La victimización y el miedo en Chile: disminuye la delincuencia y aumenta el temor



El miedo a la delincuencia es el tema nacional. En el pasado mes de agosto la ENUSC (Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana) aplicada anualmente por el INE (Instituto Nacional de Estadísticas), informaba sobre el estado de la victimización en el año 2021. Esta encuesta se aplica por medio una muestra con más de 22.000 hogares, recoge la información sobre victimización de la población desde el 2012, cuando el 24,3% de los hogares dijeron que alguno de sus miembros había sido víctimas de un delito, o intento de él, el año de mayor victimización fue el 2017 con un 28,0%,  la cual desde ahí desciende cada año hasta el 19,2% en 2020 y al 16,9% en 2021, la más baja de toda su historia, para sorpresa no anunciada y explicaciones no dadas. Entre los delitos de mayor connotación social desde 2020 a 2021 la victimización descendió en hurto de 4,6% a 4,2%, en robo con violencia de 4,0% a 3,3%, en robo por sorpresa de 3,3 a 2,7%, en robo con fuerza de 3,0% a 2,5%, en lesión de 1,0% a 0,8% y en robo de vehículos de 0,9% a 0,7%. 
Además, el INE informaba que tasa de percepción de aumento de la delincuencia en el país, para el año 2021, era del 86,9%, mientras que la tasa de percepción de aumento de la delincuencia en el barrio donde viven los encuestados solo llegaba al 45,8%, esta fuerte diferencia  entre la percepción cercana y la información lejana es un dato muy indicador de cómo se va construyendo el temor, la información nacional siempre está mediada, valga la redundancia, por los medios de comunicación.
Frente a esta situación se argumenta que debido a la pandemia del Covid 19, la Peste, habrían disminuido las actividades delictivas, algo así como suponer que el control sanitario de la población es más eficiente para controlar el delito que las medidas de prevención, o disuasión, y control de las conductas delictuales, no obstante, en los hechos el descenso de las victimizaciones se inicia en el año 2017, siguen descendiendo ostensiblemente  en 2018 y 2019, este año marcado por el estallido social de octubre, y sigue bajando luego con la pandemia, la Peste, en 2020 y 2021, la cual atenuó las movilizaciones sociales hasta hacerlas no significativas, pero no alteró la caída de las victimizaciones. Dicho al pasar, también se podría atribuir al estallido social el descenso de la victimización desde 2019. 
Por otra parte, ha habido un aumento de los hechos violentos en particular de los homicidios. La ENUSC no considera tal crimen, seguramente porque cuantitativamente en comparación con los otros delitos son tan pocos que deben llevarse en tantos por 100 mil habitantes. No obstante, de acuerdo con la información del Sistema Táctico de Operación Policial (STOP) de Carabineros los homicidios entre  el primer semestre de 2019  al mismo de 2022 crecieron un 45%, asimismo, las violaciones un 13%, el robo de vehículos un 42% y  el robo violento de vehículos un 81%. Hay que destacar que las diferencias metodológicas de ambas fuentes son muy importantes, donde destaca que la ENUSC se basa una muestra aleatoria de un tamaña muy significativo de 22.000 hogares, STOP recibe la información de las denuncias que son algo así como la mitad de los hechos delictivos padecidos por la población. Por otra parte,  según el diario El País, desde Chile: “El primer semestre de 2022, las cifras de homicidios se dispararon un 28,7% respecto al mismo periodo del año anterior, alcanzando un total de 413, según cifras de la Policía de Investigaciones de Chile (PDI)”. “Las estadísticas muestran una disminución en los delitos menores como robo por sorpresa, pero un alza significativa del uso de armas de fuego en los crímenes: entre enero y junio de 2021 se utilizaron en 166 homicidios, mientras que en los primeros seis meses de 2022, en 256”, esto quiere decir que los homicidios crecieron un 54,2% en los dos últimos años. 
Por su parte, el Indice Paz Ciudadana 2021 informa ahora, en octubre de 2022, que la victimización por robo en los hogares o la vía pública, subió de 27,4% en 2020 a 31,6% en 2021, pero, en 2018 fue de 36,4% y en 2019 de 40,6%, en todo caso esta última victimización de 31,6%, la de 2021, sigue siendo la más baja desde el año 2002. Esta institución además informa que el alto temor de la población a ser víctima de la delincuencia se elevó de 19,5% en 2020 a 20,4% en 2021, habiendo sido de 19,6% en 2019 y de 10,4% en 2018, la más baja desde el año 2000, esto en las víspera del estallido social, situación que también ha sido recogida por la ENUSC, como ya vimos. Es de aclarar que el índice de temor que toma Paz Ciudadana, se refiere sólo al alto temor, pero si consideramos que un 70,4% señala un nivel de temor medio y solo un 9,2% bajo, ese indicador en otras condiciones metodológicas podría variar notablemente.  Aquí, nuevamente tenemos importantes diferencias metodológicas entre la ENUSC y Paz Ciudadana, mientras aquella consultó 22.000 hogares, esta solamente 1.800. La ENUSC recoge todo los delitos menos homicidio y Paz Ciudadana solo el robo con violencia y con fuerza en el hogar o la vía pública, tampoco el homicidio, seguramente por las dificultades de comparabilidad cuantitativa antes referidas. 
Entonces, todo hace indicar que el temor, el miedo a la delincuencia entre la población en general, más que ser un producto de la realidad experimentada por ella, es el resultado de cómo se informa sobre aquella.
 

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