Los privilegios que la pesca industrial se niega a perder



A raíz del reportaje publicado por El Mostrador titulado “Con la venia del Gobierno, Corpesca y Camanchaca buscan saltarse prohibición de la Suprema para operar en zonas de la pesca artesanal” es importante hacer una reflexión sobre el retroceso que significaría autorizar nuevamente que las embarcaciones industriales puedan pescar dentro de la zona reservada para la pesca artesanal en el norte del país.
En abril del año pasado éramos testigos de una noticia relevante para el sector pesquero de las regiones de Arica y Parinacota y Tarapacá. La Corte Suprema resolvía poner fin a la posibilidad de que la flota industrial pudiera pescar en la zona de reserva para la pesca artesanal. El hecho judicial fue titulado por la prensa como “Supremazo”.
Para entender un poco esta situación y su contexto, es necesario saber que en casi todo el maritorio nacional existe una franja de mar exclusiva para la pesca artesanal. Se conoce en el mundo pesquero como las 5 millas náuticas. Esta denominación sólo varía cuando comienza, en la región de Los Lagos, el territorio desmembrado, donde la zona exclusiva son los mares interiores.
En el caso del norte de Chile, específicamente desde Arica y Parinacota hasta Coquimbo, existe la posibilidad, dada por la Ley de Pesca en su artículo 47, de que mediante una autorización de la autoridad competente, naves industriales puedan acceder al área reservada para los artesanales a pescar anchoveta y crustáceos, la cual es conocida como “zona de perforación”.
El pronunciamiento de la Corte Suprema justamente apuntaba al caso de la anchoveta. En esta pesquería las naves industriales podían ingresar con sus naves a través de una autorización excepcional que se transformó en una regla y que terminó tras 25 años gracias a un recurso de protección presentado por un pescador artesanal.
No obstante la situación anterior, el día 4 de enero de 2022 los miembros del Consejo Zonal de Pesca, entre ellos pescadores artesanales, representantes de la industria y el sector público, de las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá y Antofagasta, recibieron un informe técnico por parte de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura, donde se busca analizar las solicitudes presentadas por Corpesca y Camanchaca para que se les autorice nuevamente una perforación en la zona de la pesca artesanal.
El informe técnico establece un nuevo procedimiento administrativo y avanza en dar respuesta a lo consultado formalmente por las industrias de la zona. Sin embargo, nada señala de volver a establecer una excepción como una regla que fue justamente lo observado por la Corte Suprema.
Desde Oceana manifestamos nuestro rechazo a una nueva autorización, debido a la importancia ecológica de la zona costera que según nuestras expediciones alberga procesos naturales únicos, sumado a la protección que requiere la pesca de pequeña escala que en su mayoría destina sus capturas al consumo humano directo. No existe justificación técnica que avale este nuevo intento de perforaciones, y si esto ocurriera volvería a primar lo que la misma Corte Suprema denominó como un “privilegio”.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.



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