COP15: el desafío de conservar nuestro capital natural



El bienestar de las personas depende de la naturaleza, ya que el desarrollo de las sociedades se sustenta en ella. Por eso el renombrado economista inglés sir Partha Dasgupta ha hecho un llamado urgente a entender la biodiversidad como un activo, como el capital físico o el capital humano, reforzando que la naturaleza -el capital natural- está en la base también de nuestras economías.
La biodiversidad, y con ella el bienestar humano, enfrentan una crisis de magnitud. En 2019 la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios Ecosistémicos (IPBES) estimó que un millón de especies está en peligro de extinción. El Banco Mundial ha enfatizado que la pérdida de biodiversidad es un desafío para el desarrollo de la humanidad: un colapso en ciertos servicios que presta la naturaleza -como la polinización o la provisión de alimento proveniente de la pesca-, puede generar una caída del Producto Interno Bruto (PIB) global de 2,3% anual al 2030, donde los países de ingresos medios y bajos serían los más golpeados.
La COP15 que está desarrollándose en Montreal, Canadá, es una oportunidad para la conservación de la biodiversidad tal como hoy la conocemos. Frente a las crisis de pérdida de biodiversidad y cambio climático que afectan al planeta, se requiere acordar un Marco Mundial para la Biodiversidad con un plazo definido para detener y revertir la pérdida de biodiversidad. Es necesario comprometer a todas las partes a proteger al menos el 30% de las tierras, aguas continentales y océanos para el 2030, con una conservación efectiva que involucre a pueblos indígenas y comunidades locales, con un monitoreo constante y financiamiento acorde.
The Nature Conservancy (TNC) ha observado a partir de su trabajo en más de 70 países ciertos problemas clave que enfrenta la conservación de la biodiversidad: los países no cuentan con presupuesto suficiente para conservar la naturaleza; las herramientas de financiamiento para protección de la naturaleza carecen de replicabilidad y generan desconfianza; faltan acuerdos sustanciales en los mecanismos de protección al medio ambiente; no hay monitoreo de los compromisos adquiridos y la cobertura de la protección de tierras, océanos y sistemas de agua dulce aún es insuficiente.
Chile debe avanzar en medidas concretas que permitan dar un salto adelante en la conservación de la biodiversidad: se requiere aprobar con urgencia el proyecto de ley que crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP). Esta iniciativa fortalece la institucionalidad ambiental del país, con un servicio público enfocado en la naturaleza, con más y mejores instrumentos para hacer frente a amenazas como la gestión de especies exóticas invasoras, con una regulación robusta para las áreas protegidas. En especial, se requiere aumentar el financiamiento del proyecto de ley, que permita avanzar en cerrar la brecha de financiamiento de la conservación, que nos tiene entre los peores países del mundo.
En definitiva, la COP15 es una instancia decisiva tanto para generar compromisos en el corto y largo plazo, globales y locales, como así también para movilizar recursos hacia la conservación. Como país requerimos dar un salto adelante en la conservación de la naturaleza, aprobando con un mayor financiamiento el proyecto de ley que crea el SBAP.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.



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