Chino Darín: “‘El Reino’ es muy argentina y hace una diferenciación grande sobre en qué lugar estás parado”



Es la primera vez que el Chino Darín estrena la segunda temporada de una serie. Desde España (donde la ficción ganó los Premios Platino), el protagonista de “El Reino”, atiende la llamada y se conecta con Argentina, la tierra de sus raíces, de pasiones; que vive y revive el triunfo de la Selección en Qatar y a la vez transita las dificultades de una crisis económica e institucional en un año de elecciones. “Me parece que Marcelo (Piñeyro) y Claudia (Piñeiro) estuvieron muy atinados en entender algo que es idiosincrático nuestro y por eso creo que es muy argentina y en esta última temporada se polariza todo. De hecho es un poco –salvando las cuestiones ideológicas– un planteo del bien y el mal. La serie toca la política pero también la religión y hace una diferenciación muy grande sobre en qué lugar estás parado. Hace un juicio de valores con el que podés estar o no de acuerdo pero que de alguna forma representa algo que nos pasa: esto de los opuestos”, reflexiona en diálogo con Filo.News sobre los creadores de la producción.”No estoy de acuerdo con esta cosa del ‘todo está bien o todo está mal’, y tiene que ver con cómo vivimos los argentinos que creemos en esta especie de misticismo a toda regla”, Chino Darín.Y comenzamos a adentrarnos en el universo que propone la ficción, algo así como la primera serie distópica política nacional. Un thriller que nos lleva a visualizar una sociedad argentina donde un pastor evangélico, Emilio Vázquez Pena (interpretado por Diego Peretti) es elegido democráticamente como presidente de la Nación, desde donde comienza a infligir un Estado temerario, de recortes en derechos y bienestar popular, frente a las denuncias de abuso sexual de menores y a la huida de su hijo adoptivo, Tadeo Vázquez (Peter Lanzani) junto a Jonathan (Uriel Nicolás Díaz), un adolescente del hogar de menores de la Iglesia Reino de la luz a quien protege.“La serie genera ese paradigma argentino donde tenés un presidente ya en esta segunda temporada, con el que los buenos no comulgan para nada. Está muy probado que ha hecho cosas atroces, y sin embargo hay toda otra parte de la población que va con él de la mano, pero otra parte que se va revolucionando en su contra. Esto lleva a una especie de disputa abierta. Y lo mismo pasa en la religión. Porque el tipo que es presidente es el Pastor de una iglesia evangélica, con un montón de fieles y creyentes; y por otro lado, el bien está representado por un pibe que tiene otros valores para transitar la vida, que no se identifica con las palabras del Pastor y empieza a tener mucha llegada a través de las redes sociales, de la palabra y mucha gente comienza a seguirlo desde ese lugar”, analiza el Chino sobre la trama que rodea esta segunda temporada.Chino Darín junto a Peter Lanzani en la temporada final de “El Reino” | Foto: Netflix.Es que creer es un acto de fe, es entregarse a la incertidumbre y confiar. En su caso personal, la construcción de Julio Clamens en la primera temporada lo llevó a sumergirse en un universo de culto pero también en el tránsito que atraviesan los internos al pasar por prisión. Fue “la manzana podrida que va a pudrir todo el cajón”, citando a la Pastora Elena (Mercedes Morán).“En la primera me interesé por el paso por prisión, un universo complejo que tenía mi personaje; y ni hablar de esta especie de micromundo para mí –o no tan micro– que era esta familia evangelista. Después para la parte más política: tengo un amigo que está muy metido y lo usé bastante”, cuenta.Esta segunda temporada lo encuentra con el desafío de animarse a soltar. ¿Cuánto le cuesta siendo también productor (desde Keyna Films, que comparte con Federico Posternak y Ricardo Darín, su padre; y vienen de acompañar a “Argentina, 1985”), acostumbrado a tomar decisiones detrás de cámara, entregarse a la sorpresa?“Acá me tuve que entregar, no tuve otra”, contesta carismático. “La verdad es que soy bastante más metido, analítico, minucioso. En este caso también fue un ejercicio de humildad decir ‘no sé de qué se va a tratar pero la vamos a hacer’. Este proyecto tiene la particularidad de ser la primera serie donde hago más de una temporada. Entonces para mí tiene la novedad como actor de someterme a la incertidumbre. Porque cuando me metí en esto sólo conocía la trama de los primeros 8 capítulos y todo esto fue una novedad. Cuando tuvimos que hacer la segunda nos preguntamos: ¿de qué se trata?, ¿cuándo arrancamos? Estábamos todos comprometidos pero no sabíamos para dónde iba el barco. Fue como una aventura, decir: ‘Estamos en tus manos, Marcelo’. Y me parece que con mucha maestría logró una segunda temporada con todos los componentes que tenía la primera pero apostando incluso más fuerte por algunas tramas y esta especie de olla a presión que va construyendo en ese mundo político del Pastor Emilio Vázquez Pena. Estuvo buenísimo”, asegura.Chino Darín en “El Reino” | Foto: Netflix.Pasaron dos años no sólo del estreno entre una temporada y otra sino en la trama. Julio Clamens, se retiró de la política y da clases de derecho en la universidad (referencia a la UBA). Convive con su pareja Ana (Vera Spinetta), la hija menor del matrimonio entre los Pastores, y la niña que ambos tuvieron. En ese mundo personal, el personaje comienza a preguntarse por su rol, así como el Chino cuando se zambulló en la sorpresa del rodaje.“Me encontré con un personaje que con el paso del tiempo está en una situación completamente distinta: retirado de la política, como una especie de decisión personal pero intuyendo que eso que pasó en la primera temporada lo dejó fuera de juego. Y reencontrándose con otro lugar que tiene que ver con un ámbito familiar nuevo siendo tipo que ha renegado de su familia (personajes interpretados por Daniel Fanego y Ana Celentano), y termina siendo como el hijo adoptivo de los Pastores, con los que se termina también enfrentando. Entonces encuentra en esa micro célula familiar que forma con Ana, un nuevo empezar, una nueva oportunidad pero sin dudas no se va a poder deshacer de su pasado tan fácilmente”, adelanta.“Otra sorpresa fue que actores y actrices con quienes tenía mucha interacción en la temporada pasada, de repente en esta ni nos vemos”— añade respecto a un elenco que completan Joaquín Furriel, Sofía Gala, Victoria Almeida, Alfonso Tort, Patricio Aramburu, Nicolás García Hume, Nancy Dupláa y Santiago Korovsky; al que se sumaron Diego Velázquez, Julieta Cardinali, la actriz chilena Mariana Di Girolamo, Maite Lanata, Agustín “Rada” Aristarán, Juan Ingaramo y Florencia Raggi.— “Pero la verdad es que no me metí mucho en esta segunda parte. Yo tengo dos facetas, ¿viste? y hay mochilas que hay que dejar en casa”.* Como actor y productor ¿cómo ves este momento de las producciones argentinas?Entiendo que hay un resurgimiento de toda la producción nacional después del parón que hubo en los años previos, incluso antes de la pandemia, cuando la cosa venía medio caída, y se la nota más vibrante.Lo veo muy pujante. Se está volviendo a producir mucho y saliendo de un esquema de producción que estaba más basado en el cine, los tickets, las salas, y la gente yendo al cine, lo que lamento un poco pero creo que con el tiempo se va a ir estabilizando y va a haber una combinación de ambas cosas. Me parece que todavía estamos en esta especie de nueva postpandemia estirada. Si bien parece como si fuera otra era, hay cosas que vienen de estos últimos años y que todavía hay que esperar que las aguas se calmen y entender cómo sigue la cosa. Pero la verdad es que está buenísimo como productor, actor y espectador argentino que haya tantas cosas en las plataformas y que podamos ver a nuestros realizadores y actores favoritos en tantas producciones de distinto tenor.Chino Darín y Maite Lanata en la segunda temporada de “El Reino” | Foto: Netflix.* Como tu personaje vos también pasaste por la facultad, ¿qué te acordás?Sí, fui de oyente varias veces de oyente a la UBA (pasó por Ingeniería Industrial) y siempre me resultó muy atractivo sobre todo con este carácter político que tenemos en Argentina que en la facultad se vive muy fuerte.Con la facultad de cine fue distinto. Es chiquita, metida en el corazón de San Telmo, dividida en distintas unidades. Si bien está todo en la misma calle, vas saliendo para un lado dependiendo del aula que te toque. No es este mundo gigante que mostramos en la serie, que tiene más que ver con la UBA, estos edificios monstruosos, con una cantidad de alumnos increíble, con un montón de participación política, centros de estudiantes y facciones.Chino Darín en “El Reino” | Foto: Netflix.* ¿Cómo te llevás con la política?Como en la ficción. Somos todos políticos y formamos parte de la vida política. No tengo una participación política activa pero al ser una persona pública tenés una especie de tinte político, que la gente percibe o cree saber de vos.En Argentina eso es un caos, porque como hay dos bandos: decís una palabra y te dicen, ‘ah este es de tal cosa’. Esa parte no me gusta tanto porque pareciera que la política se ha polarizado y que no pudieras comulgar con cuestiones que a priori parecen de bandos opuestos. Y sin embargo, yo soy muy de los grises, se me podría considerar un tibio en un montón de sentidos, no tengo ningún problema. Al contrario, me parece que el problema son los fanatismos ojalá todos estuviéramos en un término medio. Esa es mi filosofía.* Alguna vez dijiste que como sociedad argentina estamos esperando a que “venga un salvador”, lo que se relaciona mucho a lo que vemos en la serie.Es algo que siempre pienso. Tenemos como una tendencia a buscar líderes carismáticos y abanderarnos atrás de una persona que es el genio o la genia que nos va a salvar y todo lo que haga está bien o está todo mal. Y yo creo un poco más en la comunidad, en los trabajos en equipo, en que todos de alguna forma tenemos que hacer nuestra parte, no mandamos a este y nos quedamos comiendo pochoclos en casa.Para mí hay una triste tendencia de creer en las soluciones mágicas. Y también queremos todo para ya y para ayer. Parece que no confiamos mucho en los procesos. También la historia nos ha demostrado cosas y tenemos nuestras heridas. Lo entiendo pero me gustaría que pudiera ser de otra manera: armar proyectos a largo plazo y estar de acuerdo todos en cuestiones básicas como ‘ah ok, la salud es importante’. Pasa en muchos otros lugares: donde ves que por más que los países se disputen el poder, hay ciertos acuerdos que tienen que ver con qué cosas consideramos que son esenciales, tengas puesta la camiseta que tengas.Chino Darín en la primera temporada de “El Reino” | Foto: Netflix.* ¿Y con la fe? ¿cómo te llevás con la religión o creencias?Con mucha tolerancia. Soy muy tolerante y confío que cada uno puede creer lo que quiera.* ¿Cuánto de ‘divino’ tiene el fútbol? no puedo no preguntarte cómo viviste el mundialCuando ganás el mundial es todo divino. Y todo es ‘Elijo creer’, y parece que hay un alineamiento de planetas: el calendario maya marcaba que nosotros íbamos a ganar la tercera copa del mundo en el año 2022. Me parece que hay algo de la mística que es hermosa. Pero como yo te dije… el problema son los fanatismos.En este caso es distinto porque las selecciones tienen una cuestión fanática muy difícil de contrastar. Porque sos argentino y fan de Argentina, pero después ves las imágenes de Bangladesh y decís qué loco, que nos quieren de esa manera.No estoy de acuerdo con esta cosa del todo está bien o todo está mal, que cuando la extrapolás a otros lados del mismo deporte, se generan situaciones absolutamente lamentables que tenemos sobrada muestra histórica en nuestro fútbol durante años: como matar en una cancha. Es triste para el deporte, que excede lo deportivo y tiene que ver con cómo vivimos esto nosotros que creemos en esta especie de misticismo a toda regla. Me parece que en ese sentido habría que ser más tolerantes. Vas a un partido, te va bien, o mal te vas a tu casa y habrá otro, no tenés que matarte con nadie a la salida.Es lindo en el caso del mundial porque te da la sensación de que le ganás a Francia y son unos amargos, y segundos y pecho frío pero porque no estamos al lado. Me parece parte de la mística olímpica representar los colores de la bandera nacional contra todo el planeta. La verdad es que lo disfruto mucho.
Chino Darín y Diego Peretti en “En fuera de juego” (2012).***
Hace más de diez años, el Chino estrenó su primera película en cines, justamente relacionada al mundo del fútbol. En “En fuera de juego” –donde también coincidió con Diego Peretti– interpretó a un adolescente interesado en jugar en el Real Madrid. Significativamente, años después y durante la pandemia, el rodaje de ambos en “El Reino” se interrumpiría con la muerte de Diego Armando Maradona.Chino Darín y Peter Lanzani en el rodaje de la primera temporada de “El Reino” | Foto: Netflix.“Es un poco religioso el fútbol. Ni hablar de lo que pasó con la muerte del Diego y toda esta cuestión de endiosamiento de la figura de Maradona. Y como llegó al Reino de los Cielos está moviendo el joystick para que Messi juegue”, señala con humor.En su infancia, el Chino compartió varios momentos con –jugando con su alegoría religiosa– el “mismísimo dios”. ¿Cómo fueron esos recuerdos? ¿Y cuánto se acuerda?“Gianinna y yo éramos compañeros de colegio. Dalma era un poco más grande. Y en aquella época nuestras familias se veían muy seguido y compartimos un montón de situaciones, incluso unas vacaciones: nos fuimos a Cuba. Tengo un montón de recuerdos”— cuenta— “Era chico. Después a partir de mis 11 años, me cambié de colegio y empezamos a no vernos tanto, actividades extracurriculares, y las familias de alguna forma por estas cuestiones de la vida se distanciaron, pero siempre estamos ahí mensajeándonos o recordando esos buenos tiempos”.El Chino Darín estrena la segunda y última temporada de “El Reino”, meses después de acompañar como productor, el camino de la nominada al Oscar “Argentina, 1985”. La serie está disponible para ver en Netflix.



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