En tiempos de incertidumbre – El Mostrador



Tal vez la palabra incertidumbre sea la que defina con más propiedad lo que está ocurriendo al comenzar esta década. Sus efectos nos impiden ver con claridad el futuro y, aún más, nos asalta el temor de que sea peor de lo imaginado. La pandemia parece no terminar, el cambio climático se agrava y el panorama político y económico también se percibe amenazante. Es lo propio de un ciclo que parece cerrarse por el agotamiento del capitalismo neoliberal.  
En el plano político, diversas y diversos cientistas sociales han asociado este panorama al resurgimiento del fascismo, encarnado en figuras como Trump, Bolsonaro, José Antonio Kast y algunos líderes europeos, todos los cuales han llegado o pretenden llegar al poder por medio de elecciones democráticas. En tiempos de desconcierto, lo que busca el votante es seguridad, gobiernos fuertes que estén dispuestos a terminar con la delincuencia, el flagelo de la droga y los movimientos radicalizados que se manifiestan en los estallidos sociales.
Anne Applebaum, periodista e historiadora norteamericana, asocia este hecho a un debilitamiento de la democracia liberal que conlleva a la seducción del autoritarismo, cuyo caldo de cultivo es el pánico estimulado por quienes lo siembran a través de las redes sociales. La misma autora señala que las plataformas digitales están diseñadas deliberadamente para crear más ira y un diálogo menos racional, que terminan en el miedo que favorece los autoritarismos conservadores, neofascistas. Es justamente lo que señala el profesor de la PUC del Perú, Daniel Parodi, cuando se refiere al pánico que surge hacia enemigos imaginarios, en una guerra ideológica en la cual Kast aparece en Chile como una vuelta al orden, sin importar los valores y medidas que propone. 
Si se revisa su Programa de Gobierno se podrá apreciar que una de sus principales metas es instalar un Estado militarizado capaz de brindar seguridad a la población, buscando alianza “con otros gobiernos latinoamericanos para identificar, detener y juzgar a agitadores radicalizados”, medida que Roberto Pizarro asocia a la Operación Cóndor que tantas violaciones a los derechos humanos causó en el cono sur del continente. Y no sólo eso, Kast propone además terminar con el Instituto de Derechos Humanos, retirar a Chile del Consejo de Derechos Humanos de la ONU e instalar una política económica internacional militarizada para defender los intereses de Chile.
Como contraparte, tenemos una izquierda desmembrada, poblada de conversos y arrepentidos convertidos en una especie de quinta columna, que favorece a la derecha más conservadora. Del centro poco se puede decir, una Democracia Cristiana viviendo los peores momentos de su historia, con figuras más cercanas a la derecha que al centro propiamente tal. A mi juicio, hoy repiten la historia de los últimos días de Allende, cuando no vacilaron en sumarse a los golpistas que terminaron con una democracia ejemplar. La D.C. debería evaluar el costo que esto le significó en las últimas consultas ciudadanas y lo que le puede ocurrir en el futuro.
Sin embargo, hay otros dos hechos acerca de los cuales conviene reflexionar. El primero, la alta votación de un candidato ausente, presente sólo a través de las redes digitales; el segundo, el triunfo del “desgano de votar” y la desconfianza en la democracia. Si se suma la abstención con los votos en blanco y nulos, seguramente superan el 50% del electorado. Creo que esto es lo más preocupante. Veremos si la segunda vuelta cambia este escenario, que se repite, por lo demás, en la mayoría de los países. 
Sea cual sea el resultado de ese día, vienen tiempos difíciles; pero debemos decidir sin miedo. Los avances sociales logrados en el curso de nuestra historia no se pueden borrar, la ciencia superará la pandemia y poco a poco la economía se irá recuperando. Lo importante es no quedar atrapados por el pánico y pensar que mientras no se encuentre un sistema mejor que la democracia, más vale confiar en esta.
 

Jorge Pinto Rodríguez, Director, Instituto Ta Iñ Pewam, Universidad Católica de Temuco

 

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.



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