Rosario, una vivencia compartida

La violencia que sufren hoy día mujeres y niñas tiene graves consecuencias físicas, económicas y sicológicas, tanto a corto como a largo plazo, al impedirles participar plenamente y en pie de igualdad en la sociedad. La magnitud de este impacto, tanto en la vida de las personas y familias como de la sociedad en su conjunto, es inmensa. Las condiciones que ha creado la pandemia –confinamientos, restricciones a la movilidad, mayor aislamiento, estrés e incertidumbre económica, han provocado un incremento alarmante de la violencia contra mujeres y niñas en el ámbito privado y han expuesto todavía más a las mujeres y las niñas a otras formas de violencia.Una vivencia parecida tuvo Rosario, estudiante de sicología, de 29 años, originaria de un poblado cercano al municipio de El Fuerte, Sinaloa. “Yo no me di cuenta de hasta qué punto había padecido violencias hasta que escuché a otras mujeres que también las habían vivido”, cuenta hablando rápido y sentada en una silla mecedora de madera, a las que llamamos “poltronas” en Sinaloa, en el portal de una casa grande de tejas y techos altos, que hasta hace poco compartía con su exesposo, un hombre alto, fornido, de carácter fuerte y mentalidad machista.Después de más de dos años de relación, Rosario se encontró con que se había quedado totalmente aislada. “Desde el principio, él se enfadaba si salía con mis amigas y poco a poco dejé de hacerlo. Y tomé como pretexto la pandemia de salud severa que estábamos viviendo en ese tiempo. Luego, el control se extendió a todo (el teléfono, cómo iba vestida), empezó a menospreciarme y finalmente llegaron las agresiones físicas.“Yo nunca dimensioné la magnitud del daño y la manipulación que él estaba ejerciendo sobre mí, todas  sus actitudes y agresiones yo las normalizaba, pero no veía más allá de las violencias que estaba ejerciendo sobre mi persona,  mi integridad física y sicológica. Hoy me doy cuenta y lo comparto para que otras mujeres no vivan lo  que yo viví.“La mayoría de las violencias que hacen los hombres, las hacen para poder controlar: no hacen daño para hacer daño, sino para que sepas que la próxima vez pueden volver a hacerlo” (según relatan especialistas en estos temas).Leer más: Agapes: el SAT no es legisladorSi conoces a alguien que está pasando por situaciones de violencia o tú la estás viviendo en estos momentos, recuerda que es necesario que denuncies. Te comparto las instituciones donde puedes acudir.Immujer Mazatlán, teléfono: 669-915-80-75.
CAVI-Mazatlán, 669-985-50-55.
SeMujeres-Sinaloa, 667-752-06-72. 



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