El veterano Gabriel Boric y los veteranos que lo acompañan



Veterano es la persona que lleva tiempo haciendo determinadas cosas, especialmente practicando una profesión o actividad, y tiene experiencia en ella. En el caso del Presidente electo Gabriel Boric Font, lleva una década liderando a personas e instituciones, primero en su organización política y en la FECh (fundada en 1906), órgano estudiantil universitario emblemático en la historia política y social de Chile y, luego, en el Congreso Nacional (fundado en 1811) como miembro de la Cámara de Diputados de Chile, culminando su segundo periodo.
Gabriel Boric Font es un veterano líder político con transiciones de rápido aprendizaje. Cuenta con experiencias, conocimientos, aprendizajes, prácticas y valores. Es el Presidente electo más joven de la historia de Chile y el que más votos ha obtenido en un proceso electoral presidencial. Al Presidente Boric lo acompañan otros veteranos y veteranas, como Giorgio Jackson, Camila Vallejo, Noam Titelman, Izkia Siches, Karol Cariola, quienes han ocupado responsabilidades y ejercido liderazgos tempranos en instituciones como representantes de las más importantes universidades del país y del Colegio Médico, entre otros líderes generacionales e intergeneracionales que lo acompañarán en su mandato.
Uno de los partidos veteranos de su coalición electoral es el Partido Comunista de Chile, que en unos días más, el 2 de enero, cumplirá 100 años de vida política (1922-2022). Es el mismo partido que acompañó lealmente a los presidentes Pedro Aguirre Cerda, Salvador Allende y Michelle Bachelet cuando le tocó asumir responsabilidades de Gobierno y de Estado. Una organización resiliente que, como pocos partidos longevos, ha sabido aclimatarse a épocas de cambio y a cambios de época. Hoy en día, en su versión más energética representada por comunistas violetas con nuevas generaciones de mujeres participando en instancias estratégicas del país, como el Congreso Nacional, las alcaldías y la Convención Constitucional, de cara a los desafíos del siglo XXI.
El veterano Gabriel Boric sabe tempranamente lo que es perder y lo que significa ganar en diversos escenarios políticos, ya sea defendiendo la educación gratuita y de calidad, impulsando proyectos de ley o participando en elecciones primarias, así como primeras y segundas vueltas presidenciales. Sabe de cobardes agresiones físicas y a su dignidad como persona por pensar distinto al rebaño o a grupos de exaltados. También sabe de perder amigos y recuperar lealtades políticas por llevar adelante sus convicciones en pos de las necesidades del país en escenarios de crisis de legitimidad institucional, como lo fue poner su firma para el acuerdo político del 15 de noviembre del 2019, que permitió abrir el proceso constituyente en curso.
El veterano Boric va a asumir la Primera Magistratura del país a sus 36 años recién cumplidos el 11 de marzo del 2022. Para este veterano los meses de enero y febrero van a ser intensos. Le tocará moldear la cuadratura del círculo, produciendo el triángulo de satisfacción y ser exigente en negociar acuerdos flexibles, sensibles y sostenibles en la etapa de prenegociación, antes de recibir la banda presidencial. Ya lo vivió en el traspaso Vallejo-Boric de la FECh y le ha tocado negociar la negociación mil veces en el Frente Amplio y con sus socios en Apruebo Dignidad para elegir representantes, proyectar liderazgos y delinear políticas sin soltar el timón.
El Presidente electo, en su condición de veterano, sabe que ampliar la fuerza propia de su coalición, insertando nuevas y conocidas expresiones políticas, sociales y ciudadanas a su gobierno de transición constituyente va de la mano con ecualizar la dotación de equipos políticos y profesionales, para armar su primer gabinete, conjuntamente con el esfuerzo de poblar la administración pública con unas dosis importantes de innovación colaborativa.
Un veterano como Boric está consciente de que la tarea de gobernar y generar gobernanza es de alta complejidad y adaptabilidad, que tendrá que considerar y convivir con el marco de las crisis entrelazadas que vive Chile y el planeta (pandémica, económica, migratoria, climática) y que el lienzo a pintar va a ser parte de una serie de cuatro obras a exhibir al final de su mandato. En tal sentido, el primer cuadro se llama “2022” y el motivo es constituyente renacentista.
Dicho en clave atlético-deportiva, su gobierno no puede tratarse de una maratón agobiante para él y la ciudadanía, sino de una carrera de velocidad 4 x 100 metros, donde cada año de su mandato tiene que disponer de atletas frescos y atentos al relevo, posta o testimonio con una alta performance de trabajo en equipo, donde los eneros y febreros de cada año de mandato constituyen la zona energética de recuperación necesaria para continuar en el alto rendimiento político, económico, social, cultural, nacional e internacional.
Ya se habrá enterado el veterano Boric que en Brasil y España comienzan a conformarse coaliciones frenteamplistas impulsadas por mujeres como Manuela Dávila y Yolanda Díaz, respectivamente. Algo interesante está ocurriendo en el universo político violeta que puede sintonizar con un liderazgo internacional del nuevo Presidente de Chile, que requiere de atención especial, sobre todo en aquello que dice relación con lanzar a las nuevas generaciones de trabajadores y profesionales de Chile a la experiencia de visitar y aclimatarse a mercados y espacios culturales más amplios. En ello, una valoración del gigante brasileño como un socio estratégico en lo político, económico y cultural resulta indispensable, y lo propio con España en el espacio europeo en transformación. Es urgente sacar a Chile y a sus nuevas generaciones del modus provinciano de experimentar la chilenidad y del destino turístico sin aprendizaje.
Alguna vez, nuestro veterano Presidente electo comentó un aprendizaje que recibió de su profesor de derecho José Zalaquett: “La tradición no consiste en ponerse el mismo viejo sombrero que ocupaba el abuelo, sino en comprarse uno nuevo como alguna vez hizo el abuelo”. La tensión tradición/innovación va a estar muy presente en su gobierno de transición constituyente. Al respecto, Edward de Bono le podría decir “mejor cómprate seis sombreros para pensar (blanco, amarillo, rojo, negro, verde y azul)” y así sostener diálogos policromáticos con una ciudadanía expectante y exigente, una oposición monotemática o politonal, según se trate esa relación en los detalles, y un gobierno ejerciendo el poder, con algunos visitando las tiendas de sombreros y otros yendo al clóset para ponerse el viejo sombrero de sus abuelos.
Este segundo semestre terminé mi curso de negociación y toma de decisiones en la Escuela de Gobierno, invitando a mis veteranos estudiantes veinteañeros de Administración Pública y Ciencia Política a diseñar e implementar un innovador sistema carcelario para Chile. En este co-laboratorio, el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos era uno más dentro de 16 ministerios a cargo de esta tarea de política pública interministerial. De esa negociación apreciativa y policromática surgieron iniciativas que primero trabajaron en la prenegociación en equipos de 4 ministerios, considerando 4 equipos, cada uno con igual número de ministerios, que luego se instalaron en una plataforma 4D (fortalezas, aspiraciones, oportunidades y resultados) para negociar temas, su legitimidad sistémica, intereses, necesidades, beneficios, soluciones de diseño, hasta llegar a producir innovaciones colaborativas, expresadas en acuerdos flexibles, sensibles y sostenibles.
Si pudieron con este experimento de diseño e implementación de una política pública interministerial los veteranos estudiantes de la Escuela de Gobierno, es porque el tema del enfoque metodológico y tecnológico va a ser recurrente para una gestión gubernamental que entiende que estamos frente a la madre de todas las crisis, la crisis ecológica, y, por tanto, el diseño e implementación de políticas públicas interministeriales no es un tema menor o de gusto, sino una necesidad civilizatoria a escala nacional e internacional, para abordar temas/problemas que exceden las capacidades de los ministerios del gobierno de turno y las actuales capacidades de los demás poderes del Estado y exigen una mayor coordinación a nivel internacional y una mayor participación y ejercicio de poder de una ciudadanía local y global.
La galería de personajes históricos que van a acompañar al veterano Presidente Boric no es menor. De ellos puede aprender en clave presente y futuro sobre los aciertos y errores de Frei Montalva, Allende, Aylwin, Lagos y Bachelet en momentos cruciales de la historia de Chile. También puede aprender de grandes presidentes aspectos como la determinación de Kennedy, la visión de futuro de Kubitschek, la paz sostenible de Mandela, la sobriedad de Mujica o la capacidad de diálogo de Merkel. El veterano Boric lee y escucha, se equivoca y sabe reconocer sus errores y esto no es muy común en el cerrado mundo de la clase política.
Veterano Presidente: Boric, amigo, el pueblo está contigo, pero esa magia y adhesión se pueden licuar o evaporar más temprano que tarde, dependiendo de cómo ejerzas el poder delegado por la ciudadanía. Tienes una galería de personajes con los cuales sabrás dialogar y reflexionar en las dimensiones espaciotemporales en que te toque actuar. Tienes un muy buen comienzo para el cambio de ciclo, acompañado de veteranas y veteranos de confianza. También nos tienes a nosotras: las personas que esta vez no dejaremos la política en manos de los políticos. Éxito.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.



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