Rubén Rocha, contra el SNTE. Batalla estéril



Muy lamentable para Sinaloa, que apenas reiniciemos con semáforo verde nuestras actividades y ocurran paros masivos en las escuelas públicas por desavenencias entre el gobierno de Rubén Rocha Moya y la Sección 27, de profesores locales.
Sería muy fácil explicarnos el problema encontrando un culpable, el SNTE, tachándolo de insensible, irresponsable y de atentar contra los niños. Habría razones para suponerlo, puesto que durante el sexenio de Renato Vega Alvarado (1993-1998) recibieron importantes posiciones dentro del aparato educativo estatal, prohijando cacicazgos perniciosos, que valientemente han combatido líderes como nuestro amigo el profesor Carlos Rea.
Las cosas son más complicadas. Hace décadas, en México y Sinaloa hay una crisis de la educación, desde la inicial hasta el posgrado, agravada en este sexenio por la derogación de la Ley General del Servicio Profesional Docente de 2013, y una nueva legislación de 2019, que echó abajo los procesos meritocráticos de admisión y promoción de profesores y la desaparición del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación. Sumado a ello, se despojó a la SEP de sus fortalezas presupuestarias y normativas que le permitían emprender reformas, de tal suerte que 55 por ciento de su presupuesto se dedica al pago de becas. Se castiga con ello a grupos vulnerables, indígenas, estancias infantiles, escuelas de tiempo completo. De igual manera, se afecta la formación de profesores y fondos para la educación superior y la investigación científica.
Simbolizan la regresión educativa (Gilberto Guevara Niebla) el combate del actual régimen a las categorías de calidad y evaluación, que consideran neoliberales. Lo revelador es que uno de los personeros de esta contrarreforma fue el actual gobernador de Sinaloa, que encabezó la Comisión de Educación del Senado que aprobó esas leyes.
La tragedia educativa nacional tiene su expresión en Sinaloa, que también carece de un proyecto estratégico en la materia. La secretaria Graciela Domínguez Nava se ha concretado a mal administrar la inercia del sistema. En este contexto, las relaciones con los sindicatos, por naturaleza conflictivas, están desbordándose y obligan a una pregunta básica:
¿Quiere el SNTE controlar a la Sepyc o el gobernador, alinear políticamente al Sindicato?
Hay elementos para ambas suposiciones, pero los sindicatos le llevan ventaja. Conocen mejor que los recién llegados el tráfago diario de la vida escolar. Ello requiere de diálogo para negociar con el propósito de darle funcionalidad al sistema mientras se procesan los nuevos proyectos de la administración entrante. Tiene razón el diputado Sergio Mario Arredondo al advertir la falta de entendimiento entre las partes.
El SNTE lleva ventaja en esta querella, pues sabe lo que quiere y tiene que rendir cuentas a los miles de agremiados por los resultados de sus acciones. En cambio, el actual gobierno no tiene conocimiento fino de la problemática escolar cotidiana, ni claridad de adónde va.
Los intentos de la Sepyc y sus aliados entre los profesores para controlar al SNTE han fracasado. ¿Acaso pensaba Rocha que el sindicato se quedaría cruzado de brazos?
Estamos ante un conflicto de suma cero que desgasta aceleradamente a la débil figura de Graciela Domínguez. Quien debe dar el primer paso para reconducir la negociación es el gobierno estatal. Y si al SNTE le interesan los escolares, están obligados a cambiar sus tácticas de lucha.
Expresamos nuestras condolencias a la familia del exgobernador Jesús Aguilar Padilla por el sensible fallecimiento de su esposa Rosalía Camacho. Con el tiempo la figura de doña Rosy crece, pues su vocación de servicio y tesón para ayudar desde el DIF a los más desvalidos, dejó huella en muchos de los programas y políticas de asistencia social. Su apostolado contra el cáncer de mama ha cristalizado y permite seguir salvando cientos de vidas. Descanse en paz.



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