Humedales: de la ley a la práctica



El pasado 15 de noviembre y bajo el esquema que entrega la nueva Ley 21.202 de Protección de Humedales, el Ministerio del Medio Ambiente reconoció 426 ha de protección para los humedales urbanos Krahmer, Catrico y el sistema de humedales Bosque-Miraflores-Las Mulatas-Guacamayo. Una alegría tremenda para la comunidad valdiviana, que lleva años anhelando la protección de estos espacios. Pero ¿cuáles son los pasos para declarar un humedal como humedal urbano?, ¿qué implica esta declaratoria? Desde Fundación Plantae, intentamos develar todos los pasos.
El proceso
La Ley de Protección de Humedales urbanos modifica varios cuerpos legales, estableciendo una vía administrativa para reconocer aquellos humedales que tengan la condición de urbano, promoviendo en ellos acciones de conservación, protección y preservación de los ecosistemas, además de obligar a los instrumentos de planificación territorial a reconocer estos espacios como zonas de alto valor natural. Esta vía administrativa puede ser utilizada de oficio por el Ministerio del Medio Ambiente, o a solicitud de un municipio.
Cualquiera sea el caso, el proceso de declaración se inicia con la presentación de información geográfica básica del humedal, sus vértices y bordes, delimitándolo según tres criterios: presencia de vegetación hidrófita; presencia de suelos hídricos con mal drenaje o sin drenaje; y/o un régimen hidrológico de inundación permanente o temporal. Además, se debe indicar la división político-administrativa regional, provincial y comunal, así como el nombre y la superficie en hectáreas del humedal. Luego del ingreso de la información, se establecen 15 días de evaluación de admisibilidad de la solicitud, para luego abrir un proceso en que cualquier persona u organización puede aportar “antecedentes adicionales” por otros 15 días. Estos antecedentes se pueden enviar dentro de plazo a la respectiva Seremi del Medio Ambiente, la que luego pasará a evaluar el mérito de la información desde el punto de vista técnico, pudiendo formalizar la declaratoria durante los seis meses desde el inicio del proceso.
La experiencia de Valdivia
Tras años de defensa y puesta en valor de estos ecosistemas acuáticos por parte de la ciudadanía, que demandaba históricamente una Ley General de Humedales, en febrero del 2020 se promulgó la Ley de Humedales Urbanos y meses después se publicó su reglamento.
Así, a principios de febrero del 2021, el Ministerio del Medio Ambiente comenzó de oficio el proceso de declaratoria para los humedales Krahmer, Catrico y Angachilla en la ciudad de Valdivia. A mediados de febrero, al abrirse el proceso a la ciudadanía y sociedad civil, desde la Red Ciudadana por los Humedales de Valdivia, identificamos y recomendamos anexar 33 hectáreas de humedales no consideradas en la propuesta del ministerio, incluyendo zonas inundables, humedales palustres, esteros, hualves e incluso espejo de agua. La idea era aportar para lograr una adecuada delimitación, a este proceso tan esperado.
En agosto de este año se cumplió el plazo de 6 meses de tramitación, sin embargo, el ministerio decretó 3 meses adicionales de plazo. Finalmente, a mediados de noviembre se decretó en el Diario Oficial la protección sobre los humedales Krahmer y Catrico, quedando pendiente la declaratoria para el humedal Angachilla, para el cual el ministerio decretó 1 mes y medio adicional de plazo. Luego del proceso de entrega de antecedes adicionales, la ciudadanía organizada logró aumentar en 2,76 y 0,35 ha el área de humedal urbano reconocido para Krahmer y Catrico, respectivamente, que corresponde a un 30,6 y 1,2% de la superficie total en cada caso.
Con respecto al Humedal Angachilla, es necesario estar pendientes para saber cómo se resolverá su proceso, ya que este se encuentra en permanente amenaza. Durante 2019 el municipio interpuso una demanda por daño ambiental contra un propietario ribereño por intervención de la ribera oeste. Además, en el sector del parque comunitario la punta de Angachilla, el Serviu proyecta la construcción de un puente sobre el humedal, situación que se contrapone con el objetivo colectivo de conservación del lugar. 
Como indicamos anteriormente, otra vía para iniciar un proceso de reconocimiento de humedal urbano está en manos de los municipios. En abril de 2021, la I. Municipalidad de Valdivia presentó los antecedentes ante el ministerio, para que se reconozca el sistema de humedales de Isla Teja (aún en trámite) y el sistema de humedales Bosque-Miraflores-Las Mulatas-Guacamayo, este último declarado junto a los humedales Krahmer y Catrico. Nuevamente desde la Red Ciudadana presentamos antecedentes que identifican 770 hectáreas adicionales no consideradas inicialmente. En el caso del sistema de humedales Bosque-Miraflores-Las Mulatas-Guacamayo, la ciudadanía logró aumentar en 42 ha la superficie de humedal urbano reconocido, significando un 10,8% de la superficie total.
Replicar el proceso
Luego de la experiencia de Valdivia, y de otros territorios a nivel nacional, es posible asegurar que la participación ciudadana mejora considerablemente la calidad de los procesos de declaración de humedales urbanos. El rol activo de los municipios, así como la proactividad de los equipos técnicos de la Seremi del Medio Ambiente son claves para que estos procesos se lleven a la práctica y, una vez iniciados, es posible, en un plazo menor a un año, contar con humedales urbanos efectivamente protegidos.
Sin embargo, la actual extensión regional de procesos de declaratoria de humedales urbanos en el caso de la Región de Los Ríos, así como en otras regiones, se restringen principalmente a la capital regional, aspecto que sin duda hay que mejorar, y acá es donde la iniciativa municipal y ciudadana toma un rol preponderante. Es por esto que invitamos y motivamos a todas a aquellas comunas del país que tengan humedales urbanos dentro de sus límites urbanos a levantar iniciativas, quedando demostrado que, cuando la comunidad se organiza, es capaz de lograr hitos como, por ejemplo, conseguir aumentar el área a proteger.
Mientras celebramos las hectáreas agregadas en los humedales ya mencionados, esperamos ver qué pasará con Angachilla, uno de los mayores emblemas de los humedales urbanos valdivianos. Además, nos queda la inquietud sobre cómo se abordará, tras estas declaratorias, la oportunidad de potenciar la valoración, la importancia para el bienestar de los vecinos y el rol de pulmón verde entre otros servicios ecosistémicos para las ciudades, que debieran verse multiplicados tras contar con un estatus de protección.  Tras dar una categoría de protección, quisiéramos que se sigan catalizando y potenciando múltiples proyectos y desafíos, La protección oficial es solo un paso, uno muy importante, para poder asegurar su continuidad y beneficios hacia el futuro y estamos todas las personas invitadas a seguir en esto.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.



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