“Shadow Cabinet” – El Mostrador



El líder de uno de los partidos de la derecha ha anunciado en estos días, tal como casi todas las veces en que este sector ha perdido las elecciones presidenciales, que formarán un ‘gabinete en la sombra’, con ‘ministros alternos’, para fiscalizar al futuro gobierno. 
El ‘gabinete en la sombra’ o shadow cabinet es una institución bien asentada en la tradición política de Gran Bretaña. Sin embargo existen importantes diferencias institucionales entre el sistema político británico (de tipo parlamentario) y nuestro sistema político (presidencialista), diferencias que hacen ver con escepticismo este nuevo intento de la futura oposición. 
En primer lugar, en Gran Bretaña, así como en los sistemas parlamentarios europeos, los ministros que integran el gabinete (Poder Ejecutivo) son parlamentarios en ejercicio. En contraste, en los sistemas presidencialistas como el de nuestro país, el cargo de ministro es incompatible con el de parlamentario. En efecto, la responsabilidad del gobierno recae en el Presidente de la República, quien es electo directamente por los ciudadanos, y quien decide libremente la conformación de su gabinete. En los sistemas parlamentarios, el gobierno surge de la mayoría parlamentaria, y gobierna el líder de la coalición que cuenta con mayoría en el parlamento. Más aun, la responsabilidad política del gobierno es colectiva entre los parlamentarios miembros del gabinete. Además, en los sistemas parlamentarios como el de Gran Bretaña, el parlamento puede remover al Ejecutivo si este deja de contar con mayoría en el parlamento (‘voto de censura’). Así, en los sistemas parlamentarios la duración del gobierno no es fija, pues depende de que este cuente con mayoría parlamentaria (‘voto de confianza’). Si el gobierno pierde la mayoría en el parlamento, cae el gobierno y asume la oposición, si ésta logra conformar una nueva mayoría parlamentaria. Por esto último, la figura del shadow cabinet y los shadow ministers es una posición oficial, institucionalmente reconocida en Gran Bretaña, y que goza de ciertos privilegios, ya que la oposición puede en cualquier momento transformarse en gobierno, y debe estar preparada para ello. La idea es asegurar la estabilidad y continuidad del gobierno ante una eventual crisis política y cambio de coalición gobernante. Esto no ocurre en los sistemas presidencialistas, en que la duración del período de gobierno es fija, y no depende de la mayoría parlamentaria o ‘confianza’ del parlamento. 
Por ello, en Chile los parlamentarios no tienen mayores incentivos para desempeñar una función semejante al de los ‘ministros en la sombra’ que existen en el sistema político británico; el que un parlamentario o un político cualquiera de la oposición desempeñe la función de ‘ministro en la sombra’ no le garantiza en ningún caso que pueda desempeñarse como ministro de dicha cartera en un eventual gobierno de su coalición. Por lo tanto, los incentivos para ‘invertir’ en dicha función son bajos o inexistentes.
Más aun, en los sistemas parlamentarios como el de Gran Bretaña, el gobierno (Poder Ejecutivo) es presidido por el líder del partido y coalición mayoritaria en el Parlamento (Primer Ministro). La oposición tiene un Líder que, en caso de caer el gobierno, tiene la tarea de armar el nuevo gobierno y asumir com Primer Ministro junto a su shadow cabinet. En contraste, en Chile, el líder de la oposición rara vez es un parlamentario. Particularmente la derecha tradicionalmente ha buscado presidenciables ‘independientes’ y sin mayor presencia o experiencia parlamentaria.
Por lo anterior, todo parece indicar que este nuevo anuncio no tendrá mejor suerte que los anteriores intentos de imitar una institución diseñada en un contexto institucional muy diferente al nuestro.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.



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