Una empresa argentina de IA ayuda a instituciones de salud a superar el ausentismo por COVID-19


El 17 de enero, Beatriz pensaba tener una jornada de trabajo como cualquier otra: debía gestionar las 21 operaciones programadas en los cinco quirófanos de un reconocido sanatorio de la Ciudad de Buenos Aires, su tarea diaria. Lo que no sabía era que el ausentismo por Covid-19, sumado al período de vacaciones, la enfrentarían a una situación extraordinaria. Su personal se había reducido de manera drástica, de las ocho instrumentadoras que necesitaba sólo había cuatro para el turno mañana y, para el turno tarde, apenas contaba con tres.“Si hace un año me hubieran dicho que la Inteligencia Artificial podía ayudarme, no solo a evitar que se cancelen nueve cirugías, sino a realizar otras dos más allá de las programadas y con la mitad del personal, no lo hubiera creído”, señala Beatriz Garabito, supervisora del Centro Quirúrgico del Sanatorio Agote. La institución, como parte de Swiss Medical Group, incorporó las soluciones tecnológicas que ofrece Wúru, una empresa que utiliza la IA y la ciencia de datos para volver más eficientes a las instituciones de salud.“Cancelar una operación tiene un costo humano muy alto para los pacientes, pero mi otra gran preocupación era el personal, no desgastarlo en una carrera sin sentido”, subraya Beatriz Garabito. Y continúa: “Tener una herramienta como Wúru me permitió diagramar un plan basado en información precisa, modificar la agenda, lograr que nadie tenga que correr ni perder su descanso y que 23 pacientes no tuvieran que reagendarse y pasar dos veces por todo lo que implica un procedimiento quirúrgico: tiempo, estudios previos y mucha ansiedad”.La tecnología que desarrolló Wúru le permite a los prestadores de salud aprovechar el flujo de datos que se genera diariamente en el itinerario de cada paciente. La plataforma reúne toda esta información y la analiza para recomendar acciones en tiempo real, que le llegan a los profesionales directo a su celular, lo que permite agilizar y mejorar todo el proceso de atención, ahorrando tiempo y recursos, tanto en situaciones críticas como la de la pandemia, así como también ante los desafíos que forman parte de la normalidad de clínicas y hospitales.“En Wúru creemos en el potencial de poner los datos en acción. El problema es que, en el área de salud, la información abunda pero no se usa o permanece dispersa en sistemas cerrados; el primer paso de Wúru es unificar todos los datos de la cadena de valor en un mismo lugar para luego aplicar algoritmos y extraer hallazgos. No pensamos en la Inteligencia Artificial como algo que viene a reemplazar a las personas, lo que la IA nos permite es tomar esos datos y convertirlos en la evidencia necesaria para ayudar a los equipos de salud a tomar las mejores decisiones, potenciando la riqueza de las experiencias personales y las capacidades de médicos, enfermeras o administradores”, afirma Luciano Muratore, cofundador de Wúru.“Nuestro propósito de crear un sistema de salud más eficiente se materializa cuando profesionales como Betty reciben la predicción de una agenda que no respeta los tiempos pre establecidos de cada cirugía sino que ponen en acción el conjunto de datos existentes y modelizan una programación que se ajusta a lo que efectivamente va a suceder, mitigando atrasos y tiempos muertos y distribuyendo correctamente los recursos”Transformación digital en salud con foco en las personas
Cuando la compañía argentina inició su actividad, a mediados de 2018, muy pocas instituciones de salud veían en los datos el motor para optimizar la gestión. Con la llegada del coronavirus todo cambió, se aceleró la transformación digital en todos los sectores, más aún en la medicina, y la empresa tuvo una mayor receptividad por parte de los prestadores, frente a la necesidad urgente de sacar el máximo valor de sus instalaciones, capacidades y recursos.En 2021 Wúru alcanzó el millón de dólares de inversión y luego de una primera expansión hacia Chile y España, inició su proyección hacia todo el mercado latinoamericano. Hoy, se preparan para un escenario donde los prestadores de salud prevén una demanda creciente de servicios, desde chequeos de rutina y procedimientos complejos que tuvieron que posponerse en los días de aislamiento, hasta la atención de lo que se conoce como long Covid, los efectos a largo plazo de quienes sufrieron esta enfermedad.“En estos dos años de pandemia los sistemas de salud estuvieron en el centro de la agenda pública. Lo que no debemos olvidar es que esos sistemas están hechos por personas. Por eso la herramienta de gestión que proponemos desde Wúru es tecnológica, pero no deja de lado la empatía. Nuestro objetivo es lograr un impacto positivo tanto en los prestadores, aumentando la productividad y reduciendo el desperdicio, como en el personal, al evitar su desgaste innecesario, todo lo que hace que finalmente sean los pacientes quienes obtienen una mejora integral en su atención, más y mejor salud”, finaliza Luciano Muratore.



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