Ángel, el estudiante de Agronomía que la Guardia Nacional mató



La tarde del miércoles 27 de abril, a las 16.40 horas, Ángel Yael acababa de salir con otros dos compañeros de un convivio que se celebraba en un jardín de fiestas próximo a las instalaciones de la Universidad de Guanajuato en la comunidad de El Copal, en Irapuato, donde a sus 19 años cursaba la carrera de ingeniería agrónoma. 
Ángel, un joven alto, delgado y espigado, y de carácter extrovertido y muy alegre, según lo definieron sus compañeros, se subió a una camioneta de color blanco junto a sus amigos Eduardo, también de 19, y Edith Alejandra, de 22. Los tres se dirigían a unas viviendas de estudiantes que están próximas al campus universitario. Pero, tras encontrarse en el camino con la Guardia Nacional, no llegaron a su destino.
Según la versión de las autoridades, los elementos policiacos se encontraban realizando rondines en la carretera Salamanca-León para dar seguridad a unos ductos de Pemex (uno de los principales problemas de seguridad en la entidad es el ‘huachicoleo’ de combustibles) cuando observaron a dos vehículos estacionados en un camino de terracería. 

Al parecer, los elementos policiacos no pudieron identificar a los ocupantes de los vehículos, quienes al percatarse de la presencia de los uniformados “procedieron a retirarse del lugar de manera precipitada”, y esto habría provocado “desconcierto e incertidumbre” en los agentes, por lo que uno de ellos descendió de la patrulla y comenzó a disparar la camioneta blanca donde iban los tres jóvenes. 
El resultado: a Ángel lo mataron de un tiro en la cabeza, Edith Alejandra fue herida en el hombro, y Eduardo resultó ileso. 
En este punto, las versiones de lo sucedido son todavía confusas. Aunque en su comunicado oficial la Guardia Nacional no mencionó que se hubiera producido alguna persecución o enfrentamiento, en algunos medios se dio a conocer que, al parecer, los agentes habrían dado el alto a la camioneta blanca y que, al no detenerse, se desencadenó una persecución que acabó con la agresión de los uniformados. Mientras que otras versiones apuntan a que los jóvenes fueron agredidos sin más por la Guardia Nacional. 

“Toda esa narrativa de la Guardia Nacional, de que estaban haciendo labores para evitar el huachicoleo y que el vehículo arrancó de manera intempestiva, es una narrativa muy peligrosa que solo busca criminalizar a los estudiantes y evadir responsabilidades”, señaló en entrevista con Animal Político el activista Raymundo Sandoval, integrante de la Plataforma por la Paz y Justicia de Guanajuato, quien denunció que el suceso fue “una ejecución extrajudicial” por parte de la policía. 
Poco después de las cinco de la tarde del miércoles, el padre de Ángel acudió al lugar de los hechos.
“¡Aquí me tienen, perros! A ver, quiero que me lleven. ¡Corten cartucho también, estoy desarmado, como mi hijo, no traigo arma!”, comenzó a gritarles a los agentes de la Guardia Nacional que mataron a su hijo, según publicó el diario AM de Guanajuato. 
Al lugar llegaron vecinos de la zona, que también se unieron a los reclamos del padre del joven universitario. “¿Qué se siente matar a un estudiante?”, les espetaban a los uniformados. “¡Para matar a gente inocente y a jóvenes estudiantes, para eso sí están! Pero no fueran delincuentes, porque para eso no tienen huevos”, increpaban otros. 
“Si no te mata la delincuencia, te mata la Guardia Nacional”
Poco después de que la noticia trascendió en los medios de comunicación, la comunidad estudiantil de la Universidad de Guanajuato estalló de rabia en las redes sociales y en las calles. 
“Ángel no murió, a Ángel lo mató la Guardia Nacional”, denunciaron los estudiantes durante la tarde y noche del miércoles a través de los hashtags #JusticiaparaÁngel, #QuieroEstudiarSinMiedo, y #NiUnaAbejaMenos, en alusión a la mascota de la Universidad de Guanajuato.
Durante la jornada del jueves, los reclamos continuaron: “México, el país donde entregan primero tu cuerpo que tu título universitario”, escribió un estudiante en Twitter, que posteó una foto de Ángel en la que se le aprecia sonriente y vestido con una bata blanca de laboratorio en una de las clases en la facultad de ingeniería agrónoma. “En Guanajuato, si no te mata la delincuencia, el crimen organizado, o un feminicida, te mata la Guardia Nacional”, denunció otra estudiante, que, como muchos otros usuarios, escribió el supuesto número de la patrulla que atacó a balazos a los jóvenes. 
En la mañana de este jueves, cientos de estudiantes se reunieron primero en las instalaciones de la Universidad de Guanajuato, en el campus de El Copal, donde se colocó un enorme moño negro en señal de luto y ramos de flores.

Nuestra comunidad está de luto, pero unida. Exigimos justicia. pic.twitter.com/6s4HLwZQKZ
— Universidad de Guanajuato (@UdeGuanajuato) April 28, 2022

“Todos hemos visto manifestaciones en diferentes estados por la violencia, y lamentablemente hoy nos tocó a nosotros. Nunca creí que algún día tendría que sostener una cartulina por un amigo asesinado”, dijo una de las jóvenes que tomó el micrófono, quien dijo ser amiga de Ángel, mientras cientos de estudiantes respondieron con gritos de “¡justicia para Ángel!” y “¡queremos vivir sin miedo!”. 
“Estamos muy dolidos ante esta injusticia -añadió la joven-. Todo el grupo de Ángel está muy dolido. Él era un chavo increíble, un joven muy alegre que se hacía querer fácilmente”.
Por su parte, el rector de la Universidad, Luis Felipe Guerrero Agripino, recordó al estudiante como un joven “que amaba su universidad”. 
“Este era el lugar donde él soñaba con un mejor futuro para él y para su familia”, dijo el rector, que calificó el suceso como un “homicidio” de la Guardia Nacional, por lo que dijo que pedirán a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) que investigue el caso.
A continuación, se informó por megafonía que la familia del estudiante invitaba a sus compañeros al funeral, pero con una petición: que nadie fuera vestido de negro. “A Ángel le gustaba mucho vestir de vaquero porque era agrónomo. Así que, si quieren ir vestidos así, adelante”.
Ya en la tarde, unos 200 estudiantes marcharon por las calles de Irapuato en protesta por el asesinato. Durante la manifestación se escucharon gritos como “Ángel no murió, la Guardia lo mató” o “Guardia Nacional, fuera de El Copal”, informó el portal Zona Franca. 
“Hay una descomposición brutal en Guanajuato”
El homicidio de Ángel, de 19 años, no es un hecho aislado en Guanajuato, una entidad que desde 2016 está sufriendo una oleada permanente de asesinatos. De hecho, entre 2019 y 2020, al menos 14 estudiantes fueron asesinados en este estado del centro de la República, lo que provocó movilizaciones previas en universidades de municipios como Celaya bajo la consigna #QuieroEstudiarSinMiedo. 
En junio de 2020, por ejemplo, fue asesinado Diego Becerra, un estudiante del Instituto Tecnológico de Celaya. Junto a él, fueron asesinados sus dos hermanos y su amigo Arturito, de 16 años, también estudiantes. Fueron asesinados a plena luz del día por sujetos que atacaron con armas y granadas el taller donde trabajaban en Celaya, Guanajuato. 
Meses antes, el 1 de octubre de 2019, había sido asesinado Gabriel, otro estudiante del Tecnológico de Celaya. Y antes, fueron asesinados Ulises, Rogelio, Arturo, Humberto, Nadia, Gabriel, María Guadalupe, Nery Joanna, Nayeli Guadalupe, Antonio, Luisa, y Francisca. 
De hecho, con el aumento de la violencia en Guanajuato en los últimos cinco años, los principales afectados han sido los jóvenes. 
Según las estadísticas de homicidios del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), en 2020, 2019 y 2018, el estado de Guanajuato acaparó el número 1 en México de asesinatos de jóvenes de entre 15 y 19 años, de entre 20 y 24, y de 25 y 29 años. Mientras que para el primer semestre de 2021, la cifra más actualizada a la fecha por el INEGI, este estado también ocupaba el número 1 de homicidios de jóvenes en términos totales. 
Un solo dato dimensiona el tamaño del problema: mientras en 2010 en Guanajuato mataron a 43 jóvenes de entre 15 y 19 años, en 2020 fueron asesinados 441; hasta un 925% más. 
“Si unimos los homicidios, los asesinatos de jóvenes, las desapariciones, la presencia de cárteles, y la impunidad, lo que vemos es que actualmente hay una descomposición brutal en Guanajuato en materia de seguridad pública”, subrayó el defensor de derechos humanos Raymundo Sandoval. 
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