“La jefa” arriba a la disputa presidencial



Desde el 21 de noviembre, el escenario político en Chile se dividió en dos opciones irreconciliables entre sí: José Antonio Kast y Gabriel Boric. Nunca antes el alineamiento de las fuerzas y liderazgos políticos había sido tan acelerado como el que hemos presenciado durante el transcurso de esta semana.
Las características de la disputa electoral definen el marco para que se configuren los posicionamientos de las distintas fuerzas políticas. Una división similar ocurrió a partir de las opciones del Apruebo y Rechazo en el contexto del plebiscito, el cual dicotomizó circunstancialmente las alineamientos, en un período en que predomina la dispersión por sobre la unión.
Recordemos que no pasaron muchas semanas tras el Acuerdo del 15 de noviembre del 2019 para que la totalidad de las fuerzas políticas y sociales asumieran la centralidad de la disputa constituyente y su respectivo posicionamiento detrás de las banderas del Apruebo o del Rechazo. 
La llegada de la pandemia en marzo del 2020 y la postergación del plebiscito hasta Octubre del 2020 abrió un lapsus de tiempo para que algunos descolgados de la derecha pasaran oportunistamente a ubicarse bajo la opción del Apruebo, cuando ya era evidente el respaldo que obtendría dicha opción en las urnas. Tal como ocurrió.
En términos comparativos, el escenario de vuelta entre Kast y Boric no da espacio a ningún tipo de ambivalencia o cambios de última hora. El único que puede ofrecer una posición equidistante a este dilema es Franco Parisi, con su tercera posición y el ingreso de una bancada de correligionarios para el Partido de la Gente en la Cámara baja.
El resultado del domingo fue un excelente resultado para José Antonio Kast y un balde de agua fría para la candidatura de Gabriel Boric. La confianza del primero y el desconcierto del segundo se evidenció en los discursos de aquel domingo. 
Dentro del reordenamiento de piezas que comenzó a configurarse al interior de los comandos desde la mismísima jornada del lunes, José Antonio Kast ascendía como el primus inter pares de una derecha que lo apoyaba sin distinción desde la UDI a RN, incluyendo a Evópoli (la conversación con Sebastián Sichel ni siquiera ya es relevante). Por otro lado, Boric comenzaba a recibir el respaldo del PS, PPD, PR, y de las candidaturas de Marco Enríquez y Yasna Provoste, quien tuvo que reaccionar ante el apoyo que otorgó la presidenta del partido, Carmen Frei, al candidato de Apruebo Dignidad en la previa de la Junta Nacional que se lleva a cabo hoy domingo.
En medio de esta vertiginosa secuencia, hubo un posicionamiento que destacó por sobre el resto. Fue el de la ex presidenta del Colegio Médico, Izkia Siches, quien asumió como jefa de campaña del comando de Gabriel Boric. 
Una de las características del Estallido de Octubre, es que su energía disruptiva fue tan inorgánica que prácticamente no produjo ningún vocero, ningún rostro público. Lo que no pudo el Estallido, sí lo hizo el arribo de la pandemia. En este contexto, la presidenta del Colegio Médico se alzó como la principal voz de la sociedad civil ante un gobierno completamente deslegitimado para enfrentar la lucha contra el Covid-19 y unas fuerzas opositoras incapaces de actuar con unidad de propósito en el Congreso.
A modo de ejemplo, fue la propia ex presidenta del Colegio Médico la que contactó transversalmente a los partidos políticos para abordar la pertinencia de la realización del plebiscito programado en una primera instancia para el 26 de abril y allanar así su postergación hasta el 25 de Octubre, privilegiando como criterio único y exclusivo la salud de la población. Poco después, convocó a un grupo transversal de economistas con el objetivo de formular una propuesta de Plan de Emergencia que desembocó en un acuerdo entre Hacienda y sectores de la oposición.
Algo similar sucedió hace unas semanas cuando Siches lideró los encuentros del Colegio Médico con los candidatos presidenciales para abordar los desafíos en salud, y que comenzaron precisamente con quien obtendría la primera mayoría el 21-N, José Antonio Kast. Esta situación la enfrentó a las más duras críticas por parte de ciertos sectores de la izquierda.
La prueba más contundente de que la llegada de Izkia Siches logró revitalizar la campaña de Boric fue el intento casi desesperado por parte del comando de Kast de incorporar una figura política equivalente entre sus filas.
Primero, fueron por la investigadora del Centro de Estudios Públicos, Silvia Eyzaguirre. Después, por la subsecretaria de Salud, Paula Daza. Sin desconsiderar los atributos profesionales de ambos nombres, lo cierto es que la respuesta política dada por el comando de Kast se vio tan ridícula como el intento de contrarrestar el avance de la pañoleta verde del movimiento feminista con una nueva pañoleta, ahora de color celeste.
Izkia Siches, “la jefa”, llega a oxigenar el comando de Gabriel Boric en un momento decisivo para su candidatura. Entre el abanico de posibilidades que baraja José Antoni Kast, no existe equivalente alguno para equiparar su figura. Son este tipo de diferencias las que pueden inclinar la balanza hacia uno u otro bando cuando nos encontramos a solo tres semanas de la segunda vuelta.
Veremos en el transcurso de los días qué nuevas sorpresas nos depara el escenario de resolución presidencial.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.



Source link

Related Posts

Add Comment