La soledad (Continuación…)

Normalmente me gusta esclarecer, para el mejor entendimiento de mis lectores, el significado de los conceptos que utilizo, por lo que La Soledad aparenta ser muy simple de entender, pero cuando el tema se examina de cerca cobra una inesperada complejidad.De primera mano, se puede decir que es sinónimo de aislamiento, pero entre estos dos conceptos hay diferencias sustanciales. La soledad es la sensación subjetiva de carecer de los contactos sociales que necesitamos.Tiene como semejantes en significado: sentirse desamparado, abandonado, apartado, apartarse de la gente con la que nos sentimos bien; no es incompatible con estar rodeado por otra clase de personas. Cuando sentimos que estando solos echamos de menos la sensación de proximidad, confianza, el efecto de amigos de verdad, los seres queridos, la comunidad, estamos en ambiente de soledad.Hay estudios que han clasificado a la soledad en tres tipos:1. La soledad íntima o emocional entraña el deseo de contar muy próxima con la persona que nos podemos sincerar, con quien compartimos un lazo mutuo y profundo de confianza y afecto.2. La soledad relacional o social es el anhelo de disponer de buenos amigos de compañía y respaldo social.3. La soledad colectiva es el ansia de tener una red o una comunidad de personas que compartan los mismos propósitos e intereses. Estas tres dimensiones combinadas reflejan toda la diversidad de contactos sociales de calidad que el ser humano necesita para prosperar.La ausencia de relaciones en cualquiera de estas dimensiones nos puede hacer sentir solos.En sentido práctico la soledad se define por “no sentirse interiormente confortado”.
en este punto resulta necesario distinguir dos sentidos comunes de la palabra soledad. Cuando no sentimos solos, hablamos de una infelicidad, del deseo de huir de un pesar emocional. En cambio, podemos hallarnos a solas por efecto de un deseo deliberado, que nos aporta paz.Este tiempo solitario es una oportunidad de pensar con tranquilidad, de conectar con uno mismo sin interrupciones ni distracciones, lo cual refuerza el crecimiento personal, permite reflexionar, restaurar, recargar. Durante varios milenios los monjes y ascetas de diversas tradiciones espirituales han buscado retiros solitarios para favorecer la introspección y renovar la conexión con lo divino.A diferencia de sentirse solo, estar en soledad puede ser una condición sagrada. 
estar a solas también puede provocar inquietud, e incluso, miedo, porque permite que emerjan emociones y los pensamientos positivos tanto como los negativos.El espacio en el que nos enfrentamos a nuestros demonios no es un espacio al que siempre entramos voluntariamente.Aun así, ese esfuerzo nos ayuda a resolver problemas, a aclarar nuestros sentimientos, a sentirnos más cómodos con nosotros mismos. Desarrollar la capacidad de estar a solas, en suma, es un elemento esencial para reforzar la conexión con uno mismo y, por extensión, facilitar el contacto con otros. Estar a solas, por paradójico que pudiera parecer, nos protege de sentirnos solos.Es interesante escribir sobre números: En EU, en una encuesta realizada en 2018 se descubrió que el 22 % de la población adulta afirma “sentirse solo”, lo cual significa que 55 millones de estadounidenses viven en soledad, lo cual es superior al de los fumadores adultos y prácticamente duplica al de personas con diabetes.Lamento, y pido disculpas, por no contar con estadísticas mexicanas, pero las buscaré.   



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