Pablo Ranea, el chef nómade que difunde por el mundo los sabores del vino y la cocina argentina


Pablo Ranea se sienta, agarra el mapa, y mientras elige su próximo destino, va creando el cronograma de actividades que realizará en las ciudades o los rincones del país escogido, con el objetivo de difundir los vinos y la gastronomía argentina. Es que este chef y sommelier es un trotamundos de la enogastronomía y se autodefine como nómade. “Un chef nómade está en permanente retroalimentación, viaja todo el tiempo y uno va compartiendo conocimientos y, a su vez, aprendiendo y enseñando”, asegura.El profesional de la cocina que reside en Mendoza, recorrió buena parte del mundo con sus pop up dinners, que son eventos que realiza en distintos lugares -ya sea en casas, hoteles o institutos- en los que busca enseñar los sabores de las comidas y de los vinos argentinos. Además, lleva adelante entrenamientos para staffs de restaurantes donde el vino nacional tiene mayor potencial para ganarse un lugar en las cartas y explica los distintos maridajes con los que se puede acompañar.

Pablo Ranea realiza experiencias en las que divulga la riqueza de la enogastronomía argentina

“Lo que mas me enriquece y me gusta de estas experiencias es el contacto casi personal con el cliente, es la clave de todo. Cuando uno trabaja en un restaurante, está cocinando y pierde el contacto con el cliente -asegura-. Y este tipo de acciones me sirvió para no dejar de tener contacto con ellos, porque durante toda la experiencia hay una retroalimentación”, cuenta en una charla con Filo.News.Ranea dice que su amor por la cocina no nació a raíz de los “estándares más comunes”, como ver a su mamá o a su abuela cocinar. De hecho, antes de incursionar en el mundo de las ollas y de los sartenes, se recibió de diseñador gráfico. Sin embargo, inspirado en la cocina mediterránea tras un viaje a Ibiza, se decidió y comenzó a estudiar en la escuela del Gato Dumas, y luego continuó su formación con chefs de distintas partes del mundo cuando comenzó a trabajar en la cadena de hoteles Marriott de Estados Unidos y el Caribe. Al volver a la Argentina, lideró durante una década la cocina de Azafrán, en Mendoza, donde pudo aplicar toda su visión culinaria.”Vivo en Mendoza y ya no creo cambiarlo”, afirma Pablo, que a la hora de elegir, marca a Perú y a República Dominicana como dos de sus destinos fijos para visitar todos los años.
La gastronomía argentina, bajo la mirada del mundo
“Argentina está viviendo un momento espectacular, único y muy bueno dentro del contexto de la pandemia, que aceleró ciertos cambios que se dieron en el mundo y a nivel nacional”, explica Ranea, quien vaticina que el cada vez más grande universo de la cocina vegetariana, lejos de ser una moda, “es el futuro”.En ese sentido, el chef dice que la cocina de nuestro país está teniendo un impacto cada vez mayor y eso se refleja en los premios que varios cocineros y restaurantes fueron recibiendo en los últimos tiempos, como el caso del Gran Dabbang en los World’s 50 Best Restaurants.
“El mundo está enamorado de Argentina. Dicen que la gastronomía y el vino nacional es sorprendente”.

“Uno tiene que asumir y defender el producto argentino que es el dulce de leche, las empanadas, el chimichurri, la salsa criolla, la carne”, reconoce. Y enseguida plantea: “Inevitablemente cuando la gente piensa en la gastronomía argentina, piensa en la carne. Pero ahí está el desafío que tenemos como comunicadores de gastronomía argentina, en el que tenemos que mostrar todo lo que está sucediendo con nuestro país porque hay técnicas donde se puede aplicar el sabor argentino a distintos productos”.



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