Pese a daños de flora y fauna, Tramo 5 es viable



Las obras del Tramo 5 Sur del Tren Maya, que tendrán un costo de 31 mil 500 millones de pesos para cubrir los 67 kilómetros que van de Playa del Carmen a Tulum, en Quintana Roo, son “ambientalmente viables”, a pesar de que se han identificado riesgos “severos” para flora y fauna protegida, un daño “crítico” a casi 500 hectáreas de selva, y posibles afectaciones al suelo kárstico de la zona “por hundimientos y derrumbes” debido a la “operación de maquinaria”. 
Estas son algunas de las principales conclusiones de la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) que el Fondo Nacional de Turismo (Fonatur) entregó el 18 de mayo a la Secretaría de Medio Ambiente para su evaluación y posible aprobación.
Con este estudio, que fue elaborado por el Instituto de Ecología del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), el gobierno federal busca destrabar las obras en ese tramo, luego de que, ante el amparo de un grupo de ambientalistas, un juez detuviera hace un mes la construcción por no contar con la MIA. 

El estudio analizó los posibles daños de la construcción del Tren Maya en diferentes ámbitos como aire, geoformas, suelo y agua a lo largo de las fases de preparación del terreno, la construcción, operación y la fase final de mantenimiento. 
Entre sus conclusiones, la MIA señaló como un posible daño “crítico” la pérdida de vegetación en 485 hectáreas de selva por desmonte. Ante esta situación, el estudio plantea medidas de mitigación, pero activistas y ambientalistas señalaron que hay un problema: las máquinas comenzaron a talar árboles en este tramo desde el pasado 2 de marzo, más de dos meses y medio antes de que la MIA fuera presentada el pasado miércoles. 
Por otra parte, el estudio ambiental señaló riesgos “severos” durante la fase de preparación del sitio de la obra por posibles afectaciones de flora y fauna silvestre por el uso de maquinaria pesada, así como afectación severa para especies “de lento desplazamiento” que cuentan con algún grado de protección de la normativa mexicana. Asimismo, se prevé un riesgo severo de “fragmentación de hábitat por cambio de uso de suelo e instalación de infraestructura”. 

En cuanto a la disminución de hábitat natural por desmonte de vegetación en los 67 kilómetros de la obra que va de Playa del Carmen a Tulum, el informe señala que el riesgo es “moderado” durante la fase de preparación del sitio, y vuelve a advertir de un riesgo “severo” en cuanto a la posible alteración de la calidad escénica del paisaje, tanto en la fase de preparación de la obra, como durante la construcción. 

Daños en cenotes, “moderados”
Sobre las posibles afectaciones que pudiera originar la construcción, y el posterior paso del tren, en el suelo de la zona, donde predominan suelos kársticos, es decir, suelos frágiles y permeables, debajo de los cuales pasan enormes sistemas de ríos subterráneos, cavernas, y cenotes, la Manifestación de Impacto Ambiental hizo varios apuntes. 
Por un lado, advirtió que sí hay riesgos “severos” por la afectación al sistema kárstico “por hundimientos y derrumbes en las zonas de riesgo kárstico por operación de maquinaria”, tanto en la fase de preparación, como de construcción, aunque una vez cumplidas esas fases, la MIA no ve riesgo alguno cuando el tren pase por encima de esos terrenos kársticos. 
Además, la MIA también ve riesgo “severo” por “afectación al relieve kárstico” de la zona de la obra. 
Sin embargo, en lo que respecta a los cenotes, uno de los mayores atractivos para el turismo de naturaleza de la Riviera Maya y Quintana Roo, y por lo tanto una de las mayores preocupaciones que origina el paso del tren, la Manifestación de Impacto Ambiental consideró que “la afectación a la integridad física de los cenotes es moderada”. 
El estudio calificó como “irrelevantes” los posibles riesgos de que la obra ocasione daños al flujo subterráneo de agua durante la preparación del sitio y en la construcción. 
Esta consideración de la MIA colisiona directamente con las reiteradas denuncias públicas que han hecho activistas, ambientalistas y organizaciones civiles como Moce Yax Cuxtal; y espeleobuzos como Roberto Rojo o Luis Leal, ambos con más de 20 años de experiencia. 
“Van a pasar una mole de miles de toneladas por encima de un terreno frágil, kárstico, lleno de cenotes, ríos subterráneos y de selva. ¿En qué cabeza cabe algo así? Es como cruzar el tren por la mitad de Chichén Itzá”, dijo en este reportaje Luis Leal, integrante del Comité Regional de Espeleobuceo. 
No obstante, la MIA sí advirtió que hay riesgos “severos” por posibles afectaciones de las características fisicoquímicas del agua subterránea ante un posible mal manejo, almacenamiento y disposición de residuos sólidos urbanos, líquidos y de manejo especial y peligroso, por lo que hizo un llamado a poner especial atención, sobre todo durante la fase de mantenimiento de la obra, a hacer un uso adecuado de residuos para evitar la contaminación de agua subterránea. 
“Es importante conservar la integridad de los flujos subterráneos, de tal manera que se preserven los ríos subterráneos… Es necesario prestar atención al manejo de las aguas residuales, aceites y combustibles para que se asegure que no entren en contacto con las aguas subterráneas, a efecto de evitar su contaminación”, detalla el estudio.
En cuanto a la calidad del aire en la zona de la construcción, la MIA señaló que ésta puede verse afectada “por la emisión de gases y dispersión de material particulado ocasionado por las actividades de la preparación del sitio, construcción y operación”. 
En total, la Manifestación de Impacto Ambiental analizó 37 posibles impactos en el Tramo 5 Sur -aun falta por hacer la MIA del Tramo 5 Norte, que va de Cancún a Playa del Carmen-, de los cuales, solo 1 es un posible “impacto crítico” (el relativo al desmonte de casi 500 hectáreas de selva), 7 son impactos severos, 11 impactos moderados y 6 son irrelevantes. Mientras que identificaron otros 4 impactos benéficos, como “la generación de empleos por las actividades del proyecto” durante la fase de operación del tren y de mantenimiento. 
Riesgo por huracanes
Por otra parte, la MIA fue muy enfática al advertir que un riesgo para las obras del Tren Maya es la posible afectación por huracanes de alta categoría, al señalar que la zona donde se ubicará la infraestructura en el Tramo 5 Sur, entre Playa del Carmen y Tulum, “es la región más susceptible en toda la República Mexicana a enfrentar los huracanes de las categorías más altas, por lo que cualquier infraestructura urbana y turística debe considerar ese factor en sus condiciones de diseño y construcción”. 
En lo que respecta a ciclones tropicales, el estudio también advirtió que, según el Atlas Nacional de Riesgos, la probabilidad de que estos fenómenos naturales puedan impactar en la zona de Playa del Carmen y los alrededores de Tulum por donde pasará el tren es “muy alta”. 
“El mayor grado de peligro por incidencia de ciclones tropicales se ubicaría en la porción norte del proyecto, entre las poblaciones de Playa del Carmen y Puerto Aventuras”,  establece la MIA.
El estudio agrega que “el diseño, materiales empleados y procesos constructivos que se implementen en el proyecto, deben contemplar el riesgo por afectación por ciclones tropicales, y deberán implementarse medidas de mitigación y atención a contingencias en los programas ambientales específicos”. 
Por último, la MIA advirtió que, a pesar de que todo el trazo “se ubica en áreas donde la velocidad puede alcanzar los 160 kilómetros por hora, es un hecho que el peligro para la infraestructura y obras asociadas del proyecto provendrá de la generación de vientos huracanados”. 
No obstante, a pesar de todos estos riesgos e impactos, el estudio del Conacyt concluyó que estos son “no significativos” y que pueden mitigarse a través de acciones como la implementación de programas de ahuyentamiento, rescate y reubicación de fauna silvestre, un programa de rescate y reubicación de flora, o un programa de conservación de suelos y reforestación. 
“El proyecto es viable desde el punto de vista ambiental y sus potenciales impactos podrán ser mitigados”, concluyó la MIA del Tramo 5 Sur del Tren Maya, elaborada por el Conacyt y que ahora tendrá que analizar la Semarnat. 
 
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