La democracia es tarea de todos

A finales del siglo XXcon el final de la Guerra Fría, se respiraba en el ambiente político internacional un aire de optimismo. Es bajo este contexto que el académico Francis Fukuyama escribió el artículo “El fin de la historia”. En este, argumentaba que la humanidad había superado los desafíos de las diferentes ideologías políticas y que la democracia liberal había resultado triunfante en las disputas del siglo XX. Y no solo eso; el académico aseguraba que la democracia prevalecería en la historia futura.Aunque existieron diversas críticas a este postulado, me parece que en general podemos estar de acuerdo en la permanencia de la democracia. Es decir, a grandes rasgos a todos nos gusta la democracia y lo que esta conlleva: libertades, derechos y un reconocimiento a la individualidad.En teoría, en México gracias a la democracia los ciudadanos participan en la toma de decisiones en un sistema dividido en tres poderes autónomos pero complementarios: judicial, ejecutivo y legislativo. En la escuela se nos enseña cómo surgió la democracia, cómo funciona y por qué es un gran sistema de organización política gracias a las libertades que nos concede. Sin embargo, no se nos enseña cómo participar en una democracia. Nos enseñan la teoría pero no la práctica.Sabemos los derechos, mas no practicamos las obligaciones que conlleva. Una de las más relevantes, la participación ciudadana. En una democracia, son tres los sectores que deben trabajar en conjunto para el mejor funcionamiento de esta: el gobierno, el sector privado y la sociedad civil. Sin embargo, este último elemento en conjunto con la participación ciudadana se ha quedado bastante corto en la historia de nuestro país. Comúnmente se piensa que participar es limitarse a votar en las elecciones. No obstante, esto no basta. Participar democráticamente significa mantenerse informado sobre las acciones del diputado, senador o funcionario público que te representa. Se trata de mantener un canal de comunicación abierto con los funcionarios públicos para hacerles llegar las necesidades más importantes de tu comunidad. Es hacer saber a las autoridades que están siendo monitoreadas y que la ciudadanía no permitirá abusos de poder. Se trata de que una tercera parte -que no sean las instituciones públicas o el sector privado- se organice para supervisar que nuestros representantes actúan según el mejor interés de los ciudadanos. Lo anterior cobra relevancia al considerar que la carga de trabajo de los servidores públicos rebasa por mucho su capacidad como empleados gubernamentales.Por ejemplo, un solo diputado local puede llegar a representar a miles de personas. Si los ciudadanos no comunican constantemente cuáles son las necesidades de la comunidad, difícilmente se van a enterar. En nuestro país no solo abunda la indiferencia, la ignorancia y el desinterés en los temas políticos que terminan por incidir en nuestra vida cotidiana. También abunda la desesperanza. Es decir, la creencia de que el sistema está tan fracturado que como ciudadanos no podemos hacer nada al respecto. Y no es así.La sociedad civil organizada en México ha tenido triunfos en el pasado como la transición pacífica del poder en el 2000 y la reforma electoral del 2012 en donde los ciudadanos lograron incidir notablemente en la toma de decisiones del país. Democracia significa gobierno del pueblo, y como tal, no puede funcionar sin la participación de este.Por mucho tiempo la política ha permanecido el juguete de unos cuantos niños pequeños que no lo prestan a nadie. Es momento de comenzar a interesarse, informarse y organizarse. Es cuestión de reciprocidad: una indiferente ciudadanía lleva a una indiferente democracia. Una ciudadanía activa, lleva a una democracia fuerte y estable. De no hacerlo, nuestra democracia se asemejará más a una oligarquía. O más grave aún, nuestra democracia se convertirá en una autocracia que se hará pasar por liberal, como en estos momentos que pretende disfrazarse con el lema de “la voluntad del pueblo”.No dejemos que la tarea grupal la realicen solo unos cuantos: la democracia es tarea de todos. De no hacerlo, nuestra democracia se asemejará más a una oligarquía. O más grave aún, nuestra democracia se convertirá en una autocracia que se hará pasar por liberal, como en estos momentos que pretende disfrazarse con el lema de “la voluntad del pueblo”.Leer más: En pie de guerra los maestros de la sección 53 del SNTESe nos ha hecho creer que la toma de decisiones concierne a solo unos cuantos políticos, empresarios y aficionados a las ciencias sociales. Sin embargo, no dejemos que la tarea grupal la realicen solo unos cuantos: la democracia es tarea de todos.



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