Tiempo de calidad con los hijos, un buen regalo en cualquier época


En mayo de 2021, la UNICEF presentó el estudio Salud Mental en tiempos de coronavirus, el cual tuvo como objetivo conocer los efectos que la pandemia de COVID-19 en el estado de salud mental y cambios en el comportamiento de niñas, niños y adolescentes.
Además de las mediciones, el documento recoge testimonios de los menores, uno de ellos es el de una niña llamada Ariana, de 10 años: “me gustaría decirles que todos nos quedemos en casa y que jueguen más conmigo, que tengan más tiempo para estar. Estamos todo el día en la casa, pero mamá trabaja todo el día y papá también”. Y este no es un caso aislado, el encierro, las clases en línea para los niños, el homeoffice para los papás han incrementado el tiempo en que adultos y menores comparten un espacio, pero ¿esto se ha reflejado en una mejor convivencia?
Uno de los principales retos que han enfrentado los padres y madres durante el confinamiento ha sido repartir el tiempo entre su trabajo, el cuidado de los hijos y la atención del hogar.
El estudio de UNICEF apunta a que durante este tiempo, las niñas y los niños de entre 3 y 12 años desplegaron una gran capacidad lúdica y creativa que les permitió hacer frente al distanciamiento físico de sus vínculos afectivos, además de que en ese sector la presencia de adultos responsables en los juegos cobró especial relevancia, ya que cumplen con una función vital para afrontar las afectaciones de la pandemia.
“A su vez, la construcción de espacios propios e íntimos (casitas, carpas) permite conquistar la intimidad y autonomía dentro del hogar que se fue perdiendo en el marco del confinamiento. El déficit habitacional, en tanto determinante social, también se manifiesta en relación con la carencia de espacios para jugar dentro del hogar: un 39% de los hogares de las y los niños encuestados no tenía espacios diferenciados para que pudieran jugar en sus casas”, revela el estudio.

En este periodo, de acuerdo con el mismo estudio ha cobrado relevancia la presencia de personas adultas confiables como parte del bienestar emocional de los menores, así como también ciertos déficits en esa provisión de bienestar en muchos hogares.
Y es que ahora que está por finalizar el 2021 y comenzar el 2022, época en la que se hacen los propósitos para el próximo año, hay que reconocer que más allá de regalos materiales, lo que los menores necesitan es compartir tiempo de calidad con sus papás.
“Lo más importante que puede llegar a dársele a un niño o a una niña, lo más valioso, lo más difícil, lo más importante, lo más trascendente es algo que no cuesta, que es el tiempo. Y entonces de repente nosotros podemos estar al lado, pero nuestra mente está a kilómetros de distancia. O podemos estar en los dispositivos móviles o trabajando mientras los niños y las niñas están al lado, y que cuando ellos tratan de decirnos algo, nosotros le decimos, ‘oye, espérate o hazte para allá, o permíteme’, o de repente descargamos nuestras emociones en los niños”, aseguró el Dr. Antonio Rizzoli, experto en Pediatría del Desarrollo y Neurología Pediátrica.
Foto: Adobe Stock
Y es que diversos expertos coinciden en que el juego y pasar tiempo de calidad con los hijos tiene importantes resultados a mediano y largo plazo en lo que se refiere al desarrollo del menor, debido a que desde el embarazo y hasta los 5 años se desarrollan las habilidades que acompañarán a las personas por el resto de su vida. En esta etapa, llamada primera infancia, se dan más de un millón de nuevas conexiones neuronales por segundo en el cerebro de cada niño.
“Gracias a los avances en neurociencias sabemos que los primeros años de vida son fundamentales para el resto de la vida: determinan en buena medida la salud física y mental, la capacidad de aprender, trabajar y relacionarse. Aquí se sientan las bases que formarán las bases de su desarrollo”, comenta Eva Fernández, Gerente de Inversión Social en Primera Infancia de Fundación FEMSA
Cuando se habla de tiempo de calidad, los expertos en el tema también coinciden que no requiere de mucho esfuerzo por parte del adulto, eso sí, lo más importante es que al menor le quede claro de que tiene toda la atención del padre, madre o cuidador.
En opinión de Rizzoli, a veces basta con una videollamada corta, si no se está en casa, o bien periodos cortos pero de valor. “Si llego cansado de trabajar, el niño se va a dormir a las nueve de la noche y me doy la oportunidad de estar 20 minutos en lo que lo baño y le doy un masaje, le estoy platicando, no tengo dispositivos móviles, son 20 minutos. Lo importante no es el tiempo que se inviertan, es que los niños y las niñas sientan que estás ahí para ellos. Y que tú estés ahí para ellos realmente, no estés pensando en otra cosa”, explicó.
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Además, una ventaja de este tiempo con los hijos, es que los papás pueden obtener información acerca de las emociones y temores de los menores, especialmente durante la pandemia. “Una herramienta que tienen los papás para identificar cómo se están sintiendo los niños es observarlos mientras los niños juegan, porque en esos mundos que construyen y en el lenguaje que usan puede servir de un termómetro de ver cómo se está sintiendo tu hijo, no pierdan la oportunidad de observar a qué están jugando los niños y qué están expresando en el juego”, consideró Brenda Campos, directora de Impacto Social para América Latina de Sésamo.
LA CARTA Y LOS JUGUETES
Diciembre y enero son meses en los que muchos niños reciben regalos y juguetes, y a veces los papás tienen dudas de qué regalar y qué no. Ante esta situación Rizzoli considera que los primero es que esos regalos no impliquen que “te tengas que matar o dar la mitad de tu alma”. “¿Cuál es el sentido de que le des una consola a tu hijo si le vas a dejar solo, sin tiempo para estar con él, por ella? A eso me refiero con que sea algo que sea accesible. Dos, que vaya con los valores de la familia. Y ahí es una invitación a que chequen las personas qué reseñas tienen los productos que están viendo”, añadió.
De hecho, el especialista consideró que esta es una buena oportunidad para comprometerse con sus hijos a pasar tiempo de calidad para jugar. “¿Qué sería lo ideal? Que primero nosotros como papás pongamos en todas las cartas, como compromiso de Año Nuevo, ‘yo me comprometo a dar el tiempo para estar contigo jugando o para estar contigo interactuando’. ¿Cuánto tiempo?, desde un minuto hasta lo que puedas, siempre y cuando estés ahí para él, que lo ideal sería que sean cosas que permitan desarrollo de la imaginación”, afirmó.
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Ana Serrano, directora y fundadora de Proyecto DEI y DEI comunidad añadió que estos espacios de juego tienen importantes efectos para el desarrollo del menor. “El juego es la principal herramienta para llegar con los niños, a veces suena trillado, el niño viene jugando, lo hemos oído mucho, pero entenderlo a profundidad es súper importante, en realidad a través del juego de la interacción asertiva con un adulto es básico, porque son las primeras reglas de intercambio, donde hay una toma de turnos, hay una provocación, hay muchísima posibilidad de estructuración del cerebro a través de este intercambio”, explicó.
 
En torno a las herramientas tecnológicas, Rizzoli consideró que incluso algunos videojuegos dan a los niños herramientas para aprender a construir y armar lo que permite desarrollar habilidades para la era digital, además de que el mundo ya cambió y las habilidades que asegurarán el éxito ahora son comunicación efectiva, liderazgo, trabajo en equipo, solución de problemas y creatividad, lo que no necesariamente está peleado con la idea de erradicar los dispositivos.
“Hay que decirles a papás y mamás ‘ojo, ¿quieres que tu hijo tenga las habilidades que requiere el siglo XXI?’ Permítale que aprenda el uso de las tecnologías como un medio y no como un fin, favorece el que tu hijo desarrolle las habilidades de comunicación, que aprenda a compartir, que aprenda a respetar al otro, que aprenda a ser una persona que entienda que tiene derechos, pero los otros también tienen derechos”, agregó.
CARTA DE NAVEGACIÓN 
Buscar información para ejercer la crianza puede ser toda una aventura para los papás debido a que la red está inundada por gran cantidad de documentos, opiniones, estudios y un sinfín de documentos que incluso pueden ser contradictorios. “Es difícil tomar consciencia de nuestros patrones de crianza, los niños no vienen con manual y tendemos a cuidar como fuimos cuidados. Por eso es fundamental aprender que lo más importante es interactuar con ellos, con atención y cariño.  Jugar es una gran manera de formar vínculos, y beneficia no sólo a los niños sino a los padres también”, afirma Eva Fernández, gerente de Inversión Social en Primera Infancia de Fundación FEMSA.
“Puedes pedir consejos, puedes preguntar, pero siempre recuerda que la persona que debe de decidir qué es lo mejor eres tú como papá o mamá. ¿Por qué?, porque de repente abuelita opina, el tío opina, el médico opina, la maestra opina, todo el mundo opina, y del mundo te metes en 10 páginas diferentes y todo el mundo te dice opiniones diferentes. Lo más importante es que tú tomes la decisión que consideres que sea más adecuada con tus valores y siempre teniendo el interés superior de tu hijo o tu hija”, aconsejó Rizzoli.
En este sentido coincide Serrano quien llama a papás a querer dejar de ser perfectos.
“Lo que los niños necesitan no es perfección, pero sí necesitan algo, necesitan presencia y buenas intenciones. La puedes regar, pero si estás presente realmente en el tiempo con ellos, disfrutando de la crianza y que tu intención básica sea buena, realmente los niños acaban entendiendo que la regaste y hay mucha posibilidad de perdonar en la vida cuando realmente saben que tuviste buenas intenciones”, mencionó.



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