El rol del liderazgo para promover una cultura inclusiva



Recientemente se conmemoró un nuevo Día Internacional del Orgullo LGBT+, fecha que nos invita a trabajar por una sociedad más inclusiva y también por contar con espacios laborales en los que todos puedan desarrollarse y ser valorados por quienes son.
Pero más allá de conmemoraciones o acciones puntuales, es necesario avanzar en cambios culturales profundos al interior de las organizaciones para sean lugares verdaderamente inclusivos.    Y uno de los factores más importantes para lograr este objetivo es el rol que cumplen los líderes.
Un estudio reciente de la consultora Robert Half indica que el 36% de los consultados cree que la falta de apoyo de los líderes es el principal desafío para la implementación de una cultura de diversidad e inclusión en las empresas, mientras que el 30% considera que es la falta de estrategia y el 21% apunta a la falta de estructura adecuada.
Entonces, para generar un cambio significativo, los líderes deben impulsar directrices estratégicas en sus empresas y adquirir compromisos visibles, inspirando a otros colaboradores a actuar. También deben ser capaces de incluir a personas heterogéneas en la dinámica de un equipo, respetando, aceptando y valorando su singularidad, su opinión e ideas.
En esa línea, cada vez más empresas han promovido la formación de grupos de afinidad para fortalecer la cultura interna, así como compartir ideas y experiencias respecto al tema en diversos ámbitos como la realidad LGBT+, la multiculturalidad, los desafíos de género y la situación de personas en situación de discapacidad. También cuentan con beneficios inclusivos para todos, dictando talleres de sensibilización junto a sus equipos, siendo parte de instancias de diálogo con otras empresas y asociaciones, y contando con áreas dedicadas a impulsar estos temas al interior de la empresa.
Pero no basta con estar comprometidos con la inclusión. También es clave que exista diversidad en las posiciones de liderazgo. Según otro estudio, esta vez de la consultora Randstad, el 45% de los trabajadores afirma que una empresa verdaderamente inclusiva debe tener colaboradores de distintos orígenes en posiciones de liderazgo.
Las empresas deben promover la incorporación de talentos diversos en funciones directivas porque es valorado por los trabajadores y porque también genera mejores resultados para las compañías. De acuerdo con datos de un estudio de McKinsey & Company, aunque más de un tercio de las empresas siguen sin tener mujeres en sus equipos ejecutivos, aquellas que cuentan con más de un 30% de ejecutivas tienen un mejor desempeño. Algo similar ocurre con la multiculturalidad. Las empresas con un mayor porcentaje de diversidad cultural obtienen mejores resultados que las que no la tienen.
En el mundo corporativo se ha avanzado incorporando a cada vez más mujeres en posiciones de liderazgo y a personas de distintas nacionalidades. Sin embargo, aún nos queda mucho camino por recorrer respecto de otros grupos y quienes hoy formamos parte del top management de las empresas debemos ser los principales impulsores para que esto cambie.

En este Mes del Orgullo, así como en otras fechas relacionadas, el compromiso con la diversidad e inclusión no solo debe expresarse usando una bandera en una foto de perfil o mediante un hashtag. Nuestra responsabilidad como líderes es mayor, tenemos la misión de trabajar de manera colaborativa y permanente para promover un ambiente seguro, libre de prejuicios y estereotipos, donde todas las personas puedan desarrollar su potencial sintiéndose libres de ser quienes son. Así creamos un lugar donde todos pertenecemos.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.



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