Hace ocho años, en 2014, Felipe Correa tenía 16 perros adoptados, los cuales ocupaban gran parte de su tiempo. Y cuando llegaban las vacaciones la gran interrogante de todos los veranos junto a su esposa era quién los podrá cuidar cuando no estaban con ellos.
Con el propósito de ser un lugar seguro y entretenido para las familias que quieran salir y no dejarlos solos crearon Doggyland un hotel irreverente ubicado en Calera de Tango.
El amor y respeto por los animales motivó este proyecto que hoy ya suma su segunda sede, también en la misma comuna, un terreno que se encuentra en construcción para sumar más huéspedes y visitantes. Por otro lado Felipe Correa en este trayecto ha adoptado a varios perros que han quedado abandonados en el hotel, porque sus dueños ya no los quieren tener más o ya sea que llegaron desde alguna Fundación, con quienes participan activamente.
“Ir de vacaciones con nuestras mascotas puede ser todo un desafío”, asegura María José Ubilla, subdirectora de la Escuela de Ciencias Agroalimentarias, Animales y Ambientales de la Universidad Estatal de O’Higgins y actual presidenta nacional del Colegio Médico Veterinario de Chile.
“Debe ser una decisión muy consensuada y siempre respetando el bienestar y el comportamiento de los animales, ya sean perros, gatos o animales exóticos”, explica la experta.
En el caso de Doggyland, el servicio busca generar bienestar y tranquilidad para las mascotas y su familia, que incluye guardería y realizan traslados de lunes a viernes, cumpliendo con ir buscar y dejar a las mascotas a la puerta de su casa. También cuenta con una tienda con distintos implementos para perros, como por ejemplo: juguetes para la ansiedad, alimentos premium, arnés y correas, etc.
Además, cuenta con cursos de adiestramiento en especialización en ansiedad por separación. El público edu este hotel son personas que realmente aman a sus perros y buscan la mayor comodidad para ellos, pues son parte de su familia.
La mayoría viaja bastante o tiene extensas horas de trabajo y buscan en este servicio además de alguien que cuide a sus perros, también les entregue seguridad de que se encuentran sanos, que se divierten y tienen el espacio suficiente para desenvolverse.
Para María José Ubilla, si la decisión es que los animales queden al cuidado de un hotel es recomendable que los tutores acudan a ese centro previamente, antes de dejar a sus mascotas.
“La idea es conocer las instalaciones y el personal que allí trabaja. Es importante que siempre haya un médico o médica veterinaria encargado de ese espacio, de manera que si ocurre cualquier problema de salud o alguna alteración conductual estos profesionales puedan ayudar a la mascota”, explica.
También es importante estar en contacto con él o los encargados del centro para saber cómo está reaccionando la mascota en ese espacio.
