El día poselectoral de la solidaridad: “Estamos en el mundo para, por y con los demás”



Cada 20 de diciembre se conmemora el Día Internacional de la Solidaridad Humana, proclamado por Naciones Unidas para “promover la solidaridad como valor universal fundamental para la cooperación y el bienestar de los pueblos”.
La solidaridad propone un comportamiento activo dentro de una relación de horizontalidad, en la que ambas partes se comprometen conjuntamente por una causa común.
Causa común como la que tiene hoy Chile: superar la enorme brecha que queda entre una parte de la población que está celebrando el resultado electoral y otra que lo lamenta.
Frente a la evidente polarización que estamos experimentando, quiero resaltar en este día a la solidaridad como mentora para incidir en los entornos sociales, potenciando las oportunidades de escucha, respeto y valoración de la diversidad, tanto de quienes hoy festejan como de quienes no lo hacen.
El trago amargo de la división es bien conocido por los grupos históricamente excluidos, como las personas con discapacidad intelectual. Este colectivo, normalmente presentado en una posición pasiva y desde la caridad, puede ahora adoptar el lugar de quien entrega, ofreciendo su propia experiencia de vida, marcada por el valor de la diferencia.
A diferencia de la caridad, que implica una relación vertical y representa una barrera para la verdadera inclusión, la solidaridad nace de un concepto de justicia y equidad que promueve la transformación de una situación vital, potenciando la colaboración, el intercambio y los apoyos razonables.
Más allá de que la solidaridad sea un valor cívico fundamental para la humanidad, hoy es también considerada como un derecho que no solo busca optimizar el desarrollo individual, sino garantizar la sostenibilidad social de las comunidades.
Como lo propuso António Guterres, Secretario General de Naciones Unidas, los invito a trabajar “para, por y con” todas las personas”, independientemente de las ideologías, condiciones, creencias y resultados, fortaleciendo nuestros entornos a través del respeto y valoración por la diversidad como conceptualización misma de la ciudadanía.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.



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