En el día límite, el Presidente Gabriel Boric eligió al nombre para el próximo Fiscal Nacional, el que tiene que ser ratificado por el Senado. De la quina en competencia -teñida por la falta de transparencia y donde no hubo discusión sobre la idoneidad del cargo- el Mandatario eligió a José Morales, de la Fiscalía de Alta Complejidad Centro Norte, quien hace 7 años ya intentó ocupar el puesto cuando lo dejó Sabas Chahuán y que ahora tuvo más éxito, para reemplazar al cuestionado Jorge Abbott.
A través de un comunicado del Ministerio de Justicia, destacan que Morales obtuvo 17 votos al momento de ser nominado por la Corte Suprema. Actualmente, ejerce como fiscal adjunto jefe de la Fiscalía Local Santiago Norte.
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Durante su trayectoria -destaca el comunicado- se ha desempeñado como fiscal adjunto jefe en Los Vilos, fiscal adjunto jefe en Colina y fiscal adjunto jefe en la Fiscalía de Delitos contra la Propiedad. También fue fiscal adjunto jefe en la Fiscalía Territorial de las comunas de Huechuraba, Renca, Quilicura, Conchalí, Cerro Navia y Lo Prado, además de fiscal regional subrogante de la Fiscalía Regional Metropolitana Centro Norte, entre otros cargos.
Para que Morales sea oficialmente el sucesor del cuestionado Jorge Abbott, necesita la ratificación de 2/3 del Senado, lo que a priori es factible, porque el Gobierno hizo un cálculo en la Cámara Alta antes de definir el nombre, para ver si contaba con el apoyo necesario.
El apoyo al “sepulturero”
Esto último -el apoyo- fue clave para que el Gobierno finalmente decidiera apoyarlo a él, a pesar de cuestionamientos recibidos porque lo apodaban como “sepulturero”, debido a que era conocido por “enterrar” las causas con personajes poderosos. Sucedió con el caso Cascadas, Colusión de las Farmacias, con el soborno de LATAM en Argentina, cuando el ex Presidente Piñera era accionista mayoritario, y hoy pasa en causas de derechos humanos.
Al igual que ocurrió en su primer intento, el nombre de Morales generaba buen consenso en el piñerismo y en sectores de izquierda, como el senador en ese entonces Guido Girardi. Su nombre se cayó, fue elegido Abbott.
Ahora lo volvió a intentar y el Gobierno del Presidente Boric hizo un paneo general de los apoyos que podría tener su nombre, y la conclusión es que -al igual que la primera vez- tiene transversales apoyos.
Esta vez, según sus cálculos, el nombre de Morales generaba apoyo en dirigentes de derecha y generaba menos rechazo entre grupos de izquierda.
También primó el veto a otros candidatos, como Marta Herrera -la tercera con mas votos que integraba la quina- pero que era mal vista en el Senado por su rol como asesora de Abbott. También pasó por lo mismo Ángel Valencia, el abogado que obtuvo también 17 votos en la quina, pero que era mal catalogado por haber ejercido como defensor de delincuentes.
Finalmente, entre Morales y Palma -otro que generaba consenso- se decantaron por el primero, porque Palma, para ciertos sectores de izquierda, estaba ligado a la derecha.
