Realizaciones en telecomunicaciones y desafíos pendientes



El 16 de febrero del año en curso, El Mostrador publicó una columna mía que llevaba un título similar.
En ella señalé que una realización destacable del Gobierno anterior iba a ser el aumento en la capacidad y cobertura de las redes de telefonía móvil, gracias al advenimiento de la tecnología 5G, lo que fortalecería el teletrabajo y la teleeducación en directo beneficio de los consumidores. También comenté otros temas relacionados, pero que estaban pendientes, con la esperanza de que fuesen abordados por el Gobierno anterior en el lapso que restaba de su mandato, lo que lamentablemente no ocurrió.
Entre los temas pendientes hay tres que, en mi opinión, deberían ser abordados y resueltos a la mayor brevedad por el Gobierno actual:
– Lograr que el país cuente con al menos cuatro operadores de tecnología 5G
– El reordenamiento de la banda de 3,5 GHz, y
– Los retrasos en la puesta en marcha de algunas redes 5G y de fibra óptica
En 2019, a solicitud de la Subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel), el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) abrió un expediente para revisar el límite de tenencia de espectro radioeléctrico vigente entonces, que estaba destinado a evitar el acaparamiento de este recurso. Luego del debate correspondiente y de la intervención de la Corte Suprema, el antiguo límite estático de 60 MHz por operador fue sustituido por un límite dinámico del 32% del espectro disponible en las bandas inferiores a 1 GHz, del 30% en las bandas entre 1 y 6 GHz y del 25% en las bandas superiores a 24 GHz.
En su fallo, además, el TDLC dispuso que Subtel debe velar por que existan al menos cuatro operadores móviles creíbles con tecnología 5G, criterio que fue confirmado por la Corte Suprema.
Luego del concurso público efectuado por Subtel en 2020, tres operadores (Entel, Movistar y Wom) obtuvieron espectro en la banda de 3,5 GHz para desarrollar redes de tecnología 5G. Pero en esa banda ya había espectro asignado previamente a esos y a otros operadores, que también permite desarrollar redes de tecnología 5G, pero que hasta el momento se mantiene en un verdadero “interregno regulatorio”, porque –según algunos– el TDLC habría dispuesto que ese espectro previo estaría restringido a la oferta de servicios fijos, y no móviles, como son los de tecnología 5G.
He tenido a la vista un informe técnico desarrollado por expertos muy reconocidos, que demuestra de manera contundente que una restricción de ese tipo nunca ha existido.
En estos días Subtel ha solicitado una aclaración al TDLC, y confío en que este Tribunal la resolverá considerando que nuestro ordenamiento legal –y la propia jurisprudencia– apuntan precisamente a que en el país haya más competencia, y no menos. Una respuesta en tal sentido es esencial también para que Chile cuente prontamente con un mercado de cuatro o más operadores móviles creíbles con tecnología 5G, en vez de un mercado restringido a solo tres operadores.
¿Y por qué es necesario reordenar la banda de 3,5 GHz? En las tecnologías previas de telecomunicaciones móviles (1G a 4G) se utilizaba un determinado rango de frecuencias para que los teléfonos reciban tráfico desde las estaciones base o antenas del sistema, y un rango distinto –separado– para que envíen tráfico hacia las estaciones base. En la tecnología 5G, en cambio, un mismo rango continuo de frecuencias se puede emplear tanto para recibir como para transmitir tráfico, lo que permite dar un uso más eficiente al espectro.
En la banda de 3,5 GHz hay una gran fragmentación del espectro, debido a que los antiguos segmentos (separados) coexisten con los nuevos segmentos (continuos). Si no se corrige esa fragmentación, se producirán varios efectos adversos, que se pueden explicar del siguiente modo: un espectro fragmentado es como un escritorio desordenado, ya que se puede trabajar sobre él, pero hacerlo costará bastante más que si los papeles están adecuadamente dispuestos. El propio espectro que recuperó el Estado en la banda de 3,5 GHz, en virtud del caso 700 MHz impulsado por Conadecus, será mucho más valioso si se torna continuo a que si se mantiene fragmentado.

Por eso, también es necesario que Subtel “ordene el escritorio”. Un espectro bien ordenado beneficiará al país y especialmente a los consumidores.
Y un tercer tema importante son los procesos de recepción de obras de los proyectos 5G y Fibra Óptica Nacional por parte de Subtel, ya que algunos de ellos se han visto dificultados por diversos motivos, como la pandemia del COVID-19 o las demoras y aumentos de costos de los fletes internacionales. Wom, por ejemplo, comprometió coberturas muy ambiciosas –tal vez excesivas– en los concursos públicos 5G y ahora enfrenta el riesgo de tener que pagar multas significativas, todo lo cual podría debilitarla financieramente.
Para los consumidores es indispensable que la libre competencia se mantenga, pero ello no ocurrirá si uno o más de los actuales operadores se debilita; por eso es necesario que Subtel actúe con prudencia y flexibilidad en esta materia.
Estos temas no son los únicos que deberían ser abordados por las actuales autoridades del sector, ya que hay varios otros –como mejorar las contraprestaciones de los anteriores concursos públicos de espectro, revisar el Fondo de Desarrollo de las Telecomunicaciones, perfeccionar la portabilidad o modernizar toda la regulación de esta industria–, pero los analizados son los tres que nos parecen más urgentes y cruciales para fortalecer la libre competencia y favorecer a los consumidores.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.



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