Romper el llamado “techo de cristal” es posible, pero requiere tiempo y trabajo



Cada vez más mujeres ocupan puestos directivos en las empresas. Y aunque falta camino por recorrer, es importante señalar que la región de América Latina y el Caribe es la que más ha avanzado en los últimos años.
De acuerdo con el estudio Las mujeres en la gestión empresarial. Argumentos para un cambio, elaborado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y publicado en septiembre de 2019, de seis regiones del mundo, América Latina y el Caribe ocupaba (después de América del Norte) la segunda posición en cuanto al porcentaje de mujeres en puestos directivos, con 38.62%. 
Además, es la región que mayor avance reportó entre 1991 y 2019, pues la participación de mujeres en puestos directivos aumentó 11.15 puntos porcentuales. 
Esta brecha de género en puestos directivos provocó que en los años 70 se haya acuñado el término “techo de cristal” para representar las barreras, las estructuras y los procesos invisibles que impiden el acceso de las mujeres a los puestos más altos de dirección en una empresa u organización.
Caminar en esta dirección significa para las empresas realizar ajustes, cambios en sus políticas y cultura organizacional; por ejemplo, tan solo entre 2020 y 2021, Grupo Coppel incrementó la participación de las mujeres en puestos de alta dirección en 8.6 puntos, para alcanzar 24.1% en sus tres unidades de negocio: Coppel Tiendas, BanCoppel y Afore Coppel.
Estos cambios van en línea con su objetivo de que durante 2024 el porcentaje de mujeres en puestos directivos supere 30% y que en mandos medios sea de al menos 40%.
“Consideramos que la equidad de género es un factor de liderazgo empresarial y de competitividad. Crear un ambiente igualitario promueve un mejor rendimiento en nuestros equipos de trabajo. Buscamos permear esto en toda nuestra organización y con aliados”, afirmó Susana Coppel, presidenta de Fundación Coppel y Responsabilidad Social.
En la actualidad, Grupo Coppel emplea a más de 114 mil personas, de las cuales 54% son mujeres. Entre los casi 10 mil puestos gerenciales o mandos medios a nivel nacional, la participación de las mujeres creció dos puntos durante 2021 y actualmente está en 37.7%. Además, 92% de las nuevas posiciones gerenciales durante el año pasado fueron ocupadas por mujeres.
Yuri Otaolaurruchi González, directora de Desarrollo Organizacional de BanCoppel. FOTO: Especial
Predicar con el ejemplo
El año pasado, tres mujeres se incorporaron a la plantilla directiva de BanCoppel: Estephany Ley Monárrez, directora de Producto y Desarrollo de Negocio; Arcelia Olea Leyva, directora Jurídica, y Yuri Otaolaurruchi González, directora de Desarrollo Organizacional, quienes se sumaron a Mónica Martínez Ulloa, directora de Mercadotecnia, Inteligencia de Negocio y Gestión de Clientes. Con ello, las mujeres ocupan ya la tercera parte de los cargos directivos de la organización.
Mónica Martínez Ulloa tiene 25 años de experiencia laboral en el sector bancario y de finanzas; ingresó hace 16 años a BanCoppel como directora de Productos y Mercadotecnia y recientemente fue nombrada directora de Mercadotecnia, Inteligencia de Negocio y Gestión de Clientes de Grupo Coppel.
Estephany Ley Monárrez inició su carrera profesional en 2010 como analista financiera en Credit Suisse, cargo por el cual pasó tiempo entre Suiza, Singapur y México, y con los años por decisión propia regresó a México, específicamente a su natal Culiacán, Sinaloa, donde luego de trabajar una temporada en el servicio público, ingresó a Coppel como encargada del área de Mejora Continua; ahora ocupa la Dirección de Productos y Desarrollo de Negocio de BanCoppel. 
Arcelia Olea Leyva ejerció el servicio público durante más de 15 años, particularmente en el sector financiero, donde llegó a la Vicepresidencia de Normatividad de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores; posteriormente decidió ser socia del despacho White & Case y finalmente se incorpora a BanCoppel el año pasado como directora Jurídica. 
Yuri Otaolaurruchi González tiene más de 20 años de experiencia en el campo del Desarrollo Organizacional y Capital Humano. Trabajó en la ONU y en el Vaticano en áreas de RH y fue directora Corporativa de una empresa de calzado, para luego incorporarse como directora de Talento y Desarrollo Organizacional de Servicios Financieros en BanCoppel.
Arcelia Olea Leyva, directora Jurídica de BanCoppel. FOTO: Especial
Sin límites
Mónica, Estephany, Arcelia y Yuri tienen más cosas en común. Coinciden en que llegaron a la dirección que ocupan gracias a su trayectoria y experiencia.
“Puedo decir que yo nunca he sufrido discriminación; sí creo que hay un tema muy fuerte de que a las mujeres nos cuesta un poco más de trabajo llegar a donde queremos llegar. La vara con la que se nos mide para ciertos puestos, a las mujeres se nos piden más cosas de lo que naturalmente a un hombre se le pediría”, afirmó en entrevista Martínez Ulloa.
Para Otaolaurruchi González, a quien también le ha tocado lidiar con prejuicios en México y algunos países europeos, en nuestro país existe un reto importante en materia de inclusión: “Buscar el lugar y el ámbito en donde las mujeres puedan hacer uso de toda la riqueza que tenemos, como en la psicología, en la afectividad, en toda esa parte que quizá nos diferencia del hombre, en donde somos un buen complemento”. 

Estephany Ley Monárrez, directora de Producto y Desarrollo de Negocio de BanCoppel. FOTO: Especial
Buen negocio y beneficios
El documento de la OIT agrega que los beneficios empresariales generados por el equilibrio de género crecen cuando se promueve una cultura inclusiva que requiere una masa crítica de al menos 30% de mujeres en puestos directivos. Mónica, Estephany, Arcelia y Yuri son prueba de ello. En opinión de Ley Monárrez, una organización que tiene diversidad de género tiene diversidad de pensamiento, lo cual siempre aporta ideas diferentes.
“Específicamente en nuestro negocio actual, la mayor parte de nuestros clientes sí son mujeres, tanto en el retail como en servicios financieros. Si nuestro cliente es mujer, ¿por qué no tenemos más participación en los tomadores de decisiones que también sean mujeres? Para poder ofrecer los productos, los servicios, entender cuáles son las problemáticas que viven en el día a día”, consideró.
Para Olea Leyva, la política de incrementar el porcentaje de mujeres directivas en BanCoppel va por buen camino, especialmente durante la pandemia, ya que demostró que puede haber flexibilidad sin perder productividad. 
“Yo creo que lo vivido desde el punto de vista laboral durante la pandemia debe ser una enseñanza para las grandes empresas, es decir, que pueden haber esquemas de trabajo flexibles que te permitan combinar tu desarrollo profesional con tu desarrollo personal, y como mujer irte integrando cada vez más a los niveles gerenciales que hoy son ocupados mayoritariamente por hombres”.
Mónica Martínez Ulloa, directora de Mercadotecnia, Inteligencia de Negocio y Gestión de Clientes de BanCoppel. FOTO: Especial
Hacia una nueva cultura
La OIT afirma que las empresas que exigen principalmente disponibilidad “en todo momento y lugar” repercuten injustamente en las mujeres, ya que son ellas quienes generalmente asumen más responsabilidades relacionadas con el hogar y la familia. 
Es decir, se está avanzando a pesar de las resistencias; Mónica, Estephany, Arcelia y Yuri reconocieron que el tema de ser estrictas tiene una connotación diferente con ellas que con jefes hombres.
“Una mujer para poder ser escuchada tiene que gritar más fuerte, tiene que alzar la voz; si no, no te escuchan. Sin embargo, esto tiende a interpretarse de manera incorrecta e inmediatamente eres juzgada por tener ‘mal’ carácter”, añadió Martínez Ulloa.
“La comunicación de una mujer es mitad ciencia y mitad arte, porque tienes que ser extremadamente efectiva y asertiva cuando hablas, pero no puedes levantar demasiado la voz para no ser mal vista. Y eso no es fácil”, agregó Ley Monárrez.
A pesar de ello, Olea Leyva sostuvo que para las mujeres es indispensable hacerse notar para poder crecer. “El primer paso es hacerte notar, ser visible, más allá de pretender un protagonismo, es poner tu voz sobre la mesa, hacerte escuchar y transmitir que estás dispuesta a asumir el rol que buscas alcanzar”.
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