros candidatos, que ellos se sientan genuinamente apoyados desde el comando. La expresión territorial de una campaña, a mi juicio, es lo más importante, el no perder capitalidad respecto de la identidad de la campaña en regiones y cada una de las comunas, y ese esfuerzo lo hacen nuestros candidatos, quienes nos representan en el territorio. Desde luego este cierre de campaña en primer lugar es austero, y llamo a confrontar el financiamiento transparente que tenemos vía Servel frente a otras candidaturas. Segundo, nosotros tenemos claro que es tan importante que gane Yasna Provoste como que tengamos voces en el Parlamento que representen a este proyecto de centroizquierda que pide cambios en Chile, con profundidad, y de esa manera trabajar en equipo. Si hay alguna deuda, queremos pulir aquellos ripios y generar convicciones en el sentido de equipo, donde la unidad debe ser nuestro principal patrimonio.
-¿Cómo puede lidiar Yasna Provoste con el peso de la Democracia Cristiana, que es una de sus grandes mochilas?
-Yasna Provoste es un liderazgo al servicio de la oposición en su conjunto, incluso más allá de los partidos. Muchos hemos planteado que, una vez siendo Presidenta, ella debería suspender su militancia. Su propia historia partidaria, para quienes quieren endosarle esta carga de la DC, es explicada siempre no desde el establishment político, porque ella no ha ocupado espacios de poder en la directiva de la DC. Por el contrario, siempre ha combatido el establishment, y también la responsabilidad para la DC es reformularse a partir de esta elección presidencial –cualquiera sea el resultado que tenga la DC–, de ser un proyecto distinto y nuevo para el país. Al menos yo me voy a jugar el capital político que me queda en esta responsabilidad, desde el nombre.
-¿Dónde debe estar el foco en esta última parte de la campaña?
-Este último mes de campaña el foco debe estar en las propuestas, mostrar nuestro sello distintivo y renovación, mostrar ideas nuevas que se reflejan en caras nuevas en los elencos que acompañan a Yasna Provoste, dejar atrás los dimes y diretes desde el punto de vista personal para concentrarnos en los debates, en la franja y nuestro programa. Queremos evitar las descalificaciones, ya hay un clima muy crispado desde el punto de vista político, el centro va a estar en las ideas y sobre todo en la proyección de futuro y esperanza que requiere el país.



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