No basta con la REP




Han pasado seis años desde que se promulgó la ley de Responsabilidad Extendida del Productor (ley REP). Sin embargo, recién en septiembre del 2023 entrará en vigencia el segundo producto prioritario que involucra las metas de recolección y valorización de envases y embalajes.
Si bien hoy ya están circulando normativas de esta ley, que obliga y estructura a avanzar en temas de reciclaje y cuidado al medioambiente, no hay preocupación por el cómo se cumplirán cada una de estas normas. Las acciones no están claras. Por esto, es fundamental que como país pongamos el foco en preguntarnos si estamos preparados para cumplir cada una de las normativas, cómo está nuestro entorno y espacio físico.
Según un estudio de InvestChile, de junio de este año, “dadas las tasas de recuperación objetiva establecidas en el decreto de empaques de la Ley REP, la capacidad de procesamiento deberá aumentar considerablemente para cumplir con los objetivos de reciclaje a largo plazo. Por lo mismo, se proyecta que se producirá una brecha de inversión en infraestructura para plantas de clasificación y/o valorización”.
Leo lo anterior y no podemos pretender “obligar” a otros a reciclar si no tenemos la infraestructura para hacerlo. No podemos hacer que el reciclaje sea eficiente si no hemos dedicado el tiempo a educar en esta materia ni saber cuál es el rol que se espera de los actores en esta sociedad. Las comunidades, los municipios, tienen que actuar, pero en pro de este desafío en conjunto.
Sin dudas, las normativas de la ley REP van a avanzar, pero ¿cuánto de eso va funcionar? ¿cuánto de eso se podrá llevar a la práctica? Los estudios y los hechos nos indican que en Chile no existe la capacidad, ni modelos de implementación para reciclar en los diferentes territorios.
No es lo mismo recuperar neumáticos en Antofagasta que en Aysén. No es lo mismo pensar la gestión de reciclaje en la Región Metropolitana como las demás regiones del país, que tienen menos infraestructura de reciclaje.
Es indispensable entablar reuniones con las comunidades, conocer la realidad de cada región, conocer sus problemáticas, su geografía, incluso su cotidianidad, qué tan informados, educados o interesados están en esta materia del reciclaje y desde ahí crear políticas locales eficientes.
Por su geografía, nuestro país nos invita a un tremendo desafío. Cómo la logística se llevará a cabo para los sistemas de gestión en los procesos de reciclaje, en un país donde llenar de camiones no sería una buena opción por las emisiones de carbono. No podemos acercarnos a una economía circular desde la ley REP, sin perder de vista los otros medios de impacto medioambiental que esto pueda tener.
Los estudios demuestran que Chile está muy avanzado en temas de transformación sustentable, en comparación con sus vecinos, pero es sumamente importante mantener una unificación en la práctica.
Cuando se trata de ley REP y su infraestructura, todos los actores tiene que estar alineados: gobierno, municipios, empresas, entes públicos y privados, para así lograr alcanzar una nación diferente, responsable, consciente de su entorno y del cuidado con el medioambiente. Economía, educación y medioambiente, deben unificarse y lograr cumplir el objetivo principal.



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