Tras cinco años de proceso legal, este viernes se realizó la lectura de sentencia de Conne Fritz y Thiare Oyarce, acusadas por apremios ilegítimos con resultado de muerte contra Lissette Villa de 11 años en el Centro de Reparación de Administración Directa, Cread Galvarino del Sename, en el año 2016.
Resultó ser libertad vigilada la sentencia contra las educadoras de trato directo responsables por la asfixia producto de una comprensión y sofocación mecánica externa que se le infligió a la menor al momento de fallecer bajo sus cuidados.
Desde un comunicado de prensa La Fundación Para la Esperanza del INDH, expone que la abogada querellante del caso María Elena Santibáñez, en representación de la fundación, solicitó una pena de siete años de presidio mayor en su grado mínimo. En consecuencia el Cuarto Tribunal Oral en lo Penal condenó a ambas educadoras de trato directo a cinco y cuatro años de cárcel respectivamente.
Sin embargo, ambas imputadas terminaron con libertad vigilada intensiva, debido a que no tenían antecedentes penales previos. A pesar de esto, a lo largo del juicio y el proceso legal de los últimos años, se logró acreditar que el 11 de abril de 2016 Lissette Villa “fue víctima de distintos apremios ilegítimos con resultado de muerte, es decir, torturas aplicadas por varios funcionarios públicos” comenta el comunicado.
En el último de los episodios, fue cuando Fritz y Oyarce realizaron una “contención” ante una descompensación de la niña, lo que según el Servicio Médico Legal causó su fallecimiento debido a una “asfixia por sofocación producto de compresión mecánica externa”, ya que una de las condenadas se puso encima de la niña para controlarla ante un crisis, aplastándola contra el suelo con su 90 kilos de peso.
Ante la sentencia, Santibáñez manifestó que “con esto se marca un hito muy importante en un caso que conmovió al país, que tiene que ver con la muerte de Lissette Villa, en manos de sus cuidadoras en Sename. Hechos que fueron calificados por la fiscalía y los querellantes como apremios ilegítimos con resultado de muerte, que fue en definitiva los hechos por los que fueron condenadas estas personas”.
Por su parte, el presidente ejecutivo de la Fundación Para la Confianza, José Andrés Murillo, se refirió a la pena tras la lectura de sentencia señalando que “no hay nada que pueda aliviar el dolor de la pequeña Lissette y de su familia. El hecho de que se condene este tipo de delitos de esta manera, me parece que es una señal. Sin embargo, la gravedad del hecho no se condice con la condena. El Estado también debe hacerse cargo, y no solo las personas involucradas directamente”.
